El 2 de octubre de 2010, la plaza de Las Ventas vivió una de las tardes más bellas de su
existencia. De una belleza genuina, profunda, inefable. Formaban cartel tres artistas
paradójicamente rescatados del fondo del escalafón, y que una vez consumadas sus
respectivas proezas iban a permanecer confinados allí mismo. Misterios de la política
taurina, dominada por el cortoplacismo y las componendas empresariales, el veto de
ciertas figuras –¿la mayoría?– a los alternantes incómodos y a la bravura auténtica, la
dejadez y superficialidad de públicos menguantes e incultos. Y razón de que la
tauromaquia del siglo XXI, incomprendida, vejada y atacada desde tantos frentes, navegue
sin brújula entre la zozobra y la incertidumbre por aguas infestadas de pirañas y tiburones.
Que Onetoro, ese canal tan pretencioso con sede en Miami, esté ahora mismo tirando la
toalla porque a sus dueños no les cuadran los números, es apenas la última raya en la piel
de un tigre famélico, con los colmillos y las garras convenientemente afeitados.
Vamos ahí. Era la tercera fecha de la madrileña Feria de Otoño y a la empresa se le ocurrió
anunciar juntos a Juan Mora, Curro Díaz y Morenito de Aranda con toros de Torrealta
(Paloma Eulate), de buen cartel en tiempos no lejanos. Y era una corrida con los años y los
pitones muy bien puestos. Por algún motivo, esa terna de toreros de arte pero escasos de
contratos prácticamente llenó la plaza, como si la gente hubiera tenido el presentimiento
de que algo importante se avecinaba. Y allá iban ya, ruedo adentro, las cuadrillas
encabezadas por el plasentino Mora (oliva y oro), el linarense Díaz (verde botella y oro) y
el arandino Jesús Martínez (añil y oro). El primero de la tarde, “Retaco”, 615 kilos, negro,
levantado de púas y con más morrillo que cuello, ya está en la arena.
Juan Mora se sublima. Seguro y firme, ajeno al duro castigo que a partes iguales le habían
infligido los toros y las empresas, el de Plasencia se plantó en el tercio, juntó los talones y
meció la verónica en lances amandilados de palpables suavidad y sabor, hermoso
preámbulo de la memorable tarde. Juan Mora había tomado la alternativa en Sevilla un
lejano 3 de abril de 1983 de manos de Manolo Vázquez, Curro Romero de testigo. Y,
torero de hábitos añejos, usaba capotes y muletas sin apresto y no recurrió nunca a la
espadita simulada, detalle que este día habría de resultarle capital. Porque sus faenas de
muleta, iniciadas ambas con muletazos de rodilla flexionada tendientes a explorar y
moldear la embestida, se desarrollaron siempre en ese mismo tercio con base en series
circulares por ambos pitones que fueron bellamente a más en lentitud, mando y redondez
hasta culminar con ajustados pases de pecho, levemente abierto el compás. A “Retaco” lo
mató por todo lo alto a la salida de uno de estos remates desatando tal alboroto que las
orejas estaban cantadas. Pero el jabonero “Abatido” se resistía a doblar, Juan se desplantó
a centímetros de la ancha cuna y el animal, en una ciega arremetida de agonía, lo volteó
feamente y le pegó un puntazo. Cayeron toro y torero casi al mismo tiempo, y la tercera
oreja de la soñada tarde del plasentino le abrió de par en par la Puerta de Madrid.
Curro y Morenito. Pero no fue todo. En una tarde bendecida por los dioses, los otros dos
alternantes también tenían mucho que decir. Poco le importó a Curro Díaz que sus toros
se le resistieran, él insistió, con decisión de valiente pero sin olvidar ni por un momento
sus dotes de artista hondo y fino. Se la jugó con el incómodo quinto –“Trajesucio” sería
despedido con pitos– lo estoqueó por todo lo alto y le cortó la oreja.
Morenito de Aranda, parco con un flojo sobrero de Martín Lorca, reemplazo del tercero,
iba a cuajarle a “Coral“, el sexto, un auténtico faenón. Toro supremo y espléndida la obra,
rica en naturales de trazo larguísimo en series generosas en cantidad y calidad, parecía
destinada a la puerta grande cuando el bajonazo final refrenó los entusiasmos. Pero sólo
un poco, porque el intenso pañoleo obligó al presidente a sacar el suyo. Una oreja que
pudieron ser dos.
