Partió con su emisora portátil, su amor por la familia y la tauromaquia. El padre de nuestro amigo Juan Guillermo Palacio.
«Les comparto que mi padre, el que me llevó a los toros cuando yo tenía cinco años, está en este momento con su mayor ídolo, con Dios.
Él me enseñó mi fiesta y por ella conocí a varios de ustedes. Estamos plenos por su vida y porque fuimos la mejor cuadrilla en su corrida más importante. Cada día ustedes son más importantes para mí.
El maestro abrió la puerta grande. Entró en la cuadrilla de su Maestro. Adiós mi eterno super héroe».
Partió con su emisora portátil, su amor por la familia y la tauromaquia.
La madre de nuestro querido compañero de viaje en esta aventura de la información taurina, director de fotografía y vídeo, Farley Betancourt, ha partido al encuentro con el altísimo tras dejar un amoroso paso por la tierra.
La tristeza invade este portal.
Doña Ligia Henao de Betancourt miró la vida esperanzada.
Llenó de amor y ternura su hogar en una casa donde el trabajo, la disciplina y la pasión por Colombia son las señas de identidad.
Siempre abrigamos la esperanza de que esos seres de luz nos acompañen «toda la vida» pero las fatigas del cuerpo van minando no el alma pero sí el motor que nos permite estar en este mundo.
La muerte es la única certeza; no sabemos cuándo ni cómo pero ese tránsito es riguroso y debemos admitir humildemente su «presencia» mientras peregrinamos aquí esperando la llegada de la gloria eterna cuando seamos apenas polvo y cenizas.
Doña Ligia, modélica dama, jamás se quejó de las fatigas de esta nación, de las lógicas perturbaciones en este camino terrenal y procuró con su ejemplo que los suyos disfrutaran de un pasar digno, que fueran personas justas y educadas en su quehacer cotidiano que se constituye en don preciado.
La mañana de este domingo la despidieron en Bogotá en la funeraria «La Candelaria» de El Chicó.
Las exequias a las dos de la tarde en la iglesia Santa María Goretti, en La Castellana y el sepelio en Jardínes del Recuerdo, en la Autopista Norte con calle 205.
Farley sabe que escribir estas líneas es doloroso para quienes gozamos de su talante y de su amistad pues conocemos la profunda tristeza que lo invade.
A él, a sus hermanos Aleida, Jairo, Doris, Jorge; al padre, don Heliodoro, las condolencias y el ruego al creador que les dé paz y serenidad en estas horas.
El ejemplo que deja en ese hogar doña Ligia que sea el consuelo para seguir en este tránsito efímero en la tierra.
Doña Ligia no morirá mientras haya un ser que la recuerde. “Dios nos dio memoria para nunca olvidar a quien amamos”, reza un proverbio árabe.
En Jardines del Recuerdo oficio de difuntos y cremación de Luis Galindo. La misa de difuntos por el eterno descanso de don Luis Galindo, será hoy a la 1 y 30 de la tarde, en la capilla de Jardines del recuerdo en la autopista norte con 207. Luego el acto de cremación.
A la derecha, con su infaltable sombrero » el gran Guerrita «, don Luis Galindo. A su lado el torero Leonidas Manrique
Luis Galindo, que ha partido esta mañana de sábado tras soportar con dignidad los males del cuerpo pues tuvo una alma generosa, amó el toreo e hizo honor a su condición de padre, abuelo.
Recuerde el alma dormida, / avive el seso y despierte / contemplando, / cómo se pasa la vida / como se viene la muerte / tan callando. Coplas I, Jorge Manrique
Esta copla del poeta castellano Jorge Manrique es apenas un pequeño pero sentido homenaje a un amigo «de toda la vida».
Desde que nos saludamos la primera vez nació una amistad que se rompe ahora con su partida, que no por previsible dado el agravamiento de su condición de salud me deja una honda herida.
Pues en estos tiempos revueltos nos hará falta su consejo, su oportuna admonición, su alegría, su sentido del temple en la vida.
Porque aunque quienes no aman este ceremonial y no lo entiendan o no quieren entenderlo, el toreo que es temple nos da ese valor agregado en la vida cotidiana de la templanza para enfrentar los bruscos tiempos de tempestades de esta sociedad.
Su conocimiento de los entresijos de nuestra fiesta y su indeclinable esperanza de que más allá de las torpezas de los promotores de su fin, este ritual en sus variadas formas prevalecerá porque está íntimamente ligado al pueblo, a la cultura y esas raíces envejecerán pero no fenecerán.
