Alberto Aguilar apodera al novillero caleño Leandro Gutiérrez

Alberto Aguilar apodera al novillero caleño Leandro Gutiérrez

Alberto Aguilar, director de a Escuela de Navas del Rey.- Comunidad de Madrid , es el primer apoderado del caleño Leandro Gutiérrez con quien cerró un acuerdo tras dos años de recibir asesoría taurina del torero que se retiró hace 3 años.

Leandro torea el 7 de mayo un encierro de La Quinta en el encaste Santa Coloma en la inauguración de la Feria de Leganés que organiza el taurino español Alberto García quien lleva con Tauroemoción Cañaveralejo.

El novillero colombiano Leandro Gutiérrez causó una gran sensación en la tarde en la que debutó con picadores en Añover de Tajo (Toledo), y cortó dos orejas al sexto de un serio e imponente envío de San Isidro.

La novillada de Añover de Tajo concitó gran interés en los aficionados de la zona, incluidos no pocos llegados de Madrid y Toledo; fundamentalmente por el trapío que, merced a las muchas fuentes de información disponibles hoy día, se sabía lucirían los utreros de San Isidro.

Sin embargo la imponente lámina de la novillada, muy ofensiva de pitones y no tanto de carnes, no estuvo acompañada de embestidas entregadas y armónicas, aunque sí se movió.

El diestro madrileño Alberto Aguilar puso punto y final a su carrera al concluir la temporada 2018. Así lo ha confirmado : «Es una decisión muy dura pero hay momentos en la vida en los que hay que afrontar las cosas como vienen«. Alberto Aguilar tiene hoy 35 años, pese a su juventud, arrastró una tremenda lesión que lo obligó a retirarse y tuvo que operarse de nuevo.

Un toro de Mondoñedo le hirió en la Feria de Cali a finales del 2013. Tras varias operaciones, Aguilar no controla del todo su pie ya que perdió el nervio popliteo en aquella brutal cornada de 20 centímetros que recibió en el gemelo: «No pudieron reconstruirlo por la distancia que separaba un extremo del nervio con el otro. Es lo que se llama: ‘pie equino’ porque no puedo levantar el pie. De hecho, para que esté sujeto, me pusieron uno de los tendones laterales del pie en el empeine para conseguir los 90 grados. El tratamiento fue muy duro, primero con el aparato ortopédico, luego con una intensa rehabilitación y siempre preocupándome mucho del entrenamiento».

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