Brindis y crónica. Juan Mora le brindó su primer toro a Barquerito con palabras de afecto
y reconocimiento. Y don Ignacio Álvarez Vara correspondió con una crónica de las suyas,
sobria, sabia y sabrosa, sin asomos de alcahuetería a cambio de la justa distinción que le
había dispensado el torero. Entresaco lo básico de la misma: “Abrió corrida una mole
inmensa de 615 kilos: “Retaco”, número 18, negro, muy cabezón, finas las puntas y aire
deslavazado, como su trote de salida, perezoso e incierto. Venía sin emplearse ni
descolgar, al paso y cruzado. Se acostó por las dos manos (…) Se llevó por delante al
banderillero Javier Palomeque, que cayó de espaldas y a plomo, inconsciente. Juan Mora
lidió con cabeza y estilo: lances de buen dibujo pero de sujetar al toro, que tardó en fijarse
y estuvo haciendo hilo (…) Joya de la lidia fueron unos lances a una mano por delante, con
cambio de mano de uno en otro, para meter al toro casi bajo el caballo (…) Hubo sustos y
apretones en banderillas.
Luego iba a llegar, sin dudas ni prisas ni pausas, una muy notable faena de Juan Mora.
Notable por todo. Por la resolución: con tres muletazos de tanteo ya estuvo en marcha la
cosa, puesto y gobernado el toro. Por la firmeza: encajado, vertical el torero, pero suelto
de brazos. Por la autoridad que confiere el torear con los vuelos del engaño a la manera
clásica, sobre el espejo de tauromaquias como las de Antoñete o Manolo Vázquez. Por la
muy sencilla fluidez. Fue faena breve y grande, no mucho más de los veinte muletazos del
dicho famoso (…) A medida que corría el tiempo, ganaba en ritmo y fuerza.
Primero la mano derecha, sin que el toro rompiera en serio, sólo que seguía el engaño bien
templado; y luego, la que fue, casi de sorpresa, la mano buena, la otra. Se aplomó el toro
un poco, pero, dócil, humilló y, embebido en los vuelos, hizo el semicírculo enroscado. Muy
despacio entonces Juan. Sencillo empaque al componer, perfectos los remates cambiados.
Inteligente la solución de torear en un solo terreno, entre rayas y tablas. Ni un metro más.
Detalle privativo de los maestros. En el momento justo, una estocada hasta la bola
cobrada con fe ciega. Como siempre, Juan había salido a faenar con la espada de acero. Y
rodó sin puntilla el toro. Dos orejas. Gran triunfo.
Saltó de cuarto un jabonero de amplísimo balcón, que hizo, de salida, cosas de toro corrido
en el campo: saltarse de engaños sin atenderlos, irse sin barbear, ganas de correr. Una
lidia precisa de Juan Mora, un quite por delantales clásicos –de perder el paso en la
reunión y de golpear con las muñecas y no con los brazos- y un remate a punta de capote
precioso (…) No un calco de la primera faena, pues fueron toros distintos, pero muy pareja
la estrategia: de torear sin violencia ni castigar, de convencer al toro con un caramelo, de
irse Juan enroscando con él más cada vez, de saber tocarlo, engancharlo y soltarlo. Faena
de inteligencia, en un solo terreno, cuya única pausa en serio se resolvió con una reolina
trazada por encima del flequillo pelirrojo de ese toro jabonero tan bien tenido. A la salida
de un pase de pecho, igualado el toro en la suerte natural, volvió Juan a volcarse con la
espada. Entera, pero un punto trasera. Lenta la agonía. Metido entre pitones para verlo
rodar, Juan salió volteado y con un puntazo en el muslo. ¡Nada! Una oreja, la tercera. Juan
le anudó al toro en el cuerno derecho la toalla de su mozo de estoques. Tarde redonda.
Curro Díaz, en tarde feliz, seguro y puesto, anduvo torero y fácil con un segundo muy
astifino de bellas hechuras, el más bonito de todos, sólo que se rajó antes de tiempo (…)
Con un quinto de imponente remate, Curro Díaz acertó con la tecla de torear de frente por
abajo y despacito, en faena paciente y de aguante indesmayable, y remató con una de
esas estocadas suyas, en que la espada entra en parábola por el hoyo de las agujas.
(…) El sexto, 600 kilos pero baja la cruz, fue el toro de mejor impulso, sobre todo por la
mano izquierda, y Morenito de Aranda no lo dejó ir sino que, con majeza, ajuste y temple,
lo ligó en tres tandas de mano baja que llegaron de verdad a la gente. Adornos clásicos de
toreo de pastel. Con todo en la mano –la puerta grande, la plaza embalada- se le fue la
espada a los bajos. A él, que lleva matados este año por arriba tantos toros.
