Nimes se luce para su feria de Pentecostès en junio…
Y se producirà un hecho sentimental : El maestro Espartaco serà padrino simbòlico en la confirmaciòn de alternativa de Borja Jimènez que estarà en solitario con los Victorinos.
Simòn Casas pone en valor la programaciòn de Nimes para Pentecostès
«La originalidad y la creatividad siempre han sido mi doctrina y mi línea de conducta empresarial, además de la categoría», comenzaba exponiendo el productor en palabras a este medio. Y esa creatividad en la próxima Feria de Pentecostés «empieza por la alternativa de Marco Pérez, un acontecimiento en sí, pero se la da Morante de la Puebla, que todo el mundo está deseando volver a verlo en las plazas, y será testigo Talavante, un torero que considero, como aficionado, que es de los más importantes de la modernidad. Ese cartel es un lujo único, con toros de Garcigrande», resaltaba sobre esta cita con el novillero estrella.
LOS CARTELES
V 06/06: Novillada sin picadores matinal. Javier Cuartero, Mathias Sauvaire, Clovis e Israel Guirao (La Paluna)
– V 06/06: Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Marco Pérez, que toma la alternativa (Garcigrande)
– S 07/06: Novillada con picadores matinal. Eduardo Neyra, Tomás Bastos y Víctor (Talavante)
– S 07/06: Sebastián Castella, José María Manzanares y Lalo de María (Hnos. García Jiménez)
– D 08/06: Matinal. Daniel Luque, Juan Ortega y Clemente (Victoriano del Río)
– D 08/06:Miguel Ángel Perera, Juan Pablo Sánchez y Clemente (Robert Margé)
– L 09/06: Matinal. Diego Ventura y Lea Vicens, mano a mano (Fermín Bohórquez)
– L 09/06: Borja Jiménez, en solitario (Victorino Martín)
Inteligente, culto y cultivador de viejas estampas de La Lidia. Luis Francisco Esplá (Alicante, 1957) gastaba trajes antiguos, un concepto luminoso y alegre, la idea de un espectáculo global. Adquirió rango de maestro en el dominio de la escena, sabio de los terrenos, conocedor del toro y los públicos. Creó una tauromaquia mediterránea que entroncaba con los juegos cretenses, la infancia en la escuela taurina de su padre que de noche funcionaba como cine de verano. Transcendió la imagen al uso del torero, estudió Bellas Artes y leyó a todos los estetas, buscó canales con otras disciplinas artísticas y prefirió la consideración de «toreador». De la vida y los ruedos. Se dejó en ellos 35 años de profesión y alcanzó la categoría de «torero de Madrid» en 90 tardes. Ninguna placa lo recuerda en Las Ventas. «Ni la quiero, no es soberbia», dice. Igual habla con Miquel Barceló de las fuerzas centrípetas y centrífugas de los círculos del toreo que con el Rey de España de los secretos de la bravura en una barrera de la plaza de Valencia.
¿Qué relación ha sostenido con los animales?
Íntima. Mi acceso al toreo es por vía de la etología. Viví en Alicante en un mundo especial. Un sitio que por la mañana funcionaba como escuela taurina y por la noche como cine de verano. Las vacas invadían cualquier acontecimiento con su presencia. Y eso te va involucrando en una forma de vida. Una de mis pasiones era penetrar en ese mundo animal. Me ponía en los comederos y me cubría de paja. Las vacas me iban descubriendo según se la iban comiendo. Me daba un cague que me moría. Esas historias fomentaron mi relación con el toro.
Se da en usted el libro de Ortega, La Caza y los Toros.
Siempre mantuve una ética muy exigente con el animal. Cazar no era el simple hecho de abatir un animal. Era rececharlo, descubrirlo y pensar, descender a lo más básico del ser humano como animal. Somos en definitiva una criatura más. Y ese descender a lo más básico suponía descubrirte en ese aspecto totalmente primario.
En qué momento la sociedad le dio la espalda a la muerte?
