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Comer bien no riñe con comer sano y la carne del toro de lidia es saludable

Comer bien no riñe con comer sano y la carne del toro de lidia es saludable. En el simposio «Gastronomìa y salud» que se realizó en Zaragoza, se abordó el tema de los alimentos con relación a la sostenibilidad del planeta, y surgieron preguntas como ¿Qué hace el cerebro para interpretar un plato a partir de las señales que le proporcionan los órganos de los sentidos?.

Y se planteó que solo la ciencia logrará mantener a la cocina actualizada, y sin actualización e innovación es imposible sobrevivir.

LA CARNE DEL TORO DE LIDIA

Se abordó el tema de la carne del toro de lidia. La carne del animal que protagoniza las fiestas en los cosos taurinos es totalmente aprovechable, pero sigue siendo uno de los productos más desconocidos, incluso en las naciones donde se desarrolla la fiesta.

El chef Mario Sandoval, dos estrellas Michelin y presidente de la Federación de Asociaciones de Cocineros y Reposteros de España (Facyre), es el embajador de este producto e incentiva su consumo usándolo en sus creaciones culinarias:

“La carne de toro de lidia es un lujo, es sana y saludable, puesto que proviene de un animal que vive libre en el campo y alimentado de forma natural”.

Además, la asociación que preside junto con la UCTL y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tiene firmado un convenio para desarrollar un proyecto que permita poner en valor las cualidades de la carne del toro bravo.

Es más, esta raza bovina autóctona es un tipo de ganado vacuno, criado y cuidado con esmero para su lidia en festejos taurinos de toda índole. No solo para las corridas, sino también para novilladas, encierros y otras fiestas populares.

“Es una carne excelente, rica en proteínas, magra sin grasas y ecológica. A veces puede resultar un poco más dura porque los toros lidiados en una corrida tienen entre tres y cuatro años, y necesitará un poco de reposo o maceración para apreciar su gran calidad, pero cuando es de una novilla de dos años, de un encierro, por ejemplo, es mantequilla”, señala el experto Pablo Mayoral.

COMER BIEN NO ESTA REÑIDO CON COMER SANO

Manuel Toharia que abrió el simposio en Zaragoza, ha insistido en que, a pesar de las circunstancias, el mensaje de este foro se mantiene:

“Es necesario buscar un equilibrio entre lo gastronómico, es decir, aquello que nos gusta; lo saludable, de forma que a través de los alimentos que comemos podamos vivir más y mejor y, por último, lo científico, es decir, lo que hay que ir mejorando día a día para intentar alcanzar ese objetivo”.

Tras dar la bienvenida, Manuel Toharia se ha referido a “las complicaciones que está provocando la pandemia que vivimos, que nos tiene que llevar a hacer algunas reflexiones”.

En este sentido, ha insistido en que “comer bien no está reñido con comer sano, e igualmente debe estar vinculado al respeto al medio ambiente y a la proximidad”.

El presidente del comité científico ha defendido la apuesta por “los productos más cercanos y naturales, aquellos que tenemos a nuestra disposición maduros y en el mejor momento de la temporada; lo que no tiene ningún sentido es que sigamos consumiendo fresas o cerezas cultivadas en Sudamérica en el mes de enero”.

“No le damos mucha importancia a estos detalles –ha proseguido–, pero el impacto ambiental que tiene ese consumo es muy grande”.

En esta línea, ha defendido que “la salud del medio ambiente también es nuestra salud. Somos miembros ineludibles del entorno ambiental del que formamos una parte central por culpa de nuestro poderío intelectual”.

«Desperdicios», un torero adelantado a su tiempo

Manuel Dominguez «Desperdicios» es toda una personalidad, ocultada por Lagartijo, Pedro Romero, «Cuchares» pero que es una verdadera caja de sorpresas.

Nace hacia 1816, muere en 1886 y deja una estela de acontecimientos en una rocambolesca vida que lo trae a América.

