Día: 20 de junio de 2021

¿Desaparecerán los toros ?

Es la pregunta inquietante que se plantea Altoroméxico

Cuando en los ambientes no taurinos en los que me desenvuelvo se enteran de mi afición a las corridas de toros, me voltean a ver con una especie de curiosidad y escepticismo. Es común que comenten: «es un espectáculo que desaparecerá pronto», o  «pero estás consciente que, con tantos ataques, a los toros le quedan los días contados». Hay los que, incluso, se sorprenden de que la tauromaquia siga vigente en el siglo XXI. 


¿Desaparecerán las corridas de toros?


En un mundo globalizado, ante la banalidad de la cultura y en donde hay un gran influencia de aquellos que pretenden homogeneizar el pensamiento, actividades como las corridas de toros están en gran peligro. Si a esto le sumamos el poder económico de la filosofía animalista, la superficialidad de la sociedad actual y la ignorancia de los políticos, es lógico imaginar que la fiesta de los toros está viviendo sus últimos días.
En los propios ambientes taurinos hay catastrofistas que nos advierten con los peores augurios. La pandemia ha golpeado con fuerza al sector y muchos de los que viven del toro están sufriendo graves penurias económicas. Por otro lado, no podemos negar que el espectáculo ha perdido emoción. Incluso en las plazas están presentes triquiñuelas de algunos profesionales que presentan toros despuntados. Además, algunos ganaderos han cedido ante las presiones de las figuras de ultramar y han ido criando toros desbravados que ha alejado a la gente de las plazas.
Si esto fuera poco, la tecnología brinda nuevas y variadas formas de ocio. Las series de las plataformas digitales son mucho más fáciles de entender y accesibles que un espectáculo que a las nuevas generaciones les parece anacrónico, cruel y pasado de moda. Con todo esto, el toro bravo parece es una especie en peligro de extinción.


¿Desaparecerán las corridas de toros devoradas por la competencia de otras formas más perezosas de ocio?

Irene Vallejo en «El infinito en un junco», nos recuerda que, en las aguas profundas, los cambios son lentos. La sociedad contemporánea padece un sesgo futurista. «Cuando comparamos algo viejo y algo nuevo –como un libro y una tableta, o una monja sentada junto a un adolescente que chatea en el metro–, creemos que lo nuevo tiene más futuro. En realidad sucede lo contrario. Cuando más años lleva un objeto o una costumbre entre nosotros, más porvenir tiene. Lo más nuevo, como promedio, perece antes. Es más probable que en el siglo XXII haya monjas y libros que WhatsApp y tabletas. En el futuro habrá sillas y mesas, pero quizá no pantallas de plasma o teléfonos móviles. Seguiremos celebrando con fiestas el solsticio de invierno cuando ya hayamos dejado de tostarnos con rayos UVA. Un invento antediluviano como el dinero tiene muchas probabilidades de sobrevivir al cine 3D, a los drones y a los coches eléctricos. Muchas tendencias que nos parecen incuestionables –desde el consumismo desenfrenado a las redes sociales– remitirán. Y viajas tradiciones que nos han acompañado desde tiempo inmemorial –de la música a la búsqueda de la espiritualidad– no se irán nunca».


Al inicio del documental «Tauromaquias Universales», de André Viard, la narradora dice: «Desde que el hombre se propuso contar su historia el toro ha formado parte de ella». En la península ibérica hay festejos taurinos desde el siglo IX y en México se tienen registros de corridas de toros desde 1526.

Parafraseando a Irene Vallejo, ante la catarata de predicciones apocalípticas sobre las corridas de toros, yo digo: un respeto. No subsisten tantos espectáculos milenarios entre nosotros. Sólo permanecen los que han demostrado ser supervivientes difíciles de eliminar. 


