Día: 13 de octubre de 2024

Manuel Libardo, dos orejas, puerta grande, triunfador de Toros y Ciudad con el mejor toro de Miguel Gutiérrez. La grata sorpresa de un carismático Manolo Castañeda que puso en pie a la plaza por su manera de entender el toreo

fotos Farley Betancourt Henao

Seis toreros y una ganadería nacional, herederos de Ernesto Gutierrez, cerraron el ciclo de Toros y Ciudad en Manizales.

Cayó un fuerte aguacero en el primer toro, fue amainando y el festejo final de «Toros y Ciudad » se pudo realizar sin problemas.

La corrida entre cuatreña y cinqueña , peso, volumen. Eso sí juego diverso. El encierro ha tenido clase pero careció de alegría. Un gran toro, de vuelta al ruedo y el sexto soso con cierta chispa. Los cuatro restantes no tuvieron finales.

El paseíllo se cumplió de manera muy singular con los seis toreros luciendo el tricolor nacional que sustituye al capote de paseo, los dos alguacilillos portando las banderas de Colombia y Caldas como demostración de fe en nuestro ritual , en la libertad de escoger profesión y oficio y en los altos valores de este antiquísimo rito táurico. En la imagen se aprecia el lleno de la plaza hasta las banderas

Manuel Libardo ha toreado como los ángeles. A la postre ha sido el triunfador de la corrida de los seis toreros nacionales.

Con el capote que llevaba impreso » sí hay toros » lo ha bordado, qué lentitud, cómo llevó al toro en los vuelos de la capichuela y la media que abrochó.

Con la muleta desplegó ramilletes de naturales y por el pitón derecho , por abajo, aprovechando al noble y repetidor «Abanderado», cuesta arriba, muy murubeño. Le echaba la muleta al hocico, lo traía en esa media luna con planta firme. La gracia , el temple, los tiempos, la distancia, la colocación y la estética como divisa del torero de Ubaté que ha emocionado a la plaza.

Espada bien colocada, dos orejas y vuelta al ruedo al toro.

Como en aquella letra que canta Benny Moré, el bárbaro del ritmo , diría :» Qué bonito torea ud, Manuel Libardo»

MANOLO CASTAÑEDA O LA GENERACIÓN DE EMOCIONES

Cerraba la noche el torero bogotano que como en la obra de Hemingway «Manizales era una fiesta». Dejó «parado» el capote en los medios, se fue desde la barrera a los medios, lentamente, como saboreando lo que hacía. Se echó de rodillas, dos largas, verónicas bien construidas , tapatias y revolera.

Dejó crudo al toro y en banderillas explotó con tres pares que pusieron a la plaza en pie y delirando.

Con la muleta » destapó el tarro de las esencias» como decían las crónicas de «El Ruedo».

Se va de rodillas, tres por el derecho y un cambio por la espalda. La gente le acompañó toda la faena con un alegre y desenfadado torero. Le dejaba la muleta en la cara, tiraba de él aunque «Tiplero» tardeaba pero eso sí cuando el torero lo metía en la muleta iba con clase. Hubo un redondo tan ajustado que la gente vibró gritándole » torero, torero»…Pero los toros tienen su misterio y se fue yendo a tablas. Tres ayudados por alto para cerrar pero la espada le niega la bien merecida puerta grande.

Tiene futuro el joven torero. Es preciso decir que la tauromaquia es variopinta, que tiene diversos matices de acuerdo a la personalidad de cada artista y como Manolito Castañeda con ese desparpajo, con esa gracia, donaire y buenas maneras son necesarios en el escalafón y le dan singularidad a la fiesta.

LOS OTROS 4

Ricardo Rivera, Luis Miguel Castrillón, David Martínez y Sebastián Cáqueza pecharon con lo menos potable del encierro, batallaron con elegancia, disposición y saber pero sin mimbre no es posible hacer cestas.

David Martínez estuvo centrado, magnífico en banderillas, toreó a placer.

Ricardo Rivera que dejó gotas de esa calidad que atesora el vallecaucano,

Sebastián Cáqueza no logró superar la baja condición de su toro

Castrillón con ese gusto exquisito que tiene , este domingo falló con los aceros.

