En la foto, en su habitat natural, don Ramón con un poncho azul y su hijo Carlos Alberto en una transmisión de una corrida de toros por Caracol radio.
No ganamos para sustos los taurinos.
Apenas registramos una hoja que se desprende del árbol gigantesco de la amistad y horas después «la señora muerte que a su paso topa» nos avisa de la fragilidad humana…
Ha muerto Eufemia Macías, viuda de En la foto Ramon Ospina que vivía en Sopetrán para paliar los quebrantos de salud.
Su hijo Carlos Alberto la llevó al «Pablo Tobón Uribe» de Medellín y él terminó contagiado por el Covid.
Por fortuna ya está en casa recuperándose. Lo deseo fervientemente. Y tenerlo de nuevo tan activo es mi deseo.
Me dice el gran Aranguito que la noticia ha causado una gran impresiòn entre los aficionados por la muerte de una Dama que fue tronco de una familia numerosa y amante de la fiesta taurina.
Eufemia fue la fiel compañera del aspirante a torero, publicista y uno de los narradores estrella de la América taurina, don Ramón Ospina Marulanda.
Eufemia es hermana de Gustavo Macías «Chiquilin» y «Rosarito» de Colombia (Blanca Macías su nombre de pila) quien con Amina Asis han sido las únicas mujeres que han pisado el ruedo de Las Ventas, la una como torera y la otra, rejoneadora.
No tengo palabras para expresar el sentimiento de tristeza que me invade y a los suyos, a sus hijos, a sus amigos, a los taurinos de Medellín solo puedo transmitirles mi profundo pesar y el de este portal.
Muere don Luis, hermano del ganadero Rafael Moscoso. Pues año doloroso este 2021… La muerte tiene una cita en nuestro entorno y se lleva personas muy cercanas a quienes profesamos afecto y compartimos querencias.
Luis, hermano del ganadero Rafael Moscoso, ha muerto víctima del Covid.
Padre de cinco niñas contaba con 77 años y al igual que su hermano hizo gala de su afición en las plazas con moderación, respeto y un acendrado sentimiento por esta fiesta sin par hoy atacada desde distintos frentes.
A nuestro amigo Rafael, el condolido ruego para que acepte nuestro pesar desde estas páginas de tendido7.
Una sencilla, emotiva y concurrida ceremonia religiosa nos permitió despedir a nuestro amigo Iván Parra en la iglesia Sana Clara (media entrada por las rigurosas medidas anti covid).
Ricardo Chaves abrió con el adagio del Concierto de Aranjuez de don Joaquín Rodrigo, un sacerdote del rito oriental desgranó la vida de Iván, y cerró don Felipe Negret quien hizo un paralelismo entre «La gente que me gusta» esa especie de himno de las transmisiones taurinas en Caracol radio que abría las ferias colombianas, y el homenajeado.
Renuevo mi saludo y abrazo mas cariñoso a doña Beatriz, su madre, a Julián, su hermano, a Patricia, su esposa, a Ale, su hija y a Luciana la nieta de sus querencias.
LAS PALABRAS DE DON FELIPE
Me senté a escribir unas palabras de despedida para Iván Parra Díaz, y después de pensar varios minutos me di cuenta que es imposible. Uno de los amigos y de los artistas no se despide. La amistad por Iván perdurará en nuestros corazones.
Allí permanecerá por siempre su hidalguía, su señorío, su don de gentes, su extensa cultura y su sonrisa cálida y franca.
Y tampoco se les dice adiós a los artistas. Y él lo era.
Iván siempre nos enseñó que la tauromaquia es fuente para diversas expresiones en el mundo del arte.
La pintura, la escultura, la poesía, la dramaturgia, la música han bebido en la fuente del toro bravo como muza de inspiración. Pues eso mismo hizo Iván y con un micrófono en la mano nos regaló el precioso arte de la palabra. Cada descripción que de una faena hacía Iván era una pieza única del manejo del idioma de Cervantes.
El castellano en la voz de Iván sonaba hermoso y universal. Y no soloen materia taurina; para decirle al mundo “Hola Buenos Días” o al invitarnos a “Pase la Tarde” cualquier tema profundo o mundano era la excusa perfecta para que Iván parara, templara y mandará en el difícil arte de comunicar a través de la radio y la televisión.
Como aficionado taurino seguía las transmisiones de Iván. Y debo reconocer que su cultura y su sabiduría me seducían.
