Los novilleros y Fuente Ymbro triunfaron en Madrid. Alvaro Alarcón, puerta grande
Actuaban en Las Ventas tres toreros con ganas de dejarse el alma por competir y no perderle el paso al escalafón. Parece que los empresarios se han puesto de acuerdo en impulsar el futuro justo antes de que la temporada atraviese su frenético verano, dice Rodrigo Carrasco en La Rzón.
Precisamente, pisaba el albero de la Monumental uno de los nombres que más retumban, el de Manuel Diosleguarde. la sonoridad del apellido también ayuda. El salmantino, el único que no se presentaba ayer en Las Ventas, recibió con la muleta al primer Fuente Ymbro a pies juntos y pegado a tablas. El astado era trotón aunque se arrancara desde lejos. También dejó embestidas profundas, aunque de vez en cuando se envalentonaba. Tras matar a la primera y escuchar un aviso, recibió una oreja. En el cuarto cambió la forma de recibir a su oponente, pasando a clavar ambas rodillas en tierra, reduciendo los espacios. Pero el novillo tuvo poco fondo. Lo pasaportó, aunque eternizándose en cuadrar al animal, y con ayuda del descabello.
Momentos verdaderamente angustiosos pasó Jorge Martínez con el segundo – y también con el quinto-, el más orientado de todos.
Su trasteo anduvo en un «uy» constante. Se le coló primero con el capote, para luego verle hasta las ideas en cada muletazo. En uno de estas miradas furtivas lo volteó aunque de forma totalmente limpia. Sin poder estar por encima en ningún instante, sí pudo darle muerte con gran solvencia. En el quinto tuvo más oportunidad, aunque tampoco llegó a estar por encima de otro novillo que completó el lote más complicado. Dos tandas sirvieron para despertar una calurosa petición tras otra buena estocada -lo que predominó durante toda la tarde-, pero el palco no permitió que tocara pelo ni que diese una segunda vuelta al ruedo.
Se tiró tan de verdad, que se quedó con la empuñadura en la mano al matar al tercero. Pura ambición la del toledano Álvaro Alarcón, que torea al natural con los vuelos de la muleta. Pero realmente suelto se le vio con el sexto. dejando la muleta en el pitón derecho del gran novillo de Fuente Ymbro y dejándose desmayar rotando sobre sí mismo con suavidad. Tan rotunda fue la última tanda y fulminante el estoconazo, que el presidente le acabó concediendo las dos orejas. Ya había acumulado otra del tercero, en el que también fue ovacionada su cuadrilla en el segundo tercio. Tarde redonda y de esperanza.
Las ventas. 16ª de San Isidro. Tercera novillada. Novillos de Fuente Ymbro, desiguales de presentación. El 1º, trotón, el 2º, orientadoy con peligro, el 3º, buen novillo, ovacionado en el arrastre; el 4º, a menos, el 5º, complicado; y el 6º, con fondo, premiado con la vuelta al ruedo. Más de tres cuartos de entrada.
Manuel Diosleguarde, de lila y oro, entera, aviso (oreja); trasera, descabello (silencio).
Jorge Martínez, de azul marino y oro, entera de efecto fulminante (saludos); entera (vuelta al ruedo).
Álvaro Alarcón, de blanco y plata, entera (oreja); estoconazo fulminante (dos orejas).
El novillero Jorge MARTINEZ , valentísimo no tuvo premio pues el palco le negó una merecida oreja tras un emocionante trasteo. Pasó un momento de apuro que lo refleja esa imagen
Manuel Diosleguarde y Alvaro Alarcón, oreja y oreja
Manuel Diosleguarde y Alvaro Alarcón, oreja y oreja