(Entre paréntesis, Juan Mora tuvo la gentileza de brindar la muerte del primer toro a
este cronista, que hace diez años vivió en un hospital de Jaén junto a su familia una noche
casi trágica: esa cornada estuvo a punto de costarle a Juan a vida. Una de las más graves
de los últimos tiempos. De modo que parecía un milagro no sólo verlo torear tan
sabiamente sino saberlo a hombros por la Puerta de Madrid y con la vida por delante. La
gente del tendido me ha felicitado como si las orejas las hubiera cortado yo y no Juan. Se
me ha llenado el buzón de enhorabuenas. Ahora empiezo a entender de toros. ¡Ya era
hora!) (Colpisa, portal de Internet. 2 de octubre de 2010)
Unanimidad mediática. Acorde con el acontecimiento. Breve pero significativa muestra:
“Hace veinticuatro horas nadie se acordaba de él, pero ahora Juan Mora es el triunfador
de la temporada en Las Ventas. Con la torería y el concepto que siempre le distinguió,
trayendo y reivindicando unas formas y una filosofía en desuso, Juan Mora rompió tópicos,
arrebató, sugestionó y volvió a poner de manifiesto que con quince muletazos se cortan
dos orejas en Madrid. Tarde grande, más allá de los trofeos, que vuelve a poner de
actualidad a un torero injustamente postergado durante demasiado tiempo. En la mejor
corrida del año en Madrid, Curro Díaz y Morenito de Aranda también cortaron una oreja.”
(Íñigo Crespo. Mundotoro, portal de Internet. 2 de octubre de 2010).
“El otoño dorado de Juan Mora (…) Al borde de los cincuenta años, cautiva al público
madrileño con el aroma añejo de su estilo, corta tres orejas, pedidas unánimemente, y
sale, feliz, por la Puerta Grande. Después de tanta grisura, ¡qué alegría disfrutar con la
belleza del buen toreo!” (Andrés Amorós. ABC, 3 de octubre de 2010)
“Bolero de otoño y torería de Juan Mora (…) Dos orejas con el toreo de siempre: 25
muletazos y una estocada. Toreó con la espada de verdad y después de cuajar dos series
portentosas de temple al natural, estocada en todo lo alto que tumbó al toro sin
puntilla. Puerta Grande de las de antes para un matador con casi 50 años y el clasicismo
en la cabeza.” (Zabala de la Serna. El Mundo. ídem).
“Juan Mora (48 años y 27 de alternativa) se abrió de capa y muleta con serenidad, sin
prisas, como quien no quiere la cosa, se sintió torero de los pies a la cabeza y en poco más
de seis minutos entusiasmó a la plaza y cortó las dos orejas (…) Y volvió a deleitar en el
cuarto. Curro Díaz se armó de valor y se aupó al triunfo; y Morenito, enrabietado, con el
toro más claro de la tarde, el sexto, ofreció un recital por naturales. Tarde de gloria en Las
Ventas, el toreo resucitado y corrida inolvidable.” (Antonio Lorca. El País. Ídem)
“Por vez primera en mi vida, y creo que la de todos los aficionados, vimos cortar un doble
trofeo por un torero que, apenas con quince muletazos y, tras un pase de pecho
espléndido, tizona en mano, le enjaretó una estocada en todo lo alto rodando el toro en el
acto. El éxtasis, clamor, delirio y pasión, algo que hacía años que no veníamos, todo ello se
desató tras la muerte de aquel bravo ejemplar (Pero) El primer pago que tuvo en la
temporada siguiente fue no contratarle para San Isidro y, a partir de aquel momento,
silencio sepulcral para el torero de Plasencia (…) Injusticias, en el toreo, se cometen a
diario, pero la cometida contra Juan Mora no tiene nombre.” (Pla Ventura. Opinión y
Toros. Portal de Internet. 4 de agosto de 2023)
2 de octubre no se olvida. Injusticias aparte, la hazaña de Juan José Gutiérrez Mora y sus
alternantes Curro Díaz y Morenito de Aranda pertenece a la historia grande de la plaza de
Las Ventas. Y del toreo por cuanto pueda tener de arte, de historia y de cultura. A través
del tiempo, el 2 de octubre de 2010 es y será una de sus efemérides clave.
RESULTADO DEL FESTEJO
Juan Mora, de verde oliva y oro. Estocada (dos orejas). En el cuarto, estocada contraria (oreja).
Curro Díaz, de verde botella y oro. Media estocada (saludos). En el quinto, estocada (oreja).
Morenito de Aranda, de azul pavo y oro. Media estocada (silencio). en el sexto, estcoada baja, (oreja).
Ya sabemos los detalles que la afición quiere conocer de la forma como la empresa encara con tanta responsabilidad esta temporada tan ilusionante.
No tengamos dudas, eso sí, las combinaciones son espectaculares pues la nómina así lo pronostica.
Bolívar fue arropado por sus amigos para encontrar el punto ideal.
