La unidad de quienes participamos en las expresiones culturales será un medio de defensa de nuestras tradiciones, de la libertad, por el empleo y por la pervivencia del toro como especie.
Se ha programado una gran marcha para el 8 de octubre para hacernos sentir, de que estamos vivos y de que no cejaremos en el empeño de que estas prácticas sobrevivan a los fundamentalistas y mal llamados animalistas.