Este 9 de julio, los toros de don Victoriano del Río dictaron sentencia a una terna que por donde se mire es excepcional : Sebastián Castella , Emilio de Justo, y Ginés Marín.
EL SORTEO
LA GANADERÍA
ENCASTE
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.
Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.