Ya les contamos que se intentó con José Tomás, con Pablo Hermoso, con Ventura, con Ponce, con Roca que solo volverá a vestirse de luces en Latacunga y en Lima en noviembre, y no se cristalizó su paso por Cali y Manizales. Así que estos carteles estructurados por Toro Vive en Cañaveralejo lo que refleja es la generosidad de ganaderos, apoderados y toreros que le dan brillantez a la temporada y dijeron » sí «.
Y ganaderías con historias contrastadas, la de herederos de Miguel Gutierrez, la del maestro Rincón, Las Ventas del Espíritu Santo, la de la hija de «El Dandy» , Campo Real, la divisa de un vallisoletano y colombiano de pro, la de Paispamba
Tener a un histórico, Manzanares, a Fernando Adrián , uno de las revelaciones de la temporada europea, a Alejandro Talavante con un envidiable palmarés, a un colombiano de pro como el francés Castella, al mexicano El Payo ,al propio Bolívar, a Luis Miguel Castrillón, a Guillermo Valencia, a Juan Sebastián Hernandez, y un torero muy querido de la afición colombiana, Antonio Ferrera que viene a nuestras plazas desde sus tiempos de novillero. Y Antonio Picamils nos recuerda este hecho que es más que una estadística : Hoy, mañana o pasado, el matador de toros Antonio Ferrera alcanzará su corrida número 1.000. Ahí queda eso: 1.000 corridas de toros en España y Francia. A eso hay que sumarle las corridas en América, aunque esas aún están por contabilizar. Las 999 que ya ha toreado están contabilizadas.
Y otro dato no menor : la inclusión en los carteles de la feria caleña de Manuel Escribano, el que indultó a Cobradiezmos en Sevilla , toro que acaba de morir en la ganadería de Victorino Martín. Y contar con el simpático y gran torero valenciano, Román y cerrar ese cartel con un venezolano que está arrasando en tierras peruanas y en España, Jesús Enrique Colombo.
Y hechos importantes, la presencia de Arturo Cartagena uno de los ganadores del certamen CITAR que confeccionó Pablo Moreno en México , un joven con mucho presente y futuro, Cristian Restrepo que se forma en la Escuela de Arganda de del Rey, y en el cartel de la novillada de PAISPAMBA un joven mexicano con mucha personalidad, Bruno Aloi.
CÓMO QUEDAN LOS CARTELES
J 26/12: Antonio Ferrera, Luis Bolívar y Fernando Adrián (Ernesto Gutiérrez)
– V 27/12: Luis Miguel Ramírez, Bruno Aloi, Arturo Cartagena y Cristian Restrepo (Paispamba)
– S 28/12: Sebastián Castella, José María Manzanares, Luis Bolívar y Alejandro Talavante (Las Ventas del Espíritu Santo)
– D 29/12: Festival taurino. Antonio Ferrera, Sebastián Castella, Alejandro Talavante, Octavio García ‘El Payo’, Luis Castrillón, Guillermo Valencia y Juan Hernández (Diferentes ganaderías)
– L 30/12: Manuel Escribano, Román y Jesús Enrique Colombo (Campo Real)
IMAGEN DEL ACTO DE LANZAMIENTO
En el Restaurante Coque de Madrid, la empresa Toro Vive desveló los carteles para la Feria Taurina de Cali 2024, que se celebrará entre el 26 y el 30 de diciembre. La presentación estuvo encabezada por los empresarios mexicanos Luis y Pablo Álvarez, el torero colombiano Luis Bolívar y Alejandro Valencia, quienes anunciaron un ciclo internacional que contará con la participación de José María Manzanares, Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Fernando Adrián, entre otros. Bolívar, además, se despedirá de su afición caleña con un doblete en la feria.
Nos acaba de dejar un maestro de periodistas, un escritor de pulida pluma, cronista de toros en El Colombiano, conversador inteligente.
El maestro Jorge Vega ha muerto a los 93 años.
Estaba retirado en el Oriente antioqueño este arquitecto que delineó inolvidable páginas taurinas.
Se va un hombre honesto, un amante de la fiesta y un escritor que enalteció con su pluma este travieso y siempre bello mundo de la tauromaquia.
ESCRIBIO SOBRE LOS TOROS EN EL OCCIDENTE DE COLOMBIA. Y A PROPOSITO DE CALI, BUENO ES RECORDAR ESTE ARTICULO DEL MAESTRO VEGA
Autor: Vega Bustamante, Jorge
Recién iniciada la conquista, los españoles trajeron a América la fiesta brava; a sólo 17 años de la llegada de Colón, se dieron corridas. Pensando que las emociones podrían ser más variadas si se sacrificaban indios, se les dio a éstos la oportunidad de que ayudaran poniéndoles a tomar parte en las fiestas. Así, por muchas referencias, se sabe que el indígena se aficionó mucho; siguiendo el concepto romano de pan y circo, los hispanos, le entretuvieron con tabaco, licor y toros.