Viajó Luis a España, estuvo con varios toreros acompañándolos como su consejero y en Colombia la figura de Nelsón Segura está unida a don Luis Galindo.
Este tipo de seres como «Guerrita» (él me llamaba muy temprano en las mañanas con ese apelativo y yo igual).
Comentábamos las noticias con las que amanecía este país maravilloso rodeado de tantos precipicios sociales y económicos, el devenir de la fiesta, sus quejumbres y esperanzas.
Nos alegraba saber de los triunfos de los nuestros y gozábamos con la aparición de un novillerete en el campo, o aquel torerillo «de finas maneras» que apuntaba cierto aire de figurita.
Los taurinos tenemos eso: siempre estamos del lado de lo bueno que vendrá, de las semillas que se plantan, de las flores que surjen de tiempo como el caso insólito de Rincón, el hijo de Gonzalo que una tarde de mayo de 1991 se encumbró a los altares del toreo.
Luis era un taurino forjado en lo clásico, vestía impecablemente, nunca le faltó su gorra, o su boina (tráigame una 58 pero de las que venden la plaza Mayor de Madrid, me advertía), y un día me pidió que le trajera un sombrero a estilo vienes pues Luis gustaba de portar prendas elegantes.
«El toreo me ha enseñado ese gusto porque me tocó ver a Antonio Ordoñez, a los Bienvenida, al maestro Luis Miguel, a nuestro referente del toreo en el siglo XX, Pepe Cáceres y ellos eran modelo del bien hacer en la calle o en el ruedo»,
me decía Don Luis.
Y le echaré de menos en los tentaderos, en Mondoñedo, en Vista Hermosa, en una Umbria donde gozábamos a mares viendo las embestidas de las vacas.
Nos tocó el placer de ver en un tentadero en casa de los Sanz de Santamaría a José Tomas y quedamos extasiados por la calidad de torero campero que es el de Galapagar.
Nuestros viajes a Lenguazaque a UNE, a Choachi, a Duitama, a Puente Piedra, Sogamoso para degustar el toreo en la provincia , madre de las grandes ferias y de la formación de los toreros colombianos.
Nació en Boyacá pero su vida transcurrió en Bogotá donde edificó un dulce hogar donde no faltaron el cariño y el afecto.
Por cierto, era un gran cocinero y se le daban muy bien las paellas y el salmón a la naranja.
La mesa del cafecito de chapinero donde tantas veces compartimos las cuitas estará vacía, un amigo se ha ido y parte de ese árbol de la amistad está sacudido en este otoño de la vida por sus hojas que vuelan como él a quien le llegó el momento de partir con la misma nobleza de su existencia.
A su esposa, a sus hijos, nietos, a sus amigos, mi voz condolida.
Cuando llegue el día del último vïaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar.
Ha muerto en Palmira Bernardo Salcedo, el famoso «el médico» que fue torilero de la plaza de toros de Cañaveralejo. El cedió el testigo a su hijo en 1997 tras muchos años de ejercer tan significativa función.
Fue en 1981 cuando estuvo en peligro pues el toro de Ernesto Gutierrez «Piel Canela», se devolvió y entró al toril donde se encontraba el incansable Bernardo.
Dos cornadas de las que se recuperó.
Se van yendo personajes esenciales de una fiesta que es eso, pero también tristeza por la pérdida de saberes, consejos, y una bella historia de vida.
Y eso es lo que nos quieren arrebatar personajillos como el alcalde de Cali.
Pero no lo vamos a permitir hasta donde sea posible… Y en la legalidad, claro.
Le decían el médico, me cuenta mi amigo Rivera, otro sensacional servidor de la plaza, porque cuando estudiaba llevaba a los paseos un botiquín para «lo que se ofrezca» . Y alguien dijo: «ve, llegó el médico» y así se quedó
Antonio Carrasco fulminado por un infarto mientras dormía. La muerte que para un taurino es parte de la vida, que la asumimos con la cruda realidad que ella es desde que nacemos, representa para nosotros una verdad, y de las pocas certezas que tenemos.
La expresión «Que se ha marchao» es de su esposa a la llamada de un amigo que le solicitaba. El hombre preguntó ¿a dónde a esta hora?. Que ha muerto. El interlocutor prorrumpió en llanto, incrédulo.
Antonio Carrasco acababa de participar en «La media verónica» programa en audio y vídeo dedicado al mundo de los toros con Rodrigo Gonzalez, Néstor Giraldo, Oscar Torres, director, Rodrigo Navia y quien esto escribe.