En el «Infinito en un junco», Vallejo cita un poema que el escritor bosnio Izet Sarajlić escribió en 1976 intitulado «Carta al año 2176»:
¿Qué?/ ¿Todavía escucháis a Mendelssohn?/ ¿Todavía celebráis los cumpleaños de los niños?/ ¿Todavía ponéis nombres de poetas a las callas?/ Y a mí, en los años setenta de dos siglos atrás, me aseguraban que los tiempos de la poesía habían pasado –al igual que el juego de las prendas, o leer las estrellas o los bailes en casa de los Rostov–./ ¡Y yo, tonto, casi lo creí!».

La Tauromaquia ha superado muchas pruebas, sobre todo, la prueba del paso de los siglos. Eso no quiere decir que los que amamos la tauromaquia no la debamos defender, al contrario. Ante los ataques de los animalistas, nuestro deber es comprar un boleto e ir las plazas. Y ahí, exigir que salga el toro bravo, con trapío y en puntas. Si eso se da, estoy cierto que mis bisnietos se seguirán emocionado con cuando un valiente haga suertes ante un toro de lidia.

Tres novilleros hablarán en el Círculo de Labradores de Sevilla sobre la savia nueva

Manolo Vázquez, González-Écija y Manuel Perera participan en una mesa el martes 22 de junio en el Real Círculo de Labradores de Sevilla (sede de C/Pedro Caravaca) con el título ‘Savia nueva para el toreo’

El Real Círculo de Labradores ha programado para el próximo martes una segunda entrega del ciclo titulado ‘Los toros en el Círculo’, en la que serán protagonistas los tres novilleros anunciados en septiembre en Sevilla. 

En este segundo encuentro, titulado ‘Savia nueva para el toreo’, se propone abordar los primeros pasos en la carrera de un torero de la mano de tres novilleros con picadores: Manolo Vázquez, Jaime González-Écija y Manuel Perera, que el próximo 21 de septiembre harán el paseíllo en la Maestranza.

La charla se desarrollará el martes 22 de junio en el Salón Real de la sede del Círculo en el centro (C/ Pedro Caravaca) a las 20.00 horas. El acto será presentado por el periodista José Enrique Moreno, director de Toromedia.

Entrada libre y gratuita hasta completar aforo (reducido). Se cumplirán con todas las medidas y protocolos de seguridad COVID-19. Obligatorio el uso de mascarilla en todo momento.

Comandante del Ejército le entregó una distinción a «Gitanillo» y exalta su defensa de la tauromaquia

El General Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda, Comandante del Ejército Nacional de Colombia y graduado ESDEG del Curso de Estado Mayor, Curso de Altos Estudios Militares y de la Maestría en Seguridad y Defensa Nacionales en un solemne acto ( el alto oficial está con su traje de gala ) , le entregó una distinción a Over Gerlain Fresneda, conocido en el mundo del toro como » Gitanillo de América» , hijo y padre de toreros y resaltó la defensa de la tauromaquia del espada que cunplió 35 años de alternativa en Bogotá con Espartaco y El Capea.

( Imagen de la alternativa la plaza De Santamaría de Gitanillo. Se abraza con El Capea ante la mirada sonriente de Espartaco )

Gitanillo se ha convertido en un defensor sin desmayo de la fiesta y sus buenas relaciones con los legisladores ha evitado que la fiesta sea anulada como práctica cultural en Colombia. Para ello ha contado con el valioso concurso y asesoría de don Enrique Cabrales.

El general y el torero recordaron los tiempos en los que cada año se realizaba una corrida en la unidad militar de Tolemaida.

Así que en esa línea de defensa de los valores de un arte que han abrazado pintores, poetas, músicos, escultores,narradores se encuentra el torero Gitanillo y el jurista Felipe Negret,. Gracias a ellos y a otros destacados aficionados y profesionales, la fiesta en Colombia está reglamentada, es legal su práctica y está excluida del llamado maltrato animal

La ceremonia de la entrega de esa distinción al torero se realizó en Cartagena.


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