El mundo del toro me permitió conocerlo personalmente a finales de 1999, cuando la vida me permitió asumir la gestión de la Plaza de Toros de Santamaría. En la primera entrevista que Iván me hizo me preguntó si alguna vez había imaginado llegar tan alto.
Y parafraseando al ex- presidente Guillermo León Valencia le conteste: No Iván, al contrario, nunca imaginé descender tan bajo, de la 4ª fila del tendido al callejón.
Desde los primeros momentos descubrí que Iván pertenece a “La Gente que me Gusta”, que cuando saluda te aprieta la mano, con fuerza y sin dudas. Construimos una amistad sin fisura.
Amistad que nunca le impidió criticar la gestión y la labor taurina en Bogotá. Pero lo hizo positivamente, aportando, construyendo, fortaleciendo la fiesta que tanto amó.
Iván Parra como crítico taurino también fue de “La Gente que me gusta”, que cuando te habla te mira a los ojos, te mira de frente, te dice a la cara aquello que siente y nada se calla y no tiene dobleces.
Y así, entre toro y toro, entre faena y faena, entre feria y feria, entre temporada y temporada se fueron sumando momentos tanto inolvidables como entrañables.
Porque para conversar también Iván era de “La Gente que me Gusta”, nos daba las claras del alba, compartiendo madrugadas, palabras, risas y luna. Porque departir con Iván alrededor de una mesa, cualquier vino era un poema, cualquier charla la locura.
Recuerdo, al comentarle la idea de traer a Colombia las obras teatrales de Salvador Távora “Carmen” y “Don Juan en los Ruedos”, su impulso motivador, su entusiasmo evidente y decidido.
Si, para hablar de ideas nuevas también Iván era de “La Gente que me Gusta”, le encantaba hablar de proyectos, de esos que se lleva el viento y que se olvidan después.
También nos enseñó Iván a enfrentar con dignidad y estoicismo las dificultades que la vida nos plantea paso a paso. Y siempre resaltaba esa energía de lucha permanente para alcanzar las metas por lejanas que ellas parezcan. Iván no fue solo un hombre importante en el mundo del toro.
No, su importancia y su trabajo fueron más allá de las plazas y del campo bravo. Su valor como comunicador social abarcó otros escenarios, otros medios, otras disciplinas en donde la calidad y el triunfo fueron su tarjeta de presentación.
Iván, en la próxima corrida de toros en La Santamaría, que solo se verá el callejón sin tu presencia. Cuando la afición, entonando el himno nacional, desparrame la vista hacia los bajos del tendido de sombra sentirá que allí falta algo, que hay un vacío difícil de llenar.
Al final esa afición mirará hacia el cielo y con la mano en alto gritará un olé en tu memoria.
“La Gente que me Gusta” como Iván Parra Díaz, debería ser eterna como la lluvia y la sed.
Este sábado a la 1 de la tarde en la iglesia Santa Clara en la calle 98 con novena nos encontraremos los familiares y amigos, su otra familia, para honrar a Iván Parra.
Un silencio repleto de elocuencia como esos silencios de La Maestranza de Sevilla que tanto amó nuestro querido Iván.
Así que el encuentro es una ocasión especial para tributarle el cariño que se ganó en su paso por la tierra.
Les compartimos un homenaje de Guillermo Salamanca a Iván Parra
La tauromaquia es una síntesis de lo que es la vida: Iván Parra en entrevista con «Eje21». La foto que abre esta nota fue captada por Farley Betancourt, otro de los buenos amigos y contertulios de muchas tardes camperas de nuestro recordado Iván Parra que ha partido silenciosamente.
A él que le encantaba el sonido y la palabra elocuente, que heredó de su padre, en la ciudad que lo acogió hace mas de 40 años, Bogotá.
Ahí aparece en el salón de actos del hotel que nos acogió gracias a la gentileza de don Julio Rincón.
A su lado, el maestro César Rincón, el escultor Juan Torres y el pintor manizaleño Mario Jiménez, la artista Diana Francia Gómez, y Carolina de Yunis.
La imagen corresponde a la última premiación que un grupo de taurinos encabezados por él realizamos cada año al final de la temporada colombiana para premiar a los mejores.
Iván Parra, conocido como “Parrita” es un comunicador que ha trabajado en las más importantes cadenas radiales como periodista taurino y conductor de magazines, distinguiéndose por su profesionalismo, compromiso con su vocación, serio y respetuoso con la audiencia.