Habíamos gozado en el programa por los temas, por el ambiente que se crea cada sábado con los colegas y, claro, Antonio Carrasco como decano del grupo.
Bueno, hasta el sábado señores que aquí ya son mas de la 1 de la madrugada, dijo.
Se fue a la cama y el corazón dejó de latir una hora después y murió en su lecho.
Vida efímera, lo sabemos pero queda un ejemplo, la grandeza de un carácter, la afabilidad y la enorme tristeza me nubla para seguir escribiendo sobre un amigo de esos que uno sabe que «son para toda la vida», hasta que la señora muerte arriba intempestivamente.
El de este sábado nos resultó bordado el programa pues hablamos de la corrida magallanica, de los novilleros que están surgiendo con fuerza, de las figuras, de los estragos del Covid19 para la fiesta, de su futuro.
Contó anécdotas de El Cordobés y de su pavor a las inyecciones, de P. P Luis Vargas y sus peripecias para torear en Sevilla y sus temores de que LAS VENTAS no se abra este año por la imposibilidad de dar festejos en una plaza con reducido aforo.
Antonio Carrasco, hombre sabedor de los temas taurinos, colaborador de radio Nacional, Intereconomía y otros medios, expresó su complacencia por estar en el programa radiofónico desde Cali:
«Me siento muy a gusto con vosotros, hemos echado un buen ratito taurino».
Nacido en Horcajo de Santiago, en la provincia de Cuenca, Antonio Carrasco llevaba ejerciendo el periodismo desde finales de los años 70.
Colaboró durante más de 20 años en el programa radiofónico España Taurinaque dirigía el célebre Curro Fetén, también fallecido de un infarto durante la feria de Fallas del año 2000.
Hasta hace dos años, Antonio Carrasco alternó su puesto de funcionario en el Ministerio de Trabajo con sus colaboraciones en Radio Intercontinental y posteriormente en Clarín, de Radio Nacional de España, además de estampar su firma en varias crónicas para la Agencia Efe.
Sus últimos trabajos, siempre en secciones taurinas de radio, los realizó en Onda Cero, donde sustituyó a José Antonio Donaire a finales de la pasada década y dirigió unas populares tertulias taurinas durante la feria de San Isidro.
Antonio Carrasco fue un personaje muy apreciado por su bonhomía en los círculos taurinos de Madrid durante los años 80 y 90.
En torno siempre a la muy castiza plaza de Santa Ana, clásico lugar de reunión y mentidero de toreros, banderilleros, ganaderos, apoderados y demás personajes del mundillo.
Que la tierra le sea leve… Nos hará mucho falta Don Antonio Carrasco.
Murió Julio César Cáceres, otro torero de la vieja guardia, de esa generación que entregó todo en las plazas con una enorme vocación y sentimiento y que cedió el testigo a nuevos valores en una tauromaquia americana como la colombiana que ha honrado el mestizaje en el toreo universal.
Mi amigo y colega del torero fallecido, German urueña:
«Que desagradable noticia se nos adelantó en el paseíllo mi gran amigo mi hermano del alma Julio Cesar Cáceres innumerables vivencias juntos. Dios lo reciba en su santo reino a este gran ser humano y grandioso torero. Cuando un amigo se va algo se muere en el alma, hasta pronto gran amigo, mi sentido pésame a la familia».
El presidente de la UNDETOC, Hernán Ruiz:
Con profunda tristeza informamos que el torero Julio Cesar Cocaro Cáceres, falleció debido a una complicación cerebro vascular.
Hoy le decimos adiós a un gran señor dentro y fuera de los ruedos, un hombre humilde y buen amigo, siempre será recordado por el mundo taurino. Esperamos que Dios le conceda mucha fuerza a todos sus familiares y amigos y que lo acoja bajo su reino. ¡DESCANSA EN PAZ TORERO!.
Myriam Moreno Dale Señor el descanso eterno y brille para el la luz perpetua.Fortaleza a su familia.
Juan Rozo Mi más sentido pésame a su familia excelente señor gran torero y mejor ser humano paz en su tumba.
Yuli la Cordobesa Dios lo tenga su santa gloria mucha fortaleza para toda la familia maestro Julio cesar.
Carlos Parra Parrita MI MAS SENTIDAS CONDOLENCIAS A SUS FAMILIARES Y AMIGOS DIOS LO TENGA EN EL REINO DE LOS CIELOS SIEMPRE SERÁS RECORDADO COMO UN GRAN SEÑOR Y COMO TORERO D.E.P.