De los siglos XVII y XVIII hay referencias de fiestas de toros al estilo de Santafé en muchas poblaciones del Cauca (todo sur-occidente). Se daban en especial para conmemorar la llegada de un soberano al trono, o al advenimiento de un nuevo virrey. Se celebraban las fiestas en varios días consecutivos para facilitar la presencia del indio el colono, que debían recorrer muchas lenguas para llegar al poblado. El sistema de las ferias actuales en seguidilla tiene, pues, lejano ancestro colonial.
Al circuncribirnos al siglo XIX en el occidente colombiano, es preciso recordar el origen caballeresco de la corrida en España (en plena Edad Media) y que luego tuvieron en las plazas mayores de los pueblos su escenario natural. Los circos modernos tomaron la forma circular de los romanos. Desde el barroco e incluso el rococó hasta el neoclásico, se han edificado cosos neo-mudéjar, de hormigón y modernos combinados.
Santiago de Cali
Sólo a fines del siglo XVIII comienza a criarse en España el ganado bravo en ganaderías con nombres de abolengo. Esto en Colombia sólo ocurre a partir de la tercera década del actual siglo. No obstante, en la segunda mitad del siglo XIX se construyen los primeros circos en ciudades como Cali y Medellín. Se dan muchas fiestas con toros criollos y tigreros traídos de los llanos. Tras la independencia, se instituyó la costumbre de celebrar el 20 de Julio con corridas en plaza mayor. La de Lima había dado el ejemplo y se dice que el propio Simón Bolívar asistió a una corrida en esa capital, que posee la plaza más antigua de América (Acho) construida en 1765.
Toda villa que se preciara de cierta importancia en la región andina continuó con esta costumbre de las «corridas patrióticas» durante el siglo pasado. El historiador caleño «Machaquito» nos cuenta que todas las programaciones para celebrar fiestas de plaza incluían -fuera de riñas de gallos, cabalgatas y otros jolgorios- las famosas corridas de toros, cumplidas entonces en cosos tan improvisados como las mismas cuadrillas. En 1892 llegó a Cali procendente del Perú la primera cuadrilla de toreros de verdad: Tomás Parrondo «Manchao» (matador) y los banderilleros Manuel Vera «Mazzantinito» y Wenceslao Carrillo «Minuto». Se constituyó sociedad bajo la denominación Empresa Circo de Toros, liderada por Ulpiano Lloreda; se abre la Plaza de Armas el 25 de septiembre, siendo esta fecha la primera en que veían hombre luciendo coleta los caleños. Estos se emocionaron hasta el delirio con su labor. Acostumbrados a las encerronas populares de las plazas de la Constitución -hoy de Ca-ycedo- y San Nicolás, resultaba sorprendente la lidia ordenada y los trajes de luces implantados por «Manchao» y los suyos. Se vieron toda clase de suertes: salto de la garrocha, banderillas a porta gayola y lances al alimón.
En 1904 se contruyó el segundo coso en la calle 12 con carrera 3a, que era apenas un remedo de circo. A partir de 1906 aparecen los nombres de «Piedra», «Relámpago», el antioqueño Luciano Jaramillo y el infortunado caleño Ignacio Sánchez «Salerito», quien murió por cornada. Continúa la lista de diestros con «Almanseño», «Moyano de Triana», el picador «MeIlaíto», así como las toreras Josefa Mola «Pepita» y «Finita», quienes propiciaron la fundación del Club Guerrita, reuniendo la primera comunidad de aficionados de la talla de Alfonso Lenis, Tulio Concha, Guillermo Bótanos, Ernesto Rengifo y otros. La peña se extingue en 1919, cuando Bienvenida se marchó del país.
Pepe Castoreño en su historia nos lleva al primer circo de cierta estabilidad de Cali: la Plaza Belmente. Ordenaron su construcción Tulio Concha, Severo Guerrero y José María Martínez en lote de los señores Buenaventura, donde luego se levantaría el Edificio Belmente, en la Avenida Uribe con calle 25. Se inauguró el 23 de diciembre de 1927 con Ezequiel Rodríguez «Morenito» y Antonio Villa «Villita»; allí surgió luego Diego Ramos «Ramitos», afincado en el Valle y puntal de la fiesta. Pasaron por este circo de guadua y madera los que venían a «hacer la América», hasta el propio «Papa Negro», Manuel Bienvenida. El Circo Estrella se estrenó en 1928, con la colaboración de Campitos y el banderillero Miura, lo mismo que del aficionado local Jorge Caicedo Isaacs, como becerrista.