LOS PREMIOS

El jurado ha decidido premiar ( con justicia) al mejor torero de los seis de hoy, Manuel Libardo, al picador Reinario Bulla y cómo corrida a la de Miguel Gutiérrez

Declarado desierto el premio al mejor novillero pero no olvido al novillero de villapinzón Eduardo Contreras y tampoco puedo dejar de mencionar a ese otro gran encierro de la novillada picada de ´´ Altagracia ´´ de Don Ricardo Arandia por cierto le indultaron un novillo con un encierro con clase

fotos por Farley Betancourt Henao

Decepcionantes Miuras en Zaragoza con un Colombo en sazón que dejó una tarde de firmeza y saldos ganaderos impropios de esa feria

 Enel ruedo, un 12 de octubre en La Misericordia se presentó un saldo indefinible de Miura de cuyos cinco animales anunciados de salida terminaron siendo arrastrados solo tres. El 3º y el 5º fueron devueltos por inválidos. Dice Carmelo Moya que el sexto también fue protestadísimo y el presidente Ezquerra solo tuvo dos opciones: mantenerlo en la esperanza de que el toro se aguantara o devolverlo y con ello dar por finalizada la función pues esta empresa tan rumbosa no quiso enchiquerar un tercer sobrero.

La falta de seriedad volvió a ser el plato principal en una tarde muy esperada para los aficionados toristas. Miura para cerrar una feria descafeinada en La Misericordia. El día grande, la goyesca, se convirtió en un desafío ganadero en la que intervinieron cuatro hierros diferentes: Miura, Concha y Sierra, Peñajara y Salvador Gavira. Limpieza de corrales y hasta el año que viene.

De Miura, el toro más interesante fue el primero de Manuel Escribano. Astifino complicado, con casta pero noble en la muleta. El diestro estuvo entregado, pero sus muletazos  no consiguieron conectar con el público. Con su segundo, Escribano tuvo menos suerte. Muletazos meritorios a media altura a un toro que fue a menos. Correcta tanda con la mano izquierda con naturales profundos a un animal que no estaba por la labor de interactuar con el sevillano.

Esaú Fernández volvió a demostrar sus capacidades tan limitadas; sin cruzarse, fuera de sitio y toreando desde Calatayud. Volvió a demostrar que la falta de estética también tiene hueco en el mundo del toreo. Con su primero, de Concha y Sierra, pudo haberle sacado mucho más a un toro que repetía con algo de alegría, aunque le faltaba un poco de casta. 

El destino quiso que el diestro sevillano no le tocara un Miura ante sus ojos. Salió el sobrero, de Salvador Gavira. Un animal soso en la muleta y con falta de fuerza. Trallazos a media altura  y sin ningún temple. «Ni uno has dado», gritó un aficionado.

La alegría de Escribano se reflejó en Colombo. El diestro venezolano comenzó con un amplio repertorio con el capote que abrió el apetito del tendido ante un manso toro de Peñajara. No se acopló y tardó demasiado en acortar la faena.

Un miura de 699 kilos fue el toro más esperado. Al final resultó ser un inválido de manual, tras masacrarlo en el caballo, y Colombo hizo hasta lo imposible sin éxito.

Los miuras tuvieron un comportamiento noblón en el caballo. Empujaron poco con los riñones y salían huyendo del peto. Los aficionados se quedaron sin ver un interesante tercio de varas ante esos bichos.

Escribano y Colombo banderillearon a sus toros.

A pesar de que fue una tarde plomiza y que no cumplió con la expectación de los aficionados, honor y respeto a aquellos toreros que se ponen delante de toros tan complicados.

Ficha de la corrida:

Tres cuartos de plaza

Manuel Escribano (berenjena y azabache): contraria y tres descabellos (ovación) // pinchazo (aviso) y estocada (ovación)

Esaú Fernández: (azul celeste e hilo blanco): desprendida y descabello (ovación con división de opiniones // Media estocada y descabello (ovación con división de opiniones)

J.E Colombo (de rosa palo e hilo negro): estocada (silencio) // baja (división de opiniones)


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