Llegó a la radio gracias a su devoción por la fiesta brava donde se vistió de luces y los primeros lances le hicieron recapacitar que era más beneficioso para él, ver los toros desde las barreras, compartiendo las emociones de la tauromaquia a través de los micrófonos, oficio que desempeña con propiedad y autoridad.
Después de haber tomado la alternativa de periodista taurino, al lado del inolvidable comentarista peruano Paco Luna y de Eduardo de Vengoechea en Todelar, se proyectó de la mano de Óscar Rentería en el Grupo Radial Colombiano y más tarde en Caracol donde hizo el curso completo de periodista integral, reportero, conductor de magazines y narrador taurino.
Iván Parra fue testigo de las tardes de gloria de Cesar Rincón a este y al otro lado del Atlántico. Para Parrita, César ha sido el mejor torero de todos los tiempos.
Hoy en tardes silenciosas estoicamente soportando una dolencia que lo ha alejado de sus dos grandes pasiones: la radio y los toros recuerda con un toque de nostalgia las amables y cálidas tardes taurinas en las más importantes plazas de España, México y Colombia.
Su voz tiene el tono y color que le dio identidad en una radio compartida por grandes profesionales a quienes recuerda con humildad como sus grandes maestros: Otto Greiffestein, Armando Osorio, Hernán Peláez, Armando Plata, Oscar Rentería, Julio Sánchez, entre otros grandes.
–¿Cómo llegó al periodismo?
–Henry Pineda, un profesional de la radio del Quindío, comprometido con la tauromaquia en la temporada de Armenia de 1975 convocó a los aficionados de la fiesta brava al Hotel Zuldemaida desde donde originaba su programa para La Voz de Armenia, con el fin de darles una oportunidad a los aspirantes a comentaristas. Fui preseleccionado, lo que me permitió alternar al lado de Paco Luna y Eduardo de Vengoechea, quienes en el cierre de la temporada me invitaron a trabajar con ellos en el equipo taurino de Todelar. Este fue el
comienzo de mi actividad radial. Desde entonces he estado vinculado y activo cumpliendo distintas funciones y actividades en diferentes medios radiales.
–¿Cómo descubrió su devoción por la tauromaquia?
–Yo no lo descubrí, estaba dentro de mí…quería ser torero pero no me alcanzó; más tarde me di cuenta que era más fácil hacer crítica taurina que estar delante de un toro.
–¿La tauromaquia es un arte o un espectáculo cruel?
–Es una síntesis de lo que es la vida, tiene muchas cosas artísticas, hay más crueldad en otros espectáculos y otros escenarios. Los taurinos estamos soportando un chaparrón. Para nosotros, los amantes de la fiesta brava es una forma de ser, una lección en la que hemos podido aprender muchas cosas, menos a ser crueles o violentos.
–¿Quién le puso Iván Parra “Parrita”?
–Henry Pineda, quien encontró en una enciclopedia taurina del Cossío la historia de la dinastía de los Parrita- Agustín Parra-Parrita y empezó a hacer bromas diciendo que yo era descendiente de esa dinastía, lo que no es cierto. Ya son 40 años lapso en el que me han identificado como Parrita.
–¿Cesar Rincón fue el mejor torero colombiano?
–No solo de Colombia. Es uno de los más grandes toreros de todos los tiempos de la tauromaquia. César impuso sus condiciones y sobresalió en un mundo muy difícil gracias a su inteligencia, valor, técnica y determinación. Por eso fue máxima figura en España al lado de los mejores. Tuve la fortuna de seguir como amigo y periodista, muy de cerca toda su carrera.
–¿Cómo llegó al Grupo Radial Colombiano?
–Me contrató el gerente Billy Vargas Gómez.
–¿Oscar Rentería fue su mecenas?
–Es mi amigo, siempre me ha demostrado que cree en mí. Para mí, Óscar ha sido un gran maestro. Es un profesional de primerísimo nivel al que le he aprendido mucho.
–¿Quién lo llevó a Caracol?
–Ricardo Alarcón. Cuando Óscar Rentería regresó a Caracol sugirió que nos contrataran a Guillermo Díaz y a mí. Tuve la fortuna de trabajar 22 años en Caracol.
–¿Cómo descubrió su vocación de comunicador?