Así llegamos a la Plaza Granada, construida por Jorge Garcés, inaugurada en noviembre de 1929, por «Alcalareño» y Padilla, y cuya portada se conserva en el lote situado en la avenida 4a. con 6a. Esta plaza, además de corridas, presentaba al público toda clase de espectáculos: cómicos, boxeo y artistas de circo. Apunta Gustavo Lotero «Plumitas» sobre Leónidas Naranjo «Lenaranjo», empresario no caracterizado propiamente por la calidad, a quien el repentista Daniel Gil Lemos se refirió con ocasión de una reprimenda: Cuando me riñen mis tías porque vivo reunido con gentes muy poco pías, yo les respondo al oído: Lenaranjo ha enriquecido con las malas compañías.
En 1936, en las fiestas organizadas para el cuarto centenario de Cali, se presentaron Alfredo Corrochano y Juanita Cruz. Luego, con reses ecuatorianas de El Pedregal, debutó el zamorano Félix Rodríguez. La corrida fue presidida por el poeta Guillermo Valencia, llegado de Popayán. Luego, el debut de Rafael García «Caleñito», Manuel Rengifo «Manolete» (otro caleño) y Miguel López, primer colombiano de alternativa. Se cierran los recuerdos del Granada con nombres postineros como Pepe Gallardo y Joaquín Rodríguez «Cagancho», quienes alternaron en marzo de 1941 con toros de El Tablón, propiedad del vallecaucano José María Estela. Y, finalmente, la única presentación de la cuadrilla infantil de los hermanos Dominguín (Domingo, Pepe y Luis Miguel).
Por escritura pública del 30 de junio de 1955 se constituyó la Sociedad Plaza de Toros de Cali S.A. Fueron accionistas el departamento del Valle y el municipio de Cali, amén de muchas personas de la sociedad caleña y ganaderos de la talla de Ernesto González Piedrahita, Abraham Domínguez y Pepe Estela. Con planos del afamado ingeniero Guillermo González Zuleta se iniciaron los trabajos en 1956 y se concluyeron a finales de 1957. Cañaveralejo es la plaza con mayor capacidad del país: 17.000 personas. Su temporada inaugural se realizó en diciembre del 57 y enero del 58, con este elenco: Joselillo de Colombia, Manolo Zúñiga y, por España, Joaquín Bemadó, Gregorio Sánchez, Antonio Borrero «Chamaco» y Juan Antonio Romero. El 28 de diciembre fue la primera corrida con toros de Venecia para Joselillo, Gregorio Sánchez y Bernadó. Desde entonces se ha venido dando todos los años la Feria de Caña de Azúcar, la que congrega más público en Colombia.
De toda la vida las plazas le cogen manía a un torero o una ganadería y víctimas de ese incordio la mas de las veces gratuito se han ensañado con Manolete, Luis Miguel , El Cordobés, Manzanares padre, por mencionar algunos.
El llamado tendido de los temibles del 7 se metió con el peruano. Le criticaban la colocación y no dudaron en vociferar.
Cuando mejor toreaba, los pitidos se escuchaban cada vez más fuerte como signo de reprobación al torero de ese sector de intransigentes. El toro lo cogió y los dos pitones surcaban de la yugular al pecho, a los glúteos. Roca se encorajinó, terminó la faena, cortó la oreja que no pudo pasear pues fue trasladado a la enfermería y mas tarde una clínica local. La plaza gritó » fuera los del 7, fuera «.
El palco le concede la oreja y cojitranco el torero se dirige a la enfermería para ponerse en las manos salvadores del equipo del Dr Máximo García. De hecho no salió para el quinto. Se corrió turno y Ureña mató en sexto lugar el toro que le correspondía a Roca , toro que fiel libreto de la mansedumbre peligrosa de la corrida puso en aprietos al de Lorca que al entrar a matar a su primero se luxó la mano derecha y los gestos de dolor no los pudo evitar..
Al final , Roca 1 oreja, Víctor Hernández, otra y cada toro que aparecía en el ruedo no dejaba dudas de sus aviesas intenciones.
Se disponía a dar un forzado de pecho Roca , el toro lo prende con el pitón izquierdo que se enreda en la hombrera derecha, lo zarandea con furia. La plaza enmudece y en los rostros se advierte el peligro que hierve como un caldero en el ruedo venteño. Se pone en pie, lo auxilian pero es evidente que va herido. Pudo haber sido peor.
El toreo es un sentimiento pero comporta el peligro, ronda la señora muerte que se va llevando todo lo bueno que a su paso topa. Roca se ha salvado pero esos astifinos pitones pasaron de la yugular a la nuca y al pecho mientras conteníamos la respiración.