Un periodista comentó a José María Pemán en una entrevista que en España se hablaba muchísimo de la muerte. Y Pemán respondió: «En España se habla de lo que se sabe». La relación con la muerte empieza a perderse cuando el hombre se hace totalmente urbanita, cuando pierde la relación con la naturaleza, con los ciclos, con la vida y con la muerte. A partir de ese momento, la muerte empieza a crearle al ser urbanita un conflicto grave.
Los muertos se dejan de velar en las casas. ¿Nacen los tanatorios para evitar cualquier contacto?
Es que la muerte en el campo era un hecho natural. Velar al muerto en la mesa del comedor no generaba ninguna aprensión. Después se volvía a comer allí. Ahora tú pones un muerto en la mesa del comedor y hay que quemar la mesa y el comedor. Si no sabes convivir con la presencia de la muerte, tienes un problema existencial.
¿Por qué se sucede el alejamiento de la izquierda del mundo rural y los toros?
Es que ha cambiado completamente la izquierda. La izquierda antes estaba más cerca del campo. Incluso nace en el campo. Todos los movimientos de izquierda se inician primero en el campo y después en la industria. Pero primero en el campo, que era donde más miseria había. La industria garantizaba cuanto menos un sueldo. Ahí empieza a fallar la izquierda, en su olvido del campo. Hay una vuelta a la ecología pero es una ecología fatalmente planteada. Es una ecología de laboratorio con un componente de piedad hipócrita.
¿Le ve futuro a la fiesta brava?
Sí porque contradice absolutamente todo lo que la ciencia, la sociología y la industria proponen. Es todo lo contrario. Nos reconocemos en los toros porque participamos en una ficción. Todas estas ficciones nos ayudan a sobrellevar nuestros problemas existenciales. El hombre ha vivido mintiéndose constantemente. La religión, el arte, todo eso son esas mentiras que lenifican la vida. Tendremos que vivir como los cristianos en Roma, los judíos en Alemania y los ucranianos a orillas de los rusos.
Como un arte subversivo.
Exacto. Y en tensión siempre. Además como el arte es inútil, no tiene ningún contenido práctico, sólo a nivel metafísico, nos proporciona sensaciones de beatitud. No tenemos argumentos para defender algo que no tiene una repercusión. Hay otra cuestión que me fascina. Y es que en el círculo mágico de una plaza de toros se pierde absolutamente la entidad política, de ideologías, de estatus social. O sea, el ser humano entra a la plaza de toros limpio y se convierte en un ente estético, única y exclusivamente.
¿Le costó mucho tiempo soltar el miedo acumulado durante 35 años de profesión?
La relación con el miedo me ha hecho tremendamente feliz. Ese miedo me ha hecho vivir la vida de otra forma. Le daba importancia a las cosas mínimas. El café que me tomaba vistiéndome de torero tenía un sabor especial. Vivo ahora en una etapa de sedación desde que se acabó.
Intuyo una nostalgia del miedo.
Es que el miedo era vivir. Uno es consciente de que está vivo precisamente cuando acorta la distancia con la muerte. Es cuando vive con toda intensidad.
Su tauromaquia constituía un tratado de filosofía.
No lo sé. Al principio, como le ocurre a todos los artistas, estaba influido por muchas corrientes, muy curioso pero disperso. En aquel momento era un torero anacrónico. Fui censurado muchas veces. Me llamaban histriónico. Y poco a poco me fui desprendiendo de complejos para encontrarme por el camino.
Gastaba trajes antiguos, revivía una tauromaquia en movimiento, un concepto de espectáculo total, gallista, y usaba palabras viejas como «destreza» y «habilidad» que entroncaban con el Mediterráneo y los juegos cretenses del toro.
Es lo que viví en la escuela taurina de mi padre con aquellos taurinos de la época. Algunos de ellos hablaban con el toro. Estoy impregnado de la idea de espectáculo global. En la plaza, como en escena, no puedes dejar espacios en blanco. Todo debía tener una línea conductora. La lidia es un guión perfectamente articulado que el toro trata de desarticular.
Entablaba también diálogos con el público.