–Mi padre, abogado penalista y profesor universitario, siempre tuvo el don de la palabra y una extraordinaria facilidad para comunicar. Para mí fue una escuela natural la que todos los días trato de emular, aunque no lo he conseguido, continuaré intentándolo.
–¿Hay nostalgia de su ayer en la radio?
–No creo que llegue a la nostalgia, pero hay principios que se deberían retomar, que se echan de menos y que si tengo oportunidad pondré en práctica ante un micrófono para seguir disfrutando y respetando una actividad que amo.
–¿Por qué salió de Caracol?
–Todavía no lo sé, en la carta de despido dice, sin causa justa.
–¿A qué profesional de la radio admira? ¿Por qué?
–Afortunadamente son varios los maestros que despiertan admiración: Hernán Peláez Restrepo por su potente manera de conquistar al oyente; Yamid Amat por su inteligencia y capacidad creadora; Oscar Rentería por su imaginación y entendimiento del universo de la radio; Julio Sánchez por su talento y Guillermo Díaz por su competencia creativa.
–¿Cuál fue su modelo en la radio?
–En mis 22 años con Caracol siempre estuve rodeado de personajes a los que no solo se les debe un homenaje y aparte se les podía seguir, locutores como Juan Harvey, Otto Greiffenstein, “El padrino” Alberto Piedrahita, Armando Osorio, “El chupo” Plata, Judith Sarmiento, Gustavo Niño, todas voces maravillosas he inimitables. Periodistas como Yamid, Julio Sánchez, Hernán Peláez, Oscar Rentería, en estos profesionales encontré maestros sólidos que me ayudaron a consolidar la idea y el modelo que yo quería proyectar en la radio, aprendiendo de todos escuela que le ha dado identidad a mi actividad periodística.
–¿Cómo llegó a Pase la tarde con Caracol?
–Fue una decisión de las directivas de Caracol en cabeza de Ricardo Alarcón.
–¿Perteneció a la ACL?
–Si, en época de Pacheco y Magda Egas.
–¿Qué recuerdos tiene de Enrique Muñoz?
–Un ser humano decente, con una capacidad de solidaridad muy grande. Un amigo en toda la extensión de la palabra.
–¿Cómo percibe el futuro de la radio?
–Preocupante, porque la plataforma de este momento no es buena. Hay que volver al respeto y a la creatividad, por el camino de la chabacanería la improvisación el futuro es oscuro.
–¿La dinámica de las redes sociales está apagando radios?
–Es una competencia difícil, lo que tenemos que hacer es integrarlas a la radio.
–¿Los monopolios de la radio, acabaron con la ética informativa?
–Ese conjunto de normas que llamamos Ética debe estar por encima de cualquier contaminación.
–¿En su paso por la radio hubo espacio para la chabacanería y la vulgaridad?
–Siempre busqué apartarme del mal gusto por convicción propia y respeto al oyente.
–¿La Luciérnaga y sus clones cumplieron su ciclo?
–La conclusión es que los espacios vespertinos necesitan re ingeniería y ajuste del formato…
–¿A quién escucha y cómo se informa ahora?
–Afortunadamente hay varias alternativas para informarnos. No he dejado la costumbre de pasearme por el dial de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.
–¿Hay cole gaje y lealtad en el periodismo?
–Hay de todo y hasta tengo buenos amigos
–¿Espiritual o religioso?
–Espiritual.
–¿Los españoles de Prisa fueron buenos jefes?
–No tengo queja.
–¿Hoy se hace periodismo objetivo y ético en radio?
–Mientras no se dejen contaminar por la mermelada
–¿Los cinco temas que han animado su existencia, su banda sonora?
–“What a wonderful world”- Louis Armstrong, – “Mi unicornio azul” – Manuel Ascanio, -“Tómame o déjame” maestro Basurto de los Panchos- “Habana Travel “-Omara Portuondo, – “Sevilla”, Roció Jurado
–¿Se vistió de luces?
–Si, en la columna Mirador de José Pardo Llada, en un periódico caleño apareció mi foto en traje de luces y el pie de foto decía…»Iván Parra vestido de mugre y miedo»; el traje era muy modesto cuando llegó a mis manos, en épocas pretéritas fue un precioso blanco y oro.
–¿Quién fue su guía como comentarista y periodista de toros?
–El maestro Paco Luna.
–¿Le ofrecieron sobre?
–Como sabían que no recibía, no me ofrecían.
–¿Cuál fue un momento inolvidable en su carrera profesional?
