Autor: Guillermo Rodríguez

A propósito de matadores precoces y toreros tardíos en la pluma de Alcalino

Ahora que se ha puesto de moda el niño torero Marco Pérez –acaba de debutar con
caballos— viene a cuento la cuestión de si es el toreo un arte que se deba empezar a
practicar desde una edad temprana, so pena de perder el tren que conduce al estrellato


en tan dura profesión. En un artículo admirable, el finado Antonio Caballero tocaba el
tema con insuperable agudeza, comparando el ejercicio del toreo con el de la música,
donde al parecer sí es absolutamente obligatoria una dedicación total desde la niñez,
mientras más temprano, mejor. Y qué mejor ejemplo que el prolífico y prodigioso W. A.
Mozart.


Pero repasando la historia de la tauromaquia, el imperativo de la edad no resulta tan
categórico, aunque sea indudable que algunas de las mayores figuras de la fiesta
empezaron muy precozmente aquello en lo que andando el tiempo habrían de sobresalir
como maestros consumados.


La edad digamos normal a la que los toreros toman la alternativa se puede situar entre los
18 y los 22 años. De acuerdo con esto, los casos de genuina precocidad son realmente
pocos, lo cual no significa que quien se doctoró cuando su edad estaba comprendida entre
los limites señalados no haya empezado a torear desde niño. Tampoco significa, por
supuesto, que empezar a torear desde pequeño garantice el advenimiento de una futura
figura, como lo evidencia que una mayoría de aspirantes, independientemente de la edad
a la que hicieran sus pininos en el arte de Cúchares, no llegan a consolidarse ni siquiera
como novilleros. Y, a la inversa, figuras importantes ha habido que alcanzaron el
doctorado cuando ya eran hombres hechos y derechos, de 23 años o más.


No obstante, vale la pena recordar cuáles han sido los casos de precocidad más notables
en la historia del toreo. Sin olvidar algunas alusiones a la circunstancia contraria.


Niños prodigios. Es fama que el genio torero de Francisco Montes “Paquiro” y Francisco
Arjona Herrera “Curro Cúchares” se manifestó cuando eran apenas unos críos, discípulo el
primero de la Escuela de Tauromaquia instituida en Sevilla por Fernando VII hacia 1830, y
el segundo en el matadero de San Bernardo de la misma metrópoli andaluza. Les tocó una
época en que había que escalar desde el grado de subalterno joven, bajo la protección de
algún matador reconocido, e ir ascendiendo a sobresaliente de espadas para, por fin,
alcanzar la alternativa. Ese, precisamente, fue el camino seguido por maestros históricos
del XIX como Rafael Molina “Lagartijo”, Salvador Sánchez “Frascuelo” o Rafael Guerra
“Guerrita”, por citar sólo a las figuras señeras del último tercio del siglo antepasado.
Gallito, Armillita Chico y Chicuelo. El primer adolescente en convertirse en matador fue el
gran Joselito –José Gómez “Gallito”–, que al recibir en Sevilla la alternativa de su hermano
Rafael (28.09.1912) contaba apenas 17 años, cuatro meses y veinte días, pues había
nacido en Gelves el 8 de mayo de 1895. Más joven aún, Fermín Espinosa “Armillita”
alcanzó el grado de doctor, pues había nacido en Saltillo el 3 de mayo de 1911 y no pasaba

de los 16 años, cinco meses y veinte días cuando Antonio Posada le entregó muleta y
espada en El Toreo de la Condesa (23.10.27). Tanto José como Fermín se habían iniciado
en el arte al lado de otros becerristas de su edad, Gallito en la Cuadrilla de Niños
Sevillanos, de la que su pareja, José Gárate “Limeño”, también llegó a matador, aunque su
carrera fue corta e intrascendente; y Fermín, a los 12 años, alternaba con otros pequeños
aspirantes como Manuel Vara “Varita” y Paco Gorráez, de los cuales solamente Paco tomó
la alternativa hasta en dos ocasiones sin pasar de medianía en el escalafón de la época de
oro del toreo en México.


El caso de Manuel Jiménez “Chicuelo” no es menos sugestivo. Como los dos anteriores,
procedía de una familia de fuerte raigambre taurina, hijo del diestro homónimo y sobrino
de otro modesto matador, “Zocato”, que a la prematura muerte del padre lo tomó en
adopción. A finales de la década del 10, hacían pininos por el campo bravo de Salamanca
un terceto de prometedores becerristas: Chicuelo había nacido en Sevilla, en las cercanías
de la Alameda de Hércules (15.04.1902), Juan Luis de la Rosa era jerezano y Manuel
Granero valenciano. A poco se les agregó un salmantino, José Amorós. Todos tomarían sus
alternativas bastante jóvenes, pero ninguno con tan poca edad como Manuel Jiménez, de
manos de Juan Belmonte y en la mismísima Maestranza sevillana (28.09.19), minutos
después de que en la efímera Monumental de la misma torerísima ciudad Joselito hiciera
matador al jerezano La Rosa. El gran Chicuelo contaba 17 años, cinco meses, 13 días.
Fermín Rivera, Pepín, Luis Miguel. Fermín Rivera Malabehar nació en San Luis Potosí el 20
de marzo de 1918 y en la temporada chica de 1935 en El Toreo su precoz torerismo
asombró a todo mundo, saliendo en hombros más de media docena de veces.