Y lo encabronaba a veces. Al final lo que haces es llevar una proyección tuya a escena y tienes que captar la atención del público, incluso provocarlo. No con intención de maldad, pero sí de crear un conflicto en el espectador.El artista que no crea conflicto en el espectador no interesa. Es un artista plano. Yo quería ir siempre un poco más allá con todo, en el tercio de banderillas, en los quites…La transgresiones han de ser ordenadas para que se encajen en el público. Una transgresión demasiado acentuada se puede convertir en una especie de provocación agria.
¿El arte contemporáneo ha sabido captar toda la potencia de la tauromaquia?
Es más exacto hablar de artistas. Cada artista se conmueve ante una faceta del espectáculo. Francis Wolff dice que esto es un vacío donde hay religión, arte, ballet, valor… Los aficionados los percibimos de forma global, pero los artistas se mueven por determinados elementos de la lidia. Y esto es lo que a mí me ha hecho descubrir estancias del toreo que hubiesen permanecido toda mi vida veladas si no hubiese sido por la mirada del artista. Esto es lo fabuloso, que cada artista sea capaz de concebir un mundo original en el toreo. Miquel Barceló insiste en cómo el toreo puede transformar la materia.
¿Cuál es la influencia de sus estudios de Bellas Artes?
He vivido obsesionado por ver realmente qué acercaba el arte al toreo y qué acercaba el toreo al arte. Descubrir ese sincretismo entre una disciplina y otra. He leído todo, te garantizo que me quedan muy pocos estetas por leer, escarbando en los vasos comunicantes. A nivel escénico influyó en los colores elegidos y los trajes. Buscaba la identificación, la comodidad, sentirme reconfortado. Necesitaba esa estética (chaleco bajo, hombreras anchas, la casaquilla recta). Nunca me he catalogado como un torero de arte. La naturalidad era importante.
Había una influencia de los Bienvenida en esa naturalidad.
Disfrutaba cuando las cosas salían bien. No soy un torero valiente, pero tampoco he pasado miedo en la plaza. He visto toreros muertos en el patio de cuadrillas que luego se arrimaban como leones. No voy a dar nombres, pero muertos. Yo disfrutaba. Cogía un par de banderillas y era un deleite, sumergido en esa atmósfera. Hedonismo puro. Me enseñaron a hacer fácil lo difícil. Estoy imbuido de esa naturaleza sin aspavientos
¿Ser rara avis le llevó a manejarse mejor con los artistas de otras disciplinas que con compañeros y taurinos?
Hay una parte en la que congenio perfectamente, que es la parte de la tauromaquia. Pero en la mayoría de los casos no tengo nada que ver con esa gente. No porque sea un ser superior, sino porque mi conversación va en otra dirección. Cuando dejabas de hablar del campo, la vaca o la ganadería, se acababa todo. Me ha costado trabajo estar inmerso constantemente en el mundo del toro. Por eso apunto que he sido toreador.
Explíquelo.
El toreador se ciñe a la escena. Y el torero tiene que vivir «en torero» dentro y fuera de la plaza. Esto es un concepto bienvenidista, pero incompatible en estos momentos con la sociedad. En tu ámbito puedes seguir viviendo «en torero», pero si lo haces fuera de tu ámbito, eres un mentecato. No puedes ir de matador por la vida. Ya somos raros por haber elegido esta profesión en la sociedad actual, y no quiero trascender por esa anomalía.
¿Para seguir idolatrando a los mitos conviene no cruzarse con ellos de paisano?
Es mejor crear cierta distancia en el momento que admiras a alguien. El ser humano a veces defrauda su producción.
¿Qué torero de hoy es el que más te atrae?
Morante, sin lugar a dudas. Reconozco en él la tauromaquia casi global. Tiene el valor que no demuestra, la técnica que no exhibe. No se puede ser más auténtico. Sus excentricidades brotan de lo más profundo del alma. No hay sobreactuación. Me emociona del mismo modo que ciertos pintores y ciertas obras de arte. Morante es un torero para derramarse en lágrimas.
Respondió usted a la idea de torero de Madrid.
Sí, porque Madrid tiene un concepto que equilibra muchísimo el toro y el torero. Incluso con sus brotes psicóticos. Pero hay un equilibrio total entre lo que aporta el toro y lo que soluciona el torero. Fue como estar casado con una estrella del rock. Está lleno de idas y venidas, de momentos dulces y momentos muy tortuosos.