Decía el maestro Andrés Vázquez que el toro tiene todo el derecho a herir. Es verdad pero momentos tan angustiosos como los vividos en Las Ventas con ese limeño por los aires nos vuelven a situar en la pétrea realidad de que esta fiesta se puede morir de verdad que es , lo contó Belmonte, la diferencia con el actor de teatro que muere en las tablas, se incorpora y recibe la ovación.
El parte médico señala que el torero sufre «herida por asta de toro en cara posterior 1/3 proximal en el muslo derecho, con dos trayectorias, una hacia adelante de 15 centímetros que produce destrozos en los músculos isquiotibiales y contusiona el nervio ciático y otra hacía dentro de 15 centímetros, que produce destrozos en el músculo glúteo mayor«.
Picadores
CRISTIAN ROMERO (PICA 1) Y JUAN MELGAR (PICA 4)
Banderilleros
CURRO VIVAS (LIDIA 1), AGUSTÍN DE ESPARTINAS (LIDIA 4) Y ÁLVARO LÓPEZ ‘AZUQUITA’
Picadores
SERGIO MOLINA (PICA 3) Y JOSÉ MANUEL QUINTA (PICA 5)
Banderilleros
ANTONIO MANUEL PUNTA (LIDIA 3), FRANCICO DURÁN ‘VIRUTA’ (LIDIA 5) Y PAQUITO ALGABA
Picadores
ISRAEL DE PEDRO (PICA 1) Y AGUSTÍN COLLADO (PICA 6)
Banderilleros
R. MARTÍN ‘JAROCHO’ (LIDIA 3), MARCOS PRIETO (LIDIA 6) Y DIEGO VALLADAR
Seis toros de Fuente Ymbro
- 1ºNº 46, HECHICERO, NEGRO, 617, 12/2019
- 2ºNº 48, SOPLÓN, NEGRO, 557, 10/2019
- 3ºNº 73, MESTIZO, NEGRO, 553, 10/2019
- 4ºNº 92, TURULATO, NEGRO LISTÓN CHORREADO, 565, 11/2019
- 5ºNº 70, INFRACTOR, NEGRO LISTÓN, 556, 01/2019
- 6ºNº 21, ZALAGARDA, NEGRO, 561, 04/2019
PRESIDENTE:
D. José ANTONIO RODRÍGUEZ SAN ROMÁN
ASESOR:
D. JOSÉ CABEZAS PORRAS «JOSELITO CALDERÓN»
DELEGADO GUBERNATIVO:
D. JUAN ANTONIO SANZ MARTÍN
VETERINARIOS:
D. IGNACIO RAMÓN GARCÍA GÓMEZ, D. SECUNDINO ORTUÑO MARTÍNEZ Y FCO. JAVIER HORCAJADA GARCÍA
( Fotos cortesía del colega Diego Alais y de Plaza1 )
No se nos puede olvidar que la suerte de varas es primordial. Es la nuez en una corrida. Y este sábado en el sexto, J. M Ruiz, hermano del maestro Espartaco puso una vara de premio. Cuando abandonaba por el callejón , los aficionados de cada tendido le tributaron una ovación de gala.
Hoy se ha reducido en muchas ocasiones la corrida a la faena de muleta pero el primer tercio, por cierto, de varas no se nos puede olvidar que es fundamental. Antiguamente se anunciaban los picadores y en letra pequeña los lidiadores de a pie.. Hoy son subalternos del matador de turno..
Todo hay que decirlo, los dos jóvenes estuvieron descafeinados, desnortados, sin las seguridades de otras tardes. Les pesó la tarde en un Madrid siempre exigente y un par de toros que no tuvieron en los toreros la destreza. Y Adrián se quedó sin su cuarta puerta grande que hubiera igualado las del maestro Rincón. Eso sí con la diferencia que las del torero colombiano fueron en un año, en ese maravilloso 1991.
La tarde en fotos
Los dos primeros toros tuvieron muchas opciones. La corrida fue decayendo pese a la entrega de Fernando Adrián y Borja Jiménez que desplegaron sus mejores dotes sin alcanzara al final una cosecha mayor.
Corrida seria, bien hecha, sin reproches para la divisa. Otra cosa es el juego de los 6.
Borja estuvo entregadísimo, dio una vuelta al ruedo con alguna discrepancia en el tendido mientras Borja buscó el triunfo sin alcanzarlo.
La espada le jugó una mala pasa y su sólida obra quedó manchada en la suerte suprema.
Fue una demostración de sana rivalidad pero las cotas de toreo no llegaron.