Naturalmente, eso le abrió las puertas de la alternativa, otorgada por su tocayo Armillita
el 8 de diciembre del mismo año, cuando contaba 17 años, ocho meses y 19 días. Unos
años después, al otro lado del Atlántico, el sevillano Pepín Martín-Vázquez Bazán –que
pudo ser primerísima figura y se quedó a medio camino por culpa de una terrible
cornada—se doctoraba en Barcelona apadrinado por Domingo Ortega (03.09.44), 27 días
después de cumplir los 17 años, pues había nacido en Sevilla el 6 de agosto de 1927.


Un caso atípico –como casi todo en él—fue el de Luis Miguel (González Lucas) Dominguín,
cuyo natalicio se registra en Madrid el 9 de diciembre de 1926, pues resulta que Domingo
Ortega le confirió una alternativa no válida en España en la plaza Santamaría de Bogotá
(23.11.40), por lo que habría matado su primer toro cuando frisaba apenas los 14 años.
Pero, como decía, fue una alternativa sin consecuencias prácticas, pues de vuelta a su país
hizo varias campañas novilleriles hasta que el propio diamante de Borox lo doctoró con
todas las de la ley en La Coruña (02.08.44), a sus 17 años, siete meses y 26 días.
Eloy Cavazos y Curro Rivera. De vuelta a México, nos encontramos con que Eloy Américo
Cavazos Ramírez, natural de Guadalupe, Nuevo León (25.09.49), que fue niño torero y
precoz as novilleril, recibió el doctorado de Antonio Velázquez en la Monumental de
Monterrey (28.09.66) tres días después de su cumpleaños número 17. Por su parte,

Francisco Martín Rivera Agüero –Curro Rivera—, hijo del maestro potosino Fermín Rivera,
representa el único caso de precocidad por segunda generación consecutiva dentro de la
misma línea familiar, pues habiendo nacido en México DF el 17 de diciembre de 1951,
recibió muleta y estoque de Joselito Huerta en Torreón (14.09.68) cuando aún no
alcanzaba la mayoría de edad, puesto que tenía 17 años, ocho meses y 27 días.
Emilio Muñoz y José Cubero “Yiyo”. Celebrado como niño prodigio cuando apenas
levantaba tres palmos del suelo, el trianero Emilio Muñoz Vázquez (Sevilla, 23 de mayo de
1962) se convertía en matador de toros de manos de Francisco Rivera “Paquirri” (Valencia,
11 de marzo de 1979) a la tierna edad de 16 años, nueve meses y 18 días. Posteriormente,
su carrera conocería toda suerte de altibajos, pero es indudable su proyección de figura en
varios tramos de la misma.



El malogrado José (Sánchez) Cubero “Yiyo” fue otro llamativo caso de precocidad; había
nacido en Burdeos, Francia (16.04.64) en el seno de una familia española, creció en el
barrio madrileño de Vallecas y recibió la alternativa en Burgos (30.06.81), otorgada por
Ángel Teruel, lo que significa que era ya matador a los 17 años, tres meses, 14 días.
Madrid lo consagró en la isidrada del 83, y la cornada mortal de “Burlero”, de Marcos
Núñez, lo hizo entrar en la leyenda cuando acababa de cumplir 21 años (Colmenar Viejo,
30.08.85).


El Juli, el más joven de todos. El caso más asombroso lo encarna Julián López Escobar “El
Juli”, nacido en Madrid el 3 de octubre de 1982, por lo que al recibir los trastos toricidas
que le entregó José Mari Manzanares en Nimes (18.09.98) aún no cumplía sus 16 años,
para lo cual faltaban exactamente 15 días. Eso lo convertía en el matador con alternativa
más joven de la historia –si hacemos a un lado aquel doctorado un tanto ficticio de Luis
Miguel en Bogotá–, estableciendo una marca que sigue vigente y que no podrá ser
quebrada por Marco Pérez, quien apenas prepara su primera campaña cuando al parecer
ya rebasa los 16 años.