¿La faena de su vida se dio en su despedida madrileña, con Beato, en 2009?
El artista está movido por la insatisfacción y sobre todo en un toreo donde hay un elemento que nunca gobiernas: el toro. Si pongo en una cuartilla lo que deseaba esa tarde, me hubiese conformado con muchísimo menos. Fue una tarde complicada y, al final, se convirtió en un sueño. Despedirme así fue una lotería.
¿Tiene placa en Las Ventas?
Ni la quiero. No es soberbia. La gente a veces se interpreta mal cuando digo “no quiero premios, no quiero nada”. La Callas necesitaba salir a que la adulasen. Y es lo que he querido evitar en el toreo, siempre. Y si yo hubiese tenido siete vidas como los gatos, una se la hubiese dedicado completamente a los toros para mandar en esto. Descarté vivir obsesionado por mi profesión.
Ahora que las facultades merman, ¿le da miedo la vejez? La vivo como el agricultor. Me hago viejo mirando el árbol. Quiero decir con esto que lo que quiero es que el árbol fructifique, que el árbol crezca, y mientras me voy dando cuenta de que el que está cumpliendo años no es sólo el árbol… A partir de cierta edad no hay futuro.
¿Teme a la muerte?
No le tengo ningún escrúpulo desde mi agnosticismo, ni miedo siquiera. Sé que soy una nube en el tiempo. Nunca me ha preocupado trascender. He venido aquí a divertirme, mientras físicamente responda. Me da mucha pereza morirme porque vivo muy bien.
Manolo Castañeda prosigue su andadura por tierras mexicanas. Este martes ha podido cortar tres orejas pero el uso de los aceros frustraron la concesiòn de los premios en el primero. Una oreja en su segundo en el mano a mano con Santiago Ibelles.
Corrida de San Marcos con peso promedio de 510 kilos y plaza llena en San Gabriel, Hidalgo.
El colombiano desplegò su talento tanto con el capote, banderillas y la muleta y dejò gratisimas sensaciones en los tendidos.
El picador resulta herido tras un espectacular tumbo
Màs allà de que recibiò palmas,el colombiano Cristian Restrepo dejò buenas sensaciones en la clase practica en Castellòn.
No siempre se cortan las orejas pero lo importante es el recuerdo de lo bien hecho, el sabor de torear con gusto como fue el caso del novillero de la Escuela de Navas del Rey, Cristian Restrepo en la matinal en el marco dela feria de Castellòn
RESULTADO DEL FESTEJO
Erales de Sepúlveda, de buena presentación y juego en general, a excepción del séptimo que se rajó tras las banderillas.
Manuel Quintana (ET Córdoba), ovación con saludos;
La Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia confirmó el fallecimiento del doctor Carlos Santiago Uribe Uribe, médico, neurólogo, investigador y docente, quien fue reconocido por su aporte a la educación y al estudio de las enfermedades del sistema nervioso. Era considerado el pionero de la neurología en Colombia,reseña El Colombiano.
Desde tendido7 nuestro mensaje de condolencia a su viuda Marìa Cecilia ,a su hija Marìa Cristina y a sus demàs familiares por tan irreprable perdida para quienes tuvimos el privilegio de contar con su amistad.El fue un taurino amoroso,miembro de la exigente peña » Los de Ronda» que cada año valoraban y premiaban al mejor toro y al mejor encierro.
Según publicó la Universidad de Antioquia en su cuenta de X, desde que egresó como médico de la Universidad de Antioquia en 1958, el doctor Uribe Uribe demostró su compromiso con la excelencia académica y la práctica médica.
Conocì al dr. Uribe, le tratè y disfrutè de su conversaciòn cuando viajabamos a Medellìn para la temporada taurina de la Macarena en la que era jefe del equipo mèdico
Uribe Uribe comenzó su carrera como docente en la Facultad de Medicina en 1963, donde se convirtió en una figura clave en la formación de generaciones de profesionales de la salud. Fue uno de los impulsores de la creación de la sección de neurología de la Universidad, que en la actualidad suma 45 años de historia.