Los dos torearon de hinojos, Borja se arrodilló frente a la puerta de toriles para las largas cambiadas, dos veces fue izado Adrián, hubo tandas de ambos espadas pero esa búsqueda no encontró las ventanas de la gloria
A manera de resumen
oros de Victoriano del Río,
• FERNANDO ADRIÁN, palmas, silencio y ovación tras aviso
• BORJA JIMÉNEZ, vuelta al ruedo tras aviso, silencio y silencio.
Plaza1 reseña
Borja Jiménez ha dado una vuelta al ruedo en el quinto festejo de la Feria de Otoño celebrado hoy sábado en Las Ventas. Una tarde de más expectación que resultados en lo artístico. Fernando Adrián saludó ovación en el quinto. Se lidiaron toros de Victoriano del Río.
Borja Jiménez mostró su compromiso con Madrid recibiendo a sus tres toros en la puerta de toriles. En el segundo, primero de su lote, dejó un templado recibo capotero. Fue este un toro con clase, humillación y ritmo que brindó oportunidades al sevillano. De muleta conectó con los tendidos desde los inicios. Relajado y asentado consiguió grandes momentos por el derecho. El final por bajo cerró una buena labor. Dio una vuelta al ruedo tras estocada al segundo intento. En redondo, rodilla en tierra, comenzó la faena al cuarto. Basó su labor por el pitón derecho, el de más opciones, por donde consiguió dejar buenos pasajes. El sexto fue el Victoriano de menos opciones del encierro.
Fernando Adrián dejó lo mejor de su tarde con el abreplaza. Lo recibió a portagayola seguido de tres faroles de rodillas. Fue este un toro que exigió al madrileño de muleta, que intentó acoplarse con él y ligarle muletazos sin que le tocara la muleta. Lo consiguió por momentos. Con el tercero dejó buenos naturales sueltos en una faena que no terminó de conectar. Ante el quinto, el de más dificultades de su lote, lo puso todo tirando de cercanías, prendido sin consecuencias. Tras estocada certera saludó ovación.
Este Domingo 06 de Octubre de 2024 11 horas de Colombia se cierra el ciclo de otoño en Las Ventas.
PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS. Madrid
Toreros:
Paco Ureña, Roca Rey y Víctor Hernández
Ganadería:
Toros de Fuente Ymbro
El equipo de empresarios que lidera Luis Bolívar logró concretar un ramillete de figuras de primer nivel para la feria del 2024 en diciembre.
Los abonos ya están disponibles.
Comencemos por las ganaderías.
Miguel Gutierrez , Las Ventas , Salento, Campo Real y PAISPAMBA ( novillada )
LOS TOREROS
Luis Bolívar
José María Manzanares
Sebastián Castella
Alejandro Talavante
Antonio Ferrera
Jesús Enrique Colombo
Fernando Adrián
Manuel Escribano
Román Collado
Luis Miguel Castrillón
Juan Sebastián Hernandez
Guillermo Valencia , y el fino torero mexicano Octavo García «El Payo»
Con este conjunto de ganaderías y toreros nada puede salir mal.
Corresponde a los aficionados volver a llenar Cañaveralejo.
Toro Vive prepara unos carteles de mucho contenido para su feria de diciembre de este año.
TENDIDO7 conoce la configuración de estas combinaciones
Castela
Talavante
Bolivar
Otro cartel
Ferrera
Fernando Adrián
Juan de Castilla
Y
Escribano
Román y Colombo que viene de realizar una formidable campaña en España, Francia y Perú
(La foto es de PlAZA1)
Casi lleno en los tendidos, tarde soleada en un Madrid que un goza del veranillo de San Miguel.
Manzanares ha querido pero se estrelló con la mansedumbre de su lote mientras Román estuvo «despierto» toda la tarde sin que al final lograra cosechar el fruto de su esfuerzo.
Rufo ha tenido un buen toro del Puerto de San Lorenzo, en una faena jaleada que tuvo momentos brillantes en tandas por ambos pitones, ligadas y por abajo.
Su primero lo devolvieron y salió un Juan Pedro que tampoco aportó en el balance que mide calidad, juego y casta.
La espada que en Madrid es vital le privó de la oreja y todo quedó en una vuelta al ruedo con algunas protestas.
RESUMEN
oros de Puerto de San Lorenzo (1º, 2º y 6º), Ventana del Puerto (4º y 5º) y Juan Pedro Domecq ( 3º bis),
• JOSÉ MARÍA MANZANARES, silencio y silencio
• ROMÁN, ovación y silencio
• TOMÁS RUFO, silencio y vuelta al ruedo tras petición que el palco no concedió
Este sábado el segundo festejo
Toreros:
Fernando Adrián y Borja Jiménez (mano a mano)
Ganaderías:
Toros de Victoriano del Río / Toros de Cortés