Ha vivido plenamente 90 años y se ha ido con la misma sencillez con la que transitó por el mundo del balón el médico Gabriel Ochoa Uribe, sin duda el técnico más ganador del fútbol colombiano.
El técnico antioqueño vivía en la ciudad de Cali desde su retiro en la década del 90. Su último equipo fue el América, de 1988 a 1991. Ochoa Uribe también dirigió a Millonarios, Independiente Santa Fe y a la Selección de mayores.
La Federación Colombiana de Fútbol, Millonarios, Santa Fe, América, entre otros clubes y personalidades del fútbol, enviaron mensajes a través de las redes sociales lamentando el fallecimiento del técnico y recordando su legado.
Francisco Maturana conocía la efectiva labor como director técnico de un hombre que por ese entonces ya había dirigido a cinco equipos campeones de primera división: cuatro de Millonarios y uno de Santa Fe.
Además sabía que ese riguroso entrenador también era un profesional excelente de la medicina y podía ayudarle. Por eso, en el enero siguiente a su llamado a la selección, llegó a Bogotá y buscó a Gabriel Ochoa Uribe en su consultorio.
“Luego de realizarme varias pruebas, me dijo: ‘Lo que tienes es una hernia inguinal. Olvídate de la selección’», manifestó Maturana en el libro Gabriel Ochoa Uribe: el técnico más grande de todos los tiempos, de César Polanía, Jorge Enrique Rojas y Hugo Mario Cárdenas.
Y así, el joven Francisco entendió que el dolor que no lo dejaba en paz se originaba, en parte, porque durante mucho tiempo estaba tratándose una lesión diferente a la que poseía.
WILLINGTON ORTIZ
Willington, en diálogo con Futbolred, señaló que Gabriel Ochoa Uribe “era un sabio, un genio. Una persona que sabía dónde le podía sacar provecho al jugador, lo preparaba físicamente bien para ponerlo a competir igual o mejor que los rivales, le mostraba cuál era la fortaleza y la debilidad de los jugadores que uno iba a enfrentar, el hacía todo. Era un genio”.
Sobre lo que el médico le potenció en el ‘Ballet Azul, afirma “cuando yo llegué a Millonarios jugaba de número 10, no jugaba por los costados. Allí estaba Alejandro Brand, que había salido en el 69 y era un excelente jugador.
Llegué yo con posibilidades de pelear una posición con Brand y él vio que teníamos que jugar los dos, pero analizando quién tenía que estar por un costado, un dúo de buenos jugadores, que le dieron buenos resultados, y a la postre quedó campeón”.
En Bogotá sepultan a mamá Cecilia. Fue una matrona sin par. Tres hijas, un hijo torero de campanillas, un nieto novillero y un esposo amantisimo que hicieron de hogar tan torero un paraíso.
En junio se marchó Over, «El Indio Veloz», de las mejores épocas del toreo cómico y hace unas horas partió mamá Cecilia vencida por una artera enfermedad que jamás la amilanó.
Son tiempos tristes para la tauromaquia colombiana pues esta mujer valiente se hizo cargo del hogar para levantar a la prole mientras el padre encantaba con sus acrobacias en los ruedos de las plaza americanas.
Esta dama fue el epicentro de acogida para mozos de espada, novilleros, matadores y aficionados que acudían a ella solícitamente; jamás hubo un «no» por respuesta.
Y como me decía Manolito Castañeda «se ha ido mi segunda madre» que lo fue para muchos miembros de nuestra familia taurina en momentos de afugias y no solo económicas pues ella era consejera matrimonial, de noviazgos, de comidas, de vestuario. ¡¡¡Lo que haga falta!!!
Las palabras se deshacen en las manos cuando una persona de las calidades de mamá Cecilia se marchan.
El ejemplo está ahí pero nos hará falta su consejo, su optimismo, su alegría. En ese hogar la palabra «no», inexistente y ¿»problema»? Ninguno.
«A ver, mijo, le sirvo su tintico», me recibía no mas traspasar la puerta del enorme salón de la casa. Y ya usted estaba en «su» casa con la seguridad del afecto y el cariño.
Las tres «muchachas», Gitanillo de América y el nieto Santiago saben que ese vuelo que ha emprendido nos ha dejado una profunda herida, esa de las soledades que son las que mas hondo se sienten.
Santiago ha dejado unas bellas palabras que