El legado que dejó el doctor Carlos Santiago Uribe Uribe
Su conocimiento y experiencia en el estudio, diagnóstico y tratamiento de enfermedades neurológicas le otorgaron reconocimiento tanto a nivel académico como en la práctica clínica. Fue un experto en la realización de electroencefalografía (EEG), un método esencial para analizar la actividad eléctrica del cerebro.
En 2023, en un acto de generosidad y compromiso con la educación, donó su electroencefalógrafo al Museo de la Vida de la Universidad de Antioquia, un equipo con el que llevó a cabo su ejercicio profesional durante toda su carrera.
Además de su rigor científico, Carlos Santiago Uribe Uribe se caracterizó por su calidez humana. Sus estudiantes y colegas lo recuerdan como un médico humanista, empático y cercano, que encontraba placer en compartir tiempo de calidad con sus pacientes y sus familias.
Según un estudiante de medicina de la Universidad de Antioquia, su vocación docente no solo se limitaba a la transmisión de conocimientos, sino que también inspiraba a sus alumnos con su amor por el aprendizaje y la investigación.
“Con seguridad, el legado de ética, empatía y amor por el ejercicio médico que promovió el doctor Carlos Santiago Uribe Uribe permanecerá vigente por siempre”, destacó la institución en su comunicado oficial.
Por su parte, los Residentes de Neurología de la UdeA publicaron un sentido mensaje en la cuenta de Instagram del grupo, en donde lamentan su fallecimiento.ç
Cesar Rincòn recibió el premio “Opera Taurina” del Club Taurino Italiano en un emotivo homenaje en los salones de la Villa Real de Monza en el que asistieron numerosos aficionados de toda Italia.
En la conversación con el Maestro moderada por el Presidente del Club, Paolo Mosole, y el Vicepresidente Gaetano Fortini, se puso en relieve su trayectoria profesional destacando su entrega, su valor, la rofundidad de su toreo y su capacidad de superar cualquier tipo de dificultades.
El Maestro recordó las etapas más importantes de su vida, desde sus duros inicios en Colombia, hasta llegar a los ansiados triunfos de Madrid y de todo el mundo taurino.
Club Taurino Italiano
También se volvieron a rememorar las dificultades a las que tuvo que enfrentarse, tanto familiares, como de salud, por ejemplo la dramática cornada de Palmira donde gracias a las transfusiones de sangre se le pudo salvar la vida. “Ese día 2 de noviembre 1990 volví a renacer y estoy agradecido a todos aquellos colombianos por volverme a dar vida”. También contó el drama que supuso descubrir que padecía de la Hepatitis C y su lucha para superarla. “Lo veía todo negro y me temía que no iba a poder volver a torear, pero con mi determinación y la ayuda sobre todo de mi familia pude superar esa enfermedad”.
Pudimos recordar con el Maestro faenas importantes de su carrera, como la de su primera Puerta Grande en Madrid “que fue para mí de las más importantes de mi vida”, la del toro Bastonito “un día donde entendí que ya era torero de Madrid” y disfrutar de momentos muy emocionantes viendo su última gran faena en la Maestranza de Sevilla del 2007 que incluso conmovió al mismo torero que volvía a verla después de mucho tiempo.
Al ser preguntado por un aficionado como considera el futuro de la Fiesta, el Maestro contestó: “Todos conocemos las dificultades que sufre el mundo del toro especialmente en Latino América, pero viendo el ejemplo de vuestro Club Taurino Italiano y de vuestra afición en un país no taurino, tenemos que ser optimistas y tenemos que seguir luchando. Gracias por vuestro ejemplo!”.
El Maestro recibió el galardón “Opera Taurina” en reconocimiento a su trayectoria, un Minotauro en bronce obra original del artista florentino Silvano Porcinai, un premio que se ha concedido desde 2014 a personalidades del mundo del toro como don Santiago Martin “El Viti”, Paco Ojeda, Victorino Martín, Francisco Ruiz Miguel, Juan José Padilla, José Maria Manzanares.
El manizaleño Maikel Ramìrez se lanzò de espontàneo en el ùltimo toro del maestro Ponce el 5 de febrero para reclamar por la ausencia de libertad para torear en Colombia , lo detuvieron y ahì apareciò un àngel guardiàn,el torero Manolo Castañeda que lo acogiò en su casa en ciudad de Mèxico y hoy comparten no solo un hogar sino que se funden en la amistad del toreo. El chico ya toreò , tiene varios compromisos y
sus sueños empiezan a materializarse.
4 MOMENTOS DEL ESPONTANEO EN EL TORO DE PONCE EN LA MÈXICO
Tendido7 hablò con los dos protagonistas de esta bella historia en momentos en que el prohibicionismo parece apoderarse del toreo para deformarlo.
Farley Betancourt, Guillermo Rodrìguez y David Betanocurt los invitamos a escuchar y ver a estos dos jovenes que aman la fiesta pero por encima de todo los valores de la libertad.
Luigi Echeverri ha sido uno de los rejoneadores más destacados de Colombia. Figuras como Amina Asís, Oky Botero,Don Luis Miguel Londoño, Juan Rafael Restrepo, «El Willy Rodriguez «, Andrés Rozo, Fernando López y Andrés Ruiz ,Marialba Valencia han sido parte fundamental de nuestro legado en el mundo del caballo.
En una entrevista para el programa ´´ El Recreo Deportivo ´´, Luigi recordó con cariño a Amina Asís y a los hermanos Peralta, quienes despertaron en él su pasión por el rejoneo. También tuvo palabras de afecto para don Fermín Sanz de Santamaría, con quien compartió su amor por el polo. Durante la conversación, mencionó cómo la llegada de Gregorio Moreno Pidal a Colombia dejó una huella importante: al traer sus caballos y torear con ellos, fortaleció aún más su vínculo con el rejoneo.
Durante sus viajes a Europa, tuvo la oportunidad de compartir con grandes figuras como Joao Moura, preparándose así para dar el salto al profesionalismo. Toreó durante casi una década en las principales ferias colombianas y, aunque se retiró oficialmente, aún sueña con volver a montar a caballo y rejonear.
Para Luigui, el arte ecuestre es la base de su vida y la tauromaquia, la clave para comprender la naturaleza y el comportamiento del toro.
Amina Asís ya había hecho historia al presentarse en Las Ventas en 1964. Años después Luigui llegó a Madrid el 12 de octubre de 1983 con toros de Palha marcando otro hito para el rejoneo colombiano. Es, entre otras cosas ,el primer rejoneador colombiano que torea en Las Ventas, lo que es un verdadero hito.Antes de ese gran momento, toreó en plazas cercanas a la capital española, logrando un importante triunfo en Las Rozas, donde llegó a cortar un rabo.
Su éxito no pasó desapercibido, y fue entonces cuando el legendario Manolo Chopera lo llamó para darle la noticia: «Estás puesto en Madrid.» Aquellas palabras lo llenaron de alegría, pues la cita sería nada menos que en la corrida de la Hispanidad, el 12 de octubre.
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El toro debe ser entendido en los primeros segundos de estar en el ruedo, y curiosamente, los caballos lo intuyen de inmediato. Luigui Echeverry lo explica con claridad: para el caballo, lo esencial en la doma es que sienta que es un juego, para que no se amedrente. Además, destaca la increíble memoria de estos animales y sus sentidos altamente desarrollados, especialmente el oído y el olfato.
El entrenamiento es clave. Un caballo aprende a reconocer su sitio en la plaza, a avanzar de frente y, sobre todo, a obedecer. Pero el verdadero arte ocurre en el embroque, ese instante en el que caballo y toro se encuentran cara a cara en un momento de gloria.
En su época de esplendor, Luigui toreaba con apenas cuatro o cinco caballos, mientras que hoy figuras como Diego Ventura cuentan con 15 o 20. Antiguamente, los rejoneadores apenas tenían un caballo para todas las suertes, lo que hacía aún más meritoria su destreza en el ruedo.
Con la pasión inagotable de don Luigi Echeverri, no sería extraño que en un futuro cercano lo volvamos a ver montado, con un toro al frente y el grito resonando en la plaza: ¡Vamos a rejonear!
todas las fotografías fueron tomadas del libro Pensamientos al galope
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