Concretamente a Montevideo, a la Argentina del dictador Rosas y al Brasil.

Son años en los que no ejerce de torero. Y sale de España porque tuvo un litigio con otro espada, Juan León.

Antes es bueno subrayar sus aportes a la tauromaquia del siglo XX como es el toreo en redondo, varias suertes de capa y el quedarse en el lugar adecuado sin enmendar terreno.

Las reglas del toreo según «Desperdicios»

1- El cobarde no es hombre y para el toreo se necesitan hombres.

2- Más cogidas da el miedo que los toros.

3- La honra del matador se encuentra en no huir ni correr jamás delante de los toros teniendo muleta y espada en las manos.

4- El espada no debe nunca saltar la barrera después de presentarse el toro, porque esto es ya caso vergonzoso.

5- Arrimarse bien y esperar tranquilamente la cabezada, que el toro ciega al embestir y con un nada se evita el derrote.

6- El torero no debe contar con sus pies, sino con sus manos, y en la cara de los toros debe matar o morir antes que volver la espalda o achicarse.

7- Parar los pies y dejarse coger: éste es el modo en que los toros se asientan y se descubren para matarlos.

8- Más se hace en la plaza con una arroba de valor y una libra de inteligencia que al revés.

ESA VIDA PARA CONTARLA EN UNA NOVELA

Aquí, en América, ejerce de mozo de esclavos, de industrial de poca monta, contrabandista.

Y este tema de «Desperdicios», fue propuesto y llevado a cabo en el programa «Palco de Callejón» que dirige María Carolina Andrade.

Por cierto, la primera mujer que logra entrar al callejón de La Santamaría en calidad de periodista.

Marco Hierro uno de los panelistas realizó una hermosa pintura del retratado y su relato fue fascinante con imágenes muy tentadoras de lo que fue ese torero, un desconocido para muchos aficionados. Nicolás Sampedro y David Jaramillo hicieron valiosos aportes en ese programa taurino. Y lo complementaron magníficamente Emilio Méndez desde México y Sofía Vaca en Ecuador

Una vida de leyenda

El período de su vida en Sudamérica  fue el más dramático y colmado de aventuras de toda su la existencia de Domínguez, que nos resume Velázquez y Sánchez, que por su amistad con el diestro, es informador más que autorizado:

«Avezado a fiar en su propias fuerzas, y haciendo frente a todo género de obstáculos, Manuel aprendió a montar, echar el lazo y acosar reses como los guajiros, y forzado por la necesidad en pueblo semisalvaje, sostuvo peleas con los perdonavidas de aquellas tierras, hasta merecer la denominación de señor Manuel el Bravo, que si constituía para unos título  de respeto, era para otros un motivo de jactanciosa provocación…

Sirvió de mayoral de negrada en vastos ingenios, teniendo que regir cuadrillas de siervos africanos, no tan sumisos que dejen de conspirar contra el hombre que los manda y que los castiga; entraba de capataz en los saladeros de la Francesa, Seis valientes y Cambaceri, habiendo de regir con su imperiosa voluntad a centenares de insurgentes y desalmados subalternos, que no reconocían más fueron que el de la fuerza moral y física.

Aceptaba el mando de una partida rural contra los indios, persiguiéndolos hasta en sus guaridas de Chapaleofú y en las asperezas de Sierra Ventana, y ya con algunos fondos y harto de correrías y temeridades que parecían retos a la muerte, se estableció en Bueno Aires, interesándose en el acarreo del muelle con sus carros, y en tráfico y especulaciones, que habrían producido un caudal en otro país menos afligido por la guerras intestinas y cuantas plagas esterilizan el trabajo en las sociedades condenadas al castigo de un anárquico desorden».

Este singular espada lo que pone en evidencia es que el toreo no es un invento DE sino la sucesión de normas, reglas, aportes, conceptos que se van transmitiendo de generación en generación


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