Como contraste, los “viejos”. Pero el toreo es tan imprevisible en todos los órdenes que,
así como suele premiar la precocidad, también sabe consagrar a quienes pisaron ya
maduros sus arenas, siempre que muestren las cualidades necesarias para ser gente en el
mundo del toro. Unos cuantos casos notables pueden servir para ilustrarlo.
Ignacio Sánchez Mejías (Sevilla, 06.06.1891) tomará la alternativa con más de 27 años
(Barcelona, 16.03.19); Domingo (López) Ortega (Borox, 25.02.1906), con 25 recién
cumplidos (Barcelona, 31.03.31); el gaditano Rafael Ortega Domínguez con 28 años, dos
meses y 28 días (Isla de San Fernando, 04.07.1921 / Madrid, 02.10.49); su paisano Juan
García “Mondeño” (Puerto Real, 07.01.34) superaba también los 25, más dos meses y 22
días, cuando Antonio Ordóñez lo doctoró en Sevilla (29.03.59), y nuestro Rodolfo
Rodríguez González “El Pana” tampoco se cocía al primer hervor al cederle Mariano
Ramos muleta y estoque en el ruedo de la Plaza México (18.03.79), pues había nacido en

Apizaco (02.02.52), y por tanto llevaba ya 27 años, un mes, 16 días rodando por el mundo,
tendencia que lo acompañaría por el resto de su vida.

David Martínez, triunfador en el Perú, encabeza el cartel para la corrida mixta en UNE el 16 de diciembre

A mas del torero banderillero David Martínez , habrá un mano a mano de novilleros de Colombia y Perú.

Por el toreo criollo intervendrá un novillero de la localidad cundinamarquesa, Sebastián Jiménez y por la tierra Inca Luis Eduardo.

Para rematar se le tributará un homenaje musical al desaparecido cantante mexicano Vicente Fernández. No faltará ese día el cante con la comicidad de los enanitos de oro Iván y Carlos Uriel

De la salve rociera al inspirado toreo del trianero Juan Ortega en Latacunga

( Fotos de Diego Alais para tendido7 )

En tiempos en que parece imperar la ramplonería, sentir el toreo como lo describe en esas pinceladas de arte e inspiración soberbias el sevillano Juan Ortega es agua de mayo. Qué despacito, cómo acompaña el viaje, cómo embarca al toro, le da distancia, pierde pasos cuando es menester en esa elegante presencia del toreo eterno que en Andalucía ha tenido cultores de lujo como Curro Romero, De Paula, por citar dos.

En un medio día en el Festival de la Esperanza de Triana bajo un sol de justicia, Ortega, el virtuoso, nos emocionó con el temple, las tandas por ambos pitones, cómo sale de la cara del toro y hasta se dio el lujo de ponerse de hinojos para cinco muletazos por alto , un kikiriki y un natural largo y sentido.

Y cómo toreó con el capote !!!!!

Un muletazo rodilla en tierra

Si el fondo importa en el toreo, las formas son esenciales, los tiempos , las alturas de la muleta.

Pincha arriba y estocada certera. El toro ha muerto en los medios y ha entregado lo mejor de su encaste Baltasar Ibán que es la procedencia de La Viña que se lidió en esta plaza ecuatoriana.

El Festival se abrió con la solemne procesión de la Virgen acompañada por los toreros mientras las delicadas notas de la salve rociera dejaban su sello, después vendría el aroma de Ortega que perfumó con su suavidad el aire de este bello pueblo del Cotopaxi.

 Castella pechó con un castaño se defendía, sin recorrido, a menos. Palmas tras pinchar.

El lojano es un torero ecuatoriano que vive en España. Tomó la alternativa en Cayambe en el 2004, se lanzó de espontáneo en Madrid como lo había hecho su padre. Torea poco y ese se percibió en el Festival.

Luque topó con un toro que salía distraído, desentendido, “sin alma”. El NO TORO. Marra al descabellar. Palmas.

Lo poco que le permitió…Un natural

Marcillo tomó la alternativa en Latacunga, poco torea pero es un espada por recuperar. Estuvo más que digno, resolvió la papeleta, ejecutó la suerte suprema y vinieron las dos orejas. Toro de vuelta al ruedo.

El Pantera se formó en la Escuela de los recortadores y eso se nota. Salta por encima del toro y coloca las banderillas. Un heterodoxo que hace lo que puede, eso sí con su verdad. Sufrió un achuchón, se embarulló, en un momento le cogió el sitio al novillo y dejó algunos muletazos que concluyó con las bernadinas.

Un muletazo del torero ecuatoriano

No tiene sitio para la suerte final pero la gente le agradeció su voluntad. Palmas.

Y uno sale del coso andino con ese sabor trianero no solo en los labios sino en el corazón. Son esos momentos únicos e irrepetibles.

Los carteles de San Cristóbal, Venezuela

Colombo acapara la atención en la feria de San Cristóbal en Venezuela.

Los carteles abren esta nota de un feria que recupera una plaza más en América.

La paciencia ,virtud de Castella, en la cumbre de su torería en Latacunga con un toro de vuelta al ruedo de Triana, su fiel compañero de viaje

( Las fotografías son autoría de Diego Alais para tendido7)

El toreo es sin prisas, es templanza, despaciosidad , dialogar con ese ser vivo que es el toro proveniente del bos taurus.

Sebastián Castella se encontró con un ejemplar que embistió por ambos pitones, que hacía el avión, haciendo surcos en la arena, metiendo la cara, embistiendo con clase y el francés comenzó a dirigir esa orquesta unipersonal con el toreo fundamental. Todavía recuerdo con el capote una chicuelina, con perdón, a la manera del maestro Camino

y luego aderezado con trincherillas, naturales en redondo y ese «je, jey, toro» , cambios de mano, un pase de las flores un cambio por la espalda

y más toreo largo, sentido, crujiente. Hasta se olvidó del incómodo viento. Cuadró al toro, se perfiló en corto y por derecho y la espada cumplió su cometido, vinieron las dos orejas,

aclamadas en la vuelta al ruedo del toro y al final abandonó el coso en hombros.

Daniel Luque no tuvo material, apuntes que no alcanzan a conformar una obra en sus dos toros. Mañana puede ser su tarde en esta nueva etapa de su profesión en el festival. Ya veremos.

El rejoneador Alvaro Mejía se quedó con la oreja del primero, ejerció como buen equitador, las jacas le respondieron, tuvo temple y armonía en la colocación de las banderillas , las cortas y uno que otro alarde . En su segundo falló con el acero y marró con el descabello pero la gente le agradeció

Galdós, padre, al intentar auxiliar a un toro en su ganadería ,resultaron heridos él y su hijo Joaquín. El ganadero dice que el torero arriesgó la vida por él y que sino interviene » no lo cuento»

El ganadero de Santa Rosa Alfredo Galdós hacía un recorrido por su finca, a 100 kilómetros al norte de Lima, vio un toro echado, creyó que se encontraba mal, descendió de la camioneta para cerciorarse, el toro le pegó una cornada en el pecho; su hijo, el torero Joaquín, se lanzó , lo abrazó para protegerlo, con tan mala fortuna que se llevó una cornada en el escroto.

Los dos están fuera de peligro pero don Alfredo que lleva dos líneas, una Santa Coloma origen La Quinta que llevará el nombre de Santa Rosa y la otra, Domecq, el de «Los Azahares».

Pasado el susto, don Alfredo admite que fue un acto imprudente al no tomar las previsiones pues al fin y al cabo estos animales por su instinto pueden agredir, como en efecto ocurrió. Es su naturaleza.

Este aporte genético con procedencia Santa Coloma a la ganadería Santa Rosa de Lima tendrá su punto de partida el próximo año 2024, cuando la divisa peruana lidie por primera vez una corrida de toros con procedencia íntegra La Quinta. Además, a partir de este momento, los toros con procedencia de encaste Domecq se lidiarán bajo la denominación del nuevo hierro de «Los Azahares». 

En Latacunga, rotundo y macizo Roca Rey corta 4 orejas, sale en hombros tras una soberbia faena al sexto, que fue honrado con la vuelta al ruedo

( Fotos de Diego Alais y Julián Velasco para tendido7)

El primero de los tres festejos en Latacunga, Ecuador, a los pies del Cotopaxi ,comenzó con lluvia, amainó salió el sol y Roca Rey labró dos faenas rotundas, de extraordinario merito. Su primero, bueno por el derecho, lidia de entendimiento y lucimiento. Estocada y dos orejas.

Lo grande vino en el cuarto, un toro con la divisa de Huagrahuasi ( La Casa del Toro ) con hechuras, serio, hondo, bravo, que embestía por abajo, bien criado ( nunca abrió la boca ) en esa larga faena surcada de temple, toreo por bajo, largos los muletazos y esos abrochados de pecho y los forzados. Hubo naturales lentos, cadenciosos que fueron hilvanando un sinfonía maravillosa con un torero como el peruano a quien le endilgan el cambiado, valor sí pero sin clase y poco más. Se equivocan. Vaya calidad del toro y la clase del torero que lo entendió a la perfección con ese toreo al compás, rítmico, con esas finas lisuras que nos recordaron a su pisana, la gran Chabuca en estas tierras ecuatorianas en las que sobresale ese hermoso nevado del Cotopaxi. La afición aclamó al limeño por su actuación en esta zona andina americana.

Y tras haber dibujado el toreo se fue en hombros de los monosabios de la plaza

Hubo pedido de indulto pero Roca cumplió con la suerte suprema, el toro dobló tras haber entregado su grandeza y las mulillas le dieron como premio una aclamada vuelta al ruedo.

Y tendremos la fortuna de verlo en ese estado de gracia torera en la que se encuentra y en plenitud en Manizales en el festival y en la corrida de toros en enero.

Juan ortega deja destellos de esa clase sevillana que atesora el joven espada. Fue cogido sin consecuencias tres veces en su primero bis ( Vaya peligro el del pitón izquierdo ) , el de lidia ordinaria perdió un pitón y se devolvió a corrales , abrevió y dio una vuelta al ruedo. Quedaron un par de verónicas lentas, chicuelinas ajustadas, graciosas y toreras. Su segundo, reservón, mirón, con expreso y manifiesto peligro, sin opciones. Se había doblado con él al comienzo pero el toro no valió y todo queda en esos detalles siempre bienvenidos con un torero al que se le cantan tantas virtudes, merecidas por cierto.

La feria en Latacunga, Ecuador, comenzó con un mano a mano Roca Rey – Juan Ortega, este sábado la reaparición en los ruedos de Daniel Luque tras someterse a una intervención en el tobillo y el penúltimo festejo que lidiará Sebastián Castella antes de someterse a una intervención quirúrgica. El 19 será el festival con la actuación del sorprendente » Pantera» que por las formas es inclasificable.

Los toros están en el campo

Una feria de tres festejos en la plaza San Isidro Labrador, imperdibles

Ya es oficial. Ponce reaparece el 17 de mayo en Nimes

Enrique Ponce reaparecerá en la Feria de Pentecostés del Coliseo de Nimes el próximo 17 de mayo. Así lo ha anunciado oficialmente Simón Casas en su perfil de Instagram, en el que el empresario francés se dirige al torero de Chiva para anunciar lo que se venía cociendo.

Un día en Burgos, no apareció el maestro valenciano…Corrían los tiempos del Covid y no se ha vuelto a vestir de luces desde el 2021.

Pero él mismo dijo que no era un adiós definitivo y su reaparición está cada vez mas cerca. Ya no hay manera de esconder lo que era un rumor, la vuelta eso sí marcada por apariciones puntuales de quien ha ostentado un sitial en sus 30 años de alternativa.

Ya se sentó su apoderado Ruiz Palomares, hijo, con » los mandamases» de Madrid y Valencia Simón Casas y Rafael GARCÍA GARRIDO, según filtró el propio empresario francés. Y no solo hablaron del Real Madrid, desde luego.

No se descarta que una plaza americana también asista al acontecimiento del retorno vestido de luces de un maestro como Ponce. Ya se verá.

COMUNICADO DEL TORERO DE CHIVA SOBRE SU DESPEDIDA

«A quienes durante más de tres décadas me han acompañado», se dirige el torero, «lo primero que quiero es daros las gracias por su cariño y apoyo incondicional, en especial en este último año de pandemia en el que decidí defender la tauromaquia, tirar para adelante y devolverle al mundo del toro lo mucho que me ha dado».

«En este momento de mi temporada taurina 2021 he decidido hacer un alto en el camino y retirarme por tiempo indefinido», concluye el breve comunicado. 

Ponce toreó su penúltima tarde un sábado en Castellón. Cortó una oreja a la corrida de García-Jiménez y después del festejo se fue a cenar con Ana Soria, la joven almeriense con la que inició una relación el verano pasado, que le hizo protagonizar las portadas de la prensa rosa. 

Enrique Ponce se despidió «por tiempo indefinido» de los ruedos. A través de un breve comunicado en el que se dirigió «a quienes durante más de tres décadas me han acompañado», el diestro anuncia su retirada, una noticia que ha sorprendido en el mundo taurino. Ponce saltó el año pasado a las portadas de la prensa rosa tras comenzar una relación con una joven almeriense que puso fin a 24 años de relación con Paloma Cuevas, que a su vez hoy es la compañera del cantante Luis Miguel. La vida de Ponce y de la hija de Victoriano Valencia ha tenido en esto años un cambio de 180 grados. Por cierto, la pareja se conoció en una feria de Cali….Pero esa es otra historia.,

Enrique Ponce y Paloma Cuevas. 

La novedad es que Enrique Ponce se prepara para reaparecer. Una novedad relativa, pues
ya se contaba con que las figuras estelares de este siglo van y vienen, se retiran y
reaparecen sin solución de continuidad. La otra cara de la noticia es que a la gente ya le da
igual. Lleva tantos años viendo las mismas caras, los mismos gestos y las mismas formas
de hacer y reiterar el toreo que los que acuden a las plazas –menos cada vez—ni se
molestan en saber qué cartel les será ofrecido, pues con escasas excepciones todos son
intercambiables y ninguno suele aportar cosas nuevas al arte ni al interés del aficionado.
Hemos descrito un panorama que explica, al mismo tiempo, las razones de la frialdad que
actualmente priva en las plazas. Faenas que de otra manera resultarían meritorias y
plausibles, tales espectadores, contagiados de monotonía, las miran como quien ve llover.
Por eso las palmas, sólo por excepción provocadas por un entusiasmo legítimo, suenan
generalmente al final de la representación, como en el teatro o la ópera. Esto en los cosos
de culto, esos que marcan la pauta de la temporada, porque en ferias pueblerinas el
desorejadero es obligado, los lugareños asisten con los pañuelos prestos a agitarse no en
honor a logros y hazañas inmarcesibles, sino como autojustificación del elevado precio
desembolsado por la entrada o, en todo caso, como homenaje tácito a su propia y
autocomplaciente ignorancia. Se trata, pues, de un sistema claramente compensatorio:
los apéndices que con tanto esfuerzo llegan a cobrarse en las plazas grandes contrastan
con el alegre despilfarro que se da en las medianas o pequeñas.


El antes y el ahora. Se me dirá que esa ecuación nada tiene de nuevo, que la medida de
los triunfos, auténticos unos, relativos otros e insignificantes los más, siempre dependió
del dónde, el cuándo, e inclusive el quién. Pero nunca fue tan acentuada la diferencia
(hablo, por supuesto, de España). También es verdad que, salvo en épocas muy pretéritas
–“antes de la guerra”, en frase común–, las exigencias en cuanto a la edad y presentación
del ganado nunca fueron tan estrictas como ahora, sin que este detalle, que no es menor,
sirva para sacar de la nevera a los aficionados actuales. Si en Las Ventas el “7”, y la
precursora andanada del “8”, cumplieron en su momento con una función de
indispensable saneamiento frente a la deriva ética que venía sufriendo la tauromaquia,
acentuada con el advenimiento y los abusos de El Cordobés, hoy día, con el grueso de los
asistentes sumidos en la indiferencia y la desatención, el aporte de esos grupos otrora
vigorosamente alertas les reserva a menudo el triste papel de reventadores, a la caza de
toreros alejados de sus particulares gustos y preferencias, cuando no en alevosa venganza
contra quien se atreva a confrontarlos, como fue el caso de Roca Rey en el último San
Isidro. Torero, por casualidad, peruano. Para que la xenofobia, siempre latente, también
encuentre su lugar en el algoritmo (palabreja tan propia de este siglo proceloso).
Ires y venires. Volviendo a Enrique Ponce, cabe señalar que, si bien sus partidarios estarán
de plácemes, al grueso de la afición su alejamiento de los ruedos la tenía sin cuidado. Y,
por lo tanto, el anuncio de su vuelta se ha tomado con marcada indiferencia. A Ponce, con

sus pros y sus contras, todo mundo se lo sabe de memoria. Como a los también
reaparecidos Sebastián Castella, pese a sus notorios éxitos recientes, o Alejandro
Talavante, que extravió la creatividad que lo caracterizaba y se nos volvió solemne. Son
retornos que ni rompen la monotonía ni modifican sustancialmente nada.


Se me dirá que de despedidas, arrepentimientos y reapariciones está llena la historia del
toreo, desde los tiempos augustos de don Antonio Fuentes hasta los de Antoñete y José
Tomás. Si nos atenemos a México, las únicas figuras señeras que respetaron el anunció de
una retirada única y definitiva no pasan de dos: Rodolfo Gaona y Joselito Huerta; otros
adioses hubo asimismo irreversibles, pero lo fueron más por razones de edad que por otra
causa, como ocurriera con Pepe Ortiz, Solórzano padre, El Soldado e inclusive El Zotoluco.
Carreras de larga duración. Lo de la tendencia universal a las despedidas en falso es cierto
pero apenas cuenta la mitad de la verdad. Porque la verdad completa es que la trayectoria
profesional, insólitamente larga, de los diestros actuales, está relacionada, por un lado,
con una preparación física e inclusive psicológica que los de antaño no tenían, muchos de
ellos famosamente dados a la vida disipada y al jaleo. También cuenta el hecho de que
hoy los beneficios económicos se manejen fundamentalmente desde los despachos
empresariales, que los reparten a su conveniencia reservando el banquete para unos
pocos elegidos y las migajas para la inmensa mayoría, que puede incluir a diestros tan
considerables como Daniel Luque, Emilio de Justo, Manuel Escribano o Borja Jiménez, de
quienes nadie se explica por qué permanecieron relegados tanto tiempo mientras los de
siempre acaparaban ferias y carteles independientemente de sus méritos artísticos, la
mayor parte por pura resignación a unos honorarios discretos a cambio de su fácil
acomodo en las consabidas combinaciones feriales.


Pero está, por otro lado, una cuestión esencial, dado el uniforme comportamiento del
ganado actual, criado para no incomodar demasiado a sus lidiadores y elemento clave
para entender esa monotonía que mata la emoción del toreo al tiempo que libra de
sobresaltos mayores a los que cortan el bacalao.
El monoencaste. Un factor que explica la acentuada la uniformidad del ganado a lo largo
de este siglo es la imposición para los ases y sus protegidos de un cortísimo número de
hierros, procedentes prácticamente del mismo tronco. Es el camino que acabó por
prohijar el post toro de lidia mexicano pero trasladado al otro lado del Atlántico y con
animales mucho más voluminosos. Allá, como sucedió aquí en su momento, el
monoencaste está siendo acompañado por una plaga de indultos que, leído desde España
y Francia con los ojos puestos en México en clave histórica, no deja de ser una señal
bastante ominosa.


Lo anterior representa una vuelta de tuerca que antes no se había dado, por más que se
contara, a lo largo de nuestro siglo de oro del toreo, con la natural inclinación de los ases y
sus apoderados por el ganado más favorable. Ya El Guerra, en el declinar del XIX, admitía

su preferencia por las aplomadas moles de Veragua sobre los incómodos “mosquitos” del
Saltillo. Aun así, presionado más por la dura afición de su tiempo que por un espada tan
inferior al cordobés como fue don Luis Mazzantini, tuvo que contemporizar con el sorteo
matutino que puso coto a su voluntad soberana, expresada a través de sus amigos
ganaderos, que eran quienes designaban el orden en que habían de lidiarse sus reses.


Porque lo cierto es que hasta los mandones más mandones de la historia tuvieron que
enfrentarse a morlacos de muy variados encastes: predominaban los considerados más
suaves y favorables a sus intereses pero sin desdeñar divisas con fama de duras. De lo
contrario no se habría encontrado Joselito en Talavera con aquel “Bailaor” de doña Josefa
Corrochano viuda de Ortega, ni Manolete en Linares con “Islero” de Miura, ni Juan
Belmonte habría alcanzado algunos de sus triunfos más clamorosas con astados de la
temida divisa rojiverde. Varias miuradas despachó Pepe Luis Vázquez en la Real
Maestranza de Sevilla, que era su plaza, y hasta Luis Miguel Dominguín y Antonio
Ordóñez, tan bien arropados siempre, pecharon más de una vez con miuras,
pablorromeros y palhas, sin olvidar que en la famosa encerrona de Paco camino en
Madrid (04.06.70), entre los siete de esa tarde, figuraba uno de Miura, como encierros de
esa misma procedencia que despachó en Bilbao y en Valencia, donde también se las
vieron con astados del célebre hierro de la A con asas El Viti y nuestro Curro Rivera
(01.08.71).


Y, si viajamos a México, el propio Camino, en aquel histórico invierno de 1962-63, lidió,
sólo en la capital, astados de José Julián Llaguno, Mariano Ramírez, Valparaíso, Jesús
Cabrera, Mimiahuápam, Pastejé y Santo Domingo –es decir, Saltillo-Llaguno, Murube y
Parladé–, mientras Diego Puerta enfrentaba torazos de Torrecilla, Tequisquiapan y Las
Huertas, y El Viti se las veía con los de La Punta y Pastejé. Hasta El Cordobés, para su
confirmación e inmediata repetición en la México –fracasos sonoros ambos–, tuvo que
apechugar con sendos hatos de Ernesto Cuevas y Matancillas, aunque no por voluntad
propia sino por haber rechazado la autoridad los toritos a modo que le había reservado su
apoderado Manolo Chopera.


Ponce, en México y en España. Pero los tiempos cambian, y mucho. Así, el inminente
retornante Enrique Ponce hubo vez que le escurrió el bulto al reyeshuerta que le había
destinado el sorteo para incurrir en el incalificable irrespeto –a su dignidad torera y al
público de la México– de hacer que en su lugar se diera suelta, “por equivocación”, a un
novillote de Julio Delgado, con el consentimiento tácito de alternantes y autoridades y en
complicidad con Rafael Herrerías, su socio empresario en la Monumental (05.02.2003).
Pero esto ya es pisar los terrenos del divo de Chiva, en cuyo descargo habrá que decir que,
en su propio país, supo plantarles cara tanto a miuras (Linares, 28.08.97) como a
victorinos (Valencia, 07.10.95). Puede usted jurar, eso sí, que de ser cierta su reaparición,
no se le volverá a ver anunciado con tal tipo de divisas. Y puede ser que ni siquiera con
ganado de Valdefresno (Atanasio-Lizardo), de donde procedía aquel “Lironcito” con el que

alcanzó memorable triunfo en Madrid una tarde en que tuvo que olvidar su toreo
ventajoso e impostado para fajarse en serio con aquel veleto, correoso y de sentido
(27.05.96).

Cristóbal Pardo toreará en Macusani ,entre las nubes a mas 4 mil metros en el Perú profundo

Macusani está en el Departamento de Puno. Ha sido un fortín taurino pese a estar 4,315 metros de altura lo que supone un gigantesco esfuerzo para toros y toreros.-

El 11 de diciembre, el colombiano Cristóbal Pardo hará el paseillo con Rafaelillo y el peruano Juan Carlos Cubas.

Los toros de Checayani y Colorado

CHECYANI

En 1960 si no nos equivocamos, Don Carlos Gallese importa una vacada y unos sementales de la ganadería Urquijo puro murube, La vacada y los sementales pastaban en el sur chico de lima, tras la lidia en la feria del señor de los milagros, y por cierto pegar un petardo ganadero, con devolución de varios toros al corral y la mayoría saltaron al callejón decide deshacerse de la ganaderíam,cuenta Tradiciones Taurinas del Perú

Entonces en 1965 vende la ganadería a dos personas de provincia desconocidas en eso entonces a los señores Soto y Macedo, Don Umfredo Macedo llegando a quedarse con la mayor parte de la ganadería y el Sr. Soto vendió su parte,por eso entonces los patriarca de los Taguada llego a adquirir algunas cavezas de ganado. Entonces empieza el recorrido de que seria la legendaria Checayani instalándose en las alturas de la provincia de Azangaro departamento de Puno, Tenemos que reconocer que el ganadero Macedo fue un estudioso y un gran ganadero manteniendo esto con profesionalismo y altura por décadas,Uno de los ex trabajadores nos informa que el talón de Aquiles de la ganadería fue la alicuya, una enfermedad que afecta al hígado de los animales, sin envargo esta ganadería piso casi todas las plazas del Perú.

Los tentadores de esta casa ganadera fueron el matador de toros José Antonio Rodriguez,Armando Chavez «carnicerito de Mexico» Joselito Valdez, el matador de toros Andres Alfaro » El Pini» tambien trabajo como mayoral por algunos años el matador Joselito Requelme.

Sin embargo que esta casa ganadera haya triunfado nunca fue reconocido como grande e allí que nunca lidio en la feria mas importante del Perú, la del Señor de los milagros salvo el 13 de noviembre del 2005 lidio 5 toros para rejones en Acho. Ironías de la vida o celos nunca dieron la oportunidad lidiar en acho por toreros de a pie, cera que tenían miedo un rotundo triunfo?.

Esta casa ganadera refrescó la sangre con sementales de la ganadería de Campo Nuevo.

COLORADO

La ganadería Colorado es una de las nuevas ganaderías de toros de lidia en el Perú, fundada por Jorge Vargas González en el año 2000 No pude encontrar información específica sobre el origen e historia de esta ganadería, pero hay un libro llamado “Orígenes e Historial de las Ganaderías de Lidia en el Perú” que puede proporcionar información detallada sobre la historia de las ganaderías de lidia en el Perú .

A partir del Siglo XVI, el número y la composición de la población ganadera cambiaron de camélidos sudamericanos a una ganadería alóctona (bovino, ovino, caprino). El bovino Criollo actual proviene de las razas autóctonas de España y llegaron al Perú con la Conquista, pero en los tres siglos del Virreynato, no se le dio ninguna importancia. El propósito del presente aporte es orientar a la comunidad de científicos, profesionales, políticos y criadores sobre las potencialidades productivas del bovino Criollo asentado en el Altiplano peruano. Para el efecto se describe y analiza los índices reproductivos, las aptitudes para la producción de carne y leche, los pesos corporales a la comercialización en pie o beneficiados y el comportamiento de los bovinos Criollo en cruzamientos con razas especializadas logradas en condiciones del Altiplano peruano. Aquello se describe considerando los factores extrínsecos e intrínsecos que rodean a la crianza. Asimismo, se refiere a los programas de desarrollo emprendidos y se enfatiza la importancia de los Bancos de Germoplasma para la conservación. Finalmente se propone la visión, misión y objetivos estratégicos a considerar en un esquema de desarrollo económico local. En conclusión, en el Altiplano peruano el bovino Criollo expresa bajos niveles de producción de carne o leche, lo cual no implica que carezca del potencial de producir sino que está limitada por el inapropiado sistema de crianza familiar y tradicional. Asimismo, no aparece en los planes estratégicos como recurso zoogenético que contribuiría al desarrollo económico regional y local.

MACUSANI

Macusani (fundada como San Juan de Macusani) es una ciudad peruana, capital del distrito homónimo y de la provincia de Carabaya, ubicada en el departamento de Puno. Se halla en el área nororiental del departamento.

El Fandi abandonó el hospital de León. Venir a Cali depende de su plena recuperación. De momento no puedo decir ni que sí que no, dijo su apoderado, Toño Matilla.

En Lima en el segundo festejo El Fandi no pudo continuar la lidia y fue llevado a una clínica por la lumbalgia.

Viajó a España, se trasladó a León, fue intervenido y ya dado de alta hospitalaria.

El matador de toros David Fandila «El Fandi», ha sido dado de alta del Hospital San Juan de Dios de León, tras someterse a una intervención en la zona lumbar el pasado 9 de noviembre, después de que una lumbalgia le afectara durante los últimos días y le obligara a pasar por el hospital en Lima (Perú), donde ni siquiera pudo lidiar ninguno de los dos ejemplares que le correspondieron en el sorteo del festejo del día 5 de noviembre.

COMNUNICADO DEL TORERO GRANADINO

Los resultados del escáner realizado en la columna lumbosacra revelan que los implantes están correctamente colocados, y se ha logrado una buena descompresión y alineación en los planos coronal y sagital.


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