–Acompañar a Cesar Rincón en sus triunfos internacionales y nacionales. El cubrimiento de los atentados terroristas de Londres en directo para Colombia
–¿Cuál fue el error de su vida?
–Salirme del Seguro Social para un fondo de pensiones.
–¿Un programa que se quedó en su existencia?
–“Radio lente” con Hernán Restrepo Duque y “La Luciérnaga” con Hernán Peláez Restrepo. Profesionalmente llevo en el corazón “Hola Buenos días”, “La Ventana” y “Pase la Tarde”.
José Azael Revelo Burbano, nariñense, premio «Mono Nuñez», integrante del grupo «Seresta». guitarrista, maestro, compositor, arreglista, ha partido en plena madurez personal y creativa.
La señora muerte que se va llevando todo lo bueno que a su paso topa, nos deja sin el ganadero Jorge Garzón, sin el actor Roberto Reyes y esta página parece mas la sección funeraria de un diario virtual. Otro crespón.-.
Y es que Nariño nos ha entregado grandes valores de nuestra música , de Maruja Hinestrosa, Fausto Martínez, Hugo Realpe, Edy Martínez, Luis Antonio “Chato” Guerrero, Javier Apráez Villota, Pedro Vicente Rojas (quien también es pintor), a Gustavo Parra Arévalo, José Menandro Bastidas, José Revelo y muchos otros…Artesanos importantes como Eduardo Muñoz Lora, Alfonso Zambrano, Maruja Burbano de Arias, Álvaro Zambrano, Segundo Zambrano, Gilberto Granja, y José María Obando.
Se nos ha ido un señor , un músico excepcional, maestro de esas nuevas generaciones de músicos de su querido Departamento, Nariño. Y El Mono Núñez fue epicentro de sus grandes éxitos como músico
EL PASO DE SERESTA POR LAS TIERRAS LORQUIANAS DE GRANADA
Seresta, grupo instrumental de Medellín formado por tres intérpretes de música tradicional colombiana de las regiones andina, llanera y atlántica, actuará esta noche, a partir de las 22.00 horas, en la Huerta de San Vicente, en el Parque Federico García Lorca, dentro de la programación del FEX y con entrada gratuita, reseñaba hace 5 años el Ideal granadino.,
La combinación tímbrica de sus instrumentos, la interpretación y los arreglos musicales han dado como resultado una renovación a la tradición musical colombiana.
Seresta es una palabra portuguesa que significa serenata o tertulia musical. Durante su trayectoria musical de 20 años, este grupo colombiano ha alcanzado importantes logros, entre ellos la nominación al premio Grammy Latino 2001 por su primer trabajo discográfico en la categoría de ‘Mejor Álbum Folclórico’.
El grupo lo forman Jaime Uribe Espitia (clarinete); José Revelo Burbano (guitarra) y John Jaime Villegas Londoño (bandola).
Seresta ha sido invitado de honor en los más importantes eventos de música andina colombiana, como el Festival Mono Núñez en sus ediciones de 2003 y 2004, o el Festival Cootrafa de Bello, Antioquia, y han viajado por todo el continente americano, desde Estados Unidos hacia abajo.
En su repertorio habitual hay piezas sin fronteras (‘Bambuco’, María Canela’, ‘Navidad negra’, ‘La pollera colorá’.), de autores tan diversos como Francisco Cristancho, Horacio Salinas, Terig Tucci, Zequinha de Abreu o Astor Piazzolla, entre otros muchos.
REACCIONES…VICTORIA SUR
Josesito de mi alma, hoy te fuiste y queda un gran vacío en la música andina colombiana y en las personas que te hemos querido y admirado. Tengo los más lindos recuerdos de una época que para mi fue de las más felices de mi vida. Fuiste generoso con tus conocimientos y además aportaste a la música andina talento, modernidad y disciplina.
Tu sonrisota nunca se me va a olvidar y mucho menos tu música preciosa, tu fantasía en 6/8 pasará a la historia como una obra maravillosa que marcó toda una época. Contigo se va una etapa de Sombra y Luz amada, en la que fuiste arreglista y director musical de 3 de nuestros 4 discos. Mi corazón está triste.
Abrazo fuerte a Jaime Uribe y a John Jaime Villegas Londoño compañeros de Seresta. También a mi compañera de dueto Luz Jimenez. Los abrazo y también a la gran familia de las músicas andinas que hoy pierde a uno de sus hijos más queridos: José Revelo Burbano. Descansa en paz.
Emotiva semblanza de Pablo Lozano de su padre. Pablo Lozano, hijo, es apoderado, escultor y un hombre adusto, serio pero cariñoso, la viva imagen del padre a quien le ha dedicado unas bellas palabras ahora que «el viejo» se ha ido tras no poder vencer al coronavirus.
He visto estos días a hombres duros y de gran fortaleza ante las adversidades, hombres acostumbrados a aguantar el miedo demostrando valor, hablar de mi padre con lágrimas en los ojos y con un nudo en la garganta. He visto en todo momento cariño y respeto.
Don Pablo, como todo el mundo le llamaba, infundía respeto, pero también cercanía, humanidad. Repartía su sabiduría con generosidad, lejos de cualquier vanidad o jactancia. En él nunca había pose, todo era natural, como naturales y directas eran siempre sus palabras.
Siempre lo vi grande. Pero ahora su figura se agiganta y compruebo con orgullo la consideración real , cariñosa y cercana con la que la gente lo recuerda. Mis hermanos y yo hemos sido unos privilegiados, ahora más que nunca me doy cuenta.
Sé que mucha gente que habría deseado despedirse de él no ha podido hacerlo y que lo lamentan sinceramente. Son la multitud de amigos que llaman y escriben con palabras que salen del corazón. Cuando termine esta horrible pandemia, no sé cuándo, si en meses o en un año, celebraremos un oficio religioso donde todos nos podamos reunir para recordarlo. Mi padre era un creyente convencido y le gustará.
Sí lo conocí a Pablo Lozano, como La muleta de Castilla, un taurino integral, lo conocí en la admiración que por él han sentido dos queridos amigos: Juan Silveti y Raúl Acha “Rovira”.
Su gran admirador fue Javier Garfias.
Juntos visitamos Los Cués, en una retienta extensa en la ganadería en su plaza de tientas de Querétaro, con presencia de los hermanos de Javier, Pepe y Marco Garfias y como tentadores Miguel Espinosa “Armillita” y David Silveti, “El Rey”.
Pablo estaba enterado de todo lo que correspondía al ganado bravo en el mundo, por eso estaba en Los Cués, como estuvo en todas las ganaderías bravas en el mundo.
Ha muerto Pablo Lozano, hermano de Manolo, Eduardo y José Luis. Lo conocimos un 30 de mayo, día de San Fernando, día del cumpleaños de su hijo el matador de toros Fernando Lozano a quien enviamos nuestro sentido pésame.
Un día que, por tradición, ha sido importante de toros en Aranjuez, y de la dinástía de los Lozano.
Importancia que resalta, por la vecindad de Aranjuez con Madrid y la temporada de la Feria de San Isidro en su plenitud.
Aranjuez a los toros los resalta, le da el frescor de los aires que mecen el toreo, y liviandad en la presencia del toro que le imprime gracia y frescura de campo, de fresco jardín a la corrida, sensación que supo plasmar en el pentagrama el maestro Joaquín Rodrigo.
Cuando visitamos por primera vez el Real Sitio era agosto de 1971.
Atendíamos una cortesía, de quien ha sido apreciado amigo y admirado taurino. Nos referimos a José Luis Lozano, hermano de Pablo Lozano.
En aquella oportunidad además de El Palomar, hermosa finca del joven maestro Sebastián Palomo, visitamos Aranjuez. José Luis y Eduardo Lozano tenían el pulso de la manija del toreo en sus manos.
Aquella fecha de la temporada del año 71, nos reunimos con taurinos de la época, como el polémico y muy admirado Gonzalo Carvajal y los colegas Curro Fetén, Benjamín Ventura Remacha y unos muchachos colombianos de vacaciones en España.
Entre estos muchachos uno de ellos, el hijo del presidente Pastrana Borrero, Andrés Pastrana, más tarde sería Presidente de Colombia y muchas veces protagonista importante de hechos trascendentales en la historia de la nación hermana.
Manolo Lozano -el «Loco»
Para los irreverentes del genio- torero de alternativa y taurino para la historia, nos contaba que la gente de Alameda de La Sagra era gente de Domingo Ortega.
Aquello no le agradaba a los Camará, Pepe y Manolo, que fueron nuestros amigos, y que nos introdujeron a su padre don José Flores en el Hotel Pintor en la Calle de Goya, en Madrid. José Flores, gran admirador de Gallito -lo que reventaba a Manolete, «belmontista» a morir -, departía en silenciosas reuniones con don César Jalón «Clarito».
Aquello me lo recordaba Manolo Lozano, y aún lo hace, de vez en cuando, cuando desempolvamos los cuadernos del recuerdo intercalando en sus páginas vivencias que ahora recordamos con la partida de Pablo Lozano, «el otro» Lozano, el de «la muleta de Castilla, el de los toros en el campo, el de la sonrisa eterna, el más entendido en ganaderías entre los más sabios del toreo.
A Pablo Lozano lo conocimos el 30 de mayo próximo la grandeza taurina de aquel Aranjuez que conocimos un día de San Fernando, cuando los jardones y don Livinio Stuyck preparaban un San Isidro que en el tiempo convertiría la Fiesta de los Toros en la grandeza que vive hoy la Feria de Madrid.
Nuestra primera visita al Real Sitio fue con Fernando Jardón, empresario de Las Ventas, y nuestro muy apreciado Manolo Cisneros, para la época apoderado de Curro Romero y creador de la famosa muleta de madriño que el de Camas no llegó a estrenar.
Nos reunimos en Casa Pablo, en Aranjuez, festejamos el onomástico del maestro vallisoletano Fernando Domínguez.
Aquel Día de San Fernando se agregó al grupo el maestro Manolo Escudero, el querido torero de Embajadores.
La tertulia subió su temperatura, al calentarse con el capote de que si era necesario «enterrarse o levitarse».
El de Valladolid decía que el toreo es como el baile, hay que «levitar las suertes», mientras que el rubio torero de Castilla insistía en «sembrar las zapatillas», como las raíces de un árbol que da frutos de arte, con templadas verónicas.
Era aquel el tema de Azorín, la horizontal que ordena la obediente vertical, geometría castellana del toreo.
Leyendo la noticia se aviva la memoria, y entre un recuerdo y otro salta nombres como los de Ordóñez,»Antoñete», El Cordobes, Camino, Puerta, El Viti, Palomo, El Capea, Robles, Manzanares.
Todo siempre ligado a la grandeza de la dinastía de Alameda de la Sagra, la de los señores hermanos Lozano.
Castilla como lo anuncian los heraldos taurinos se ha quedado sin su muleta.
Pablo Lozano ha muerto a los 90 años por la cornada del coronavirus. Fue en 1951 cuando tomó la alternativa de manos de Luis Miguel Dominguín en Barcelona, el 25 de septiembre, Feria de La Merced. Confirmó en Madrid el 18 de mayo de manos de Antonio Bienvenida.
Como único espada conquistó Madrid y su triunfo más importante ante seis toros de Barcial en 1957, en la corrida del Montepío.
Fue un gran amigo, apreciado como apreciamos a todos los de la dinastía de Alameda de la Sagra, los hermanos Lozano, que admiramos y repetamos por sus virtudes, su sentido ético de la vida y porque nos dio su amistad que más que amigo fue un maestro en las cosas de la vida.
Murió el Ganadero Jorge Alberto Cabrera, propietario de la ganadería Manitas y San Mateo, que pastaron en Choconta y Pacho.
Nuestro querido amigo Héctor Chaparro nos comunica un deceso que como no puede ser de otra manera, lamentamos.
Jorge, hijo de José del Carmen Cabrera, otrora Patriarca de Ganado de Lidia, quien llegò a tierras cundinamarquesas desde Tibasosa (Boyacá), fundó sus Ganaderías en Jerusalén con el nombre de «El Tabaco», «Manitas» en Choconta y «San Mateo» en Pacho.
Para su esposa Bertha Inés Gamba, sus hijos Daniel y Andrés, nuestro respeto y condolencias.
Ha muerto Manuel «El loco Valdés». Germán, Ramón y Manuel Valdés son los tres hermanos mexicanos miembros de una saga de artistas que dieron lustre a la comicidad hispanoamericana.
El último en partir, Manuel, a los 89 años. Germán popularizó al inimitable «Tin Tan», Ramón recordado por su personaje en el Chavo del 8.
Manuel “El Loco Valdés” falleció la madrugada de este viernes y la farándula mexicana se tiñó de luto.
El comediante formó parte de una familia artística muy importante en el país, que incluye a sus hermanos “Tintán”, “Don Ramón” y “El Ratón” y a sus hijos Cristian Castro y Marcos Valdés.
Fue un gran aficionado a los toros y cada vez que sus compromisos se lo permitían su figura era muy popular en los cosos mexicanos.
Los hermanos Valdés pusieron en alto en nombre su familia con grandes producciones de la “época del cine de oro”, las cuales aún permanecen en la memoria del público y por las que sus legados continúan vivos.
Los reconocidos comediantes aparecieron juntos en películas como Dos Fantasmas y una muchacha o El capitán mantarraya, entre otras más, donde sus actuaciones destacaron por su gran calidad y especialmente su sentido del humor.
No queda duda que la unión de los pilares de la Dinastía Valdés era evidente y así quedó demostrada en una fotografía que, tras la muerte de Manuel “El Loco Valdés” , fue recordada y viralizada en redes sociales.
En la imagen aparecen Ramón, Germán, Manuel y Antonio Valdés.
En la imagen aparecen los hermanos Valdés, quienes por años alegraron con su sentido del humor a toda una nación.
Así podemos ver a Ramón Antonio Esteban Gómez de Valdés y Castillo, mejor conocido como “Don Ramón” por su papel en El Chavo del 8; Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés y Castillo, también llamado “Tintán”; Fernando Manuel Alfonso Gómez de Valdés y Castillo, llamado “Loco”, y Antonio Gómez de Valdés y Castillo, apodado “El Ratón”.
Aunque no existe mayor explicación sobre la imagen, sí se nota la complicidad que manejaron por años los cuatro hermanos de la familia Valdés que consiguieron fama internacional.
De estos famosos humoristas sólo sobrevive Antonio Valdés, con 90 años.
También tuvieron otros cinco hermanos que no quisieron incursionar en la farándula.
El mayor de la familia es Ramón Valdés, también conocido por su papel de “Don Ramón”, quien nació el 2 de septiembre de 1923.
Germán Valdés, “Tin tan”, llegó a este mundo el 19 de septiembre de 1915.
Manuel “El Loco Valdés”nació después, el 29 de enero de 1931.
Antonio “El Ratón” Valdés lo hizo en 1930.
El actor y comediante, Manuel “El Loco Valdés”, murió este viernes después de una dura batalla contra el cáncer que lo aquejó por varios años.Manuel “El Loco Valdés” murió este viernes después de una dura batalla contra el cáncer que lo aquejó por varios años. (Foto: EFE/Armando Mota/Archivo)
De acuerdo con los primeros reportes, el Primer Actor falleció a los 89 años y durante la madrugada de este viernes a las 03:40 horas, sin que se tengan más detalles.
En las últimas semanas se enfrentó al deterioro de su salud, especialmente a diversos problemas respiratorios que lo llevaron a hospitalizarse hace unas semanas.
Marcos Valdés confirmó la noticia para el periodista Javier Poza e indicó que el cuerpo de su padre será velado a partir de las 11:00 horas en una funeraria ubicada en Sullivan, en la Ciudad de México.
Es uno de los referentes de la comedia en México.
Participó en cerca de 70 películas, seis telenovelas, seis obras de teatro, algunos programas de televisión y proyectos de doblaje.
Siempre será recordado por su incursión en los programas El show del “Loco” Valdés o Variedades de mediodía y media noche, en teatro con El tenorio cómico; en la televisión en Entre el amor y el odio o Atrévete a soñar; y en el cine con Calabacitas tiernas, Club de señoritas, Lo que le pasó a Sansón, Viaje a la luna, Los tres mosqueteros y medio, El fantasma de la opereta, Dos tontos y un loco, Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos, Dos tipas de cuidado y La Leyenda de la Nahuala.
Con su fallecimiento, México pierde al tercero de los cuatro hermanos que fueron iconos representativos para muchas generaciones y son una reconocida estirpe en el entretenimiento.
Germán Valdés, conocido como “Tin Tan” (1915-1973) fue una de las grandes figuras del cine mexicano entre las décadas de 1940 y 1970, mientras que Ramón Valdés, conocido como “Don Ramón” en El Chavo del Ocho entre 1923-1988, y Antonio “El Ratón” Valdés constituyeron un antes y un después en la comedia mexicana.
Utilizamos cookies para mejorar tu experiencia en nuestro sitio web. Al seguir navegando, aceptas el uso de cookies. Más información en nuestra política de privacidad.
Más información