Mario Vargas Llosa ha dicho que con la muerte de su colega Juan Marsé, premio Cervantes, Barcelona se queda vacía.
Fue un hombre que amó la libertad y siempre se opuso a las prohibiciones que parece ser el signo de este tiempo en el entendido de los radicales de nuevo cuño que creen que con prohibir van a sepultar siglos de cultura, de raíces, de maneras de ser, de contemplar la vida: “Por principio, yo no soy partidario de prohibir nada. No entiendo como se ha podido plantear esta iniciativa de prohibir los toros en Cataluña, dijo tras conocer la decisión del parlamento catalán. Es de cajón. Hay que respetar a la gente que va a los toros. ¿Qué collons está pasando?, exclamó el autor de «Tardes con Teresa».
Carmen Balcells lo quería mucho, porque además era un hombre con un gran sentido del humor, que con Manuel Vázquez Montalbán hizo en Por Favor [revista satírica] columnas que te hacían partir de risa, en un tiempo en que los españoles y los extranjeros iban a Barcelona a ver cómo se democratizaba España. Se burlan de lo que digo al respecto, pero es cierto que gente como Marsé y otros que no eran independentistas eran los que luchaban a favor de esa modernización contra el franquismo. Yo estuve incluso en aquellos encierros de Montserrat y siempre me he preguntado qué hacían que no estaban los pocos independentistas que había entonces…”, rememora el premio Nobel hispanoperuano.
Otro novelista, Arturo Pérez Reverte: Se apagó la vida de un guerrero. Ha muerto Juan Marsé, el último de nuestros clásicos, luchador honesto y solitario, ninguneado durante décadas por el nacionalismo local. Adiós a un maestro y un amigo. Como homenaje, mi prólogo a Últimas tardes con Teresa.
APRETADA BIOGRAFÍA DE UN ESCRITOR IMPRESCINDIBLE
Juan Marsé nació el 8 de enero del año 1933 en Barcelona (España).
Su nombre real era el de Juan Faneca Roca, pero adoptó el apellido Marsé al morir su madre y ser adoptado por el matrimonio Marsé, compuesto por José Marsé y Berta Carbó.
Después de terminar sus estudios primarios, Juan Marsé abandonó su instrucción académica para comenzar a trabajar como aprendiz en un taller de relojería, en el que estuvo hasta los veintiséis años.
A finales de los años 50, el autodidacta Marsé inició su carrera como literato al escribir relatos cortos para publicaciones como El Ciervo o Ínsula.
También escribió sobre cine en una revista llamada Arcinema.
El cuento “Nada Para Morir” logró el Premio Sésamo, hecho que espoleó su carrera como escritor.
Marsé debutó como novelista con “Encerrados Con Un Solo Juguete” (1960), novela finalista de la Biblioteca Breve de Seix Barral.
A partir de los años 60 residió en París trabajando como ayudante de laboratorio en el Departamento de Bioquímica del Instituto Pasteur.
Después de “Encerrados En Un Solo Juguete”, Marsé escribió “Esta Cara De La Luna” (1962).
En Francia conoció a Teresa Casadesús, hija del pianista Robert Casadesús, a quien tomó como inspiración para su personaje femenino de “Últimas Tardes Con Teresa” (1966), uno de sus libros más populares con el que logró el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral.
A mediados de la década de los 60, Marsé colaboró en la escritura de guiones cinematográficos y regresó a España, contrayendo matrimonio con Joaquina Hoyas.
Escribió en las revistas Boccaccio y Por Favor, y prosiguió su trayectoria literaria con títulos como “La Oscura Historia De La Prima Montse” (1970), que prorrogó temáticas de su novela anterior.
Resume bien El Confidencial lo que representa este creador barcelonés :