Por primera vez en la historia de la legendaria plaza de Acho en Lima con una antiguedad que data del siglo XVIII , empresarios colombianos entran a manejar el bello Coso del Rimac en el que pisaron su arena Joselito y Belmonte entre otras figuras del toreo. Estarán unidos a peruanos y españoles.
El acto pùblico de adjudicaciòn que se debió cumplir ayer se postergó sin que haya aun anuncio oficial del nuevo operador para los próximos 5 años del coso del Rimac.
Todo indica que un correo spam inhibió a la junta de anunciar ayer lo que todos esperábamos pues desde España enviaron la propuesta que no vio la Beneficencia en el momento de abrir los pliego. En fin!!! Todo un paripé
Se dijo que para la decisión se tuvieron en cuenta primordialmente los aspectos técnicos de las ofertas.
Ya se cerrò el plazo para las ofertas y solo se presentò el Consorcio Amèrica Taurina integrado por don Felipe Negret Mosquera, Tauroemociòn cuya cabeza visible es don Alberto Garcìa, la Corporaciòn Plaza de Toros de Manizales, que representa don Juan Carlos Gòmez , Tiket Fast SAS que representa Ramòn Gòmez y TBL LIVE SAS que representa Elvira Valencia.
De los 5 compradores del pliego de condiciones solo se presentò Juan Antonio Roca Rey Allison quien entregò al comitè de selecciòn su propuesta consistente en 1 millòn 500 soles de renta anual y 300 mil soles de inversiòn en infraestructura cada año.
Dice Rosario Castro Pacheco sobre la rica historia de Acho
257 años de historia
Se fundó el 30 de enero de 1766 durante la gestión del virrey Manuel Amat y Juniet, famoso por su romance con Micaela Villegas “La Perricholi”. Esto, debido a la afición de los españoles por la tauromaquia. Así, en 1849 se celebró la primera corrida con toreros ibéricos. Uno de ellos fue Carlos Rodríguez, quien trajo la moda de los trajes de luces.
La arena se construyó, principalmente, con adobe y madera. Cuenta con capilla, y corrales. En su explanada, llamada Patio de Sombra, se halla el Museo Taurino. Desde 1962 custodia una colección de fotografías, afiches, litografías de Pablo Picasso y los trajes de los primeros toreros españoles que se presentaron en la capital, entre otros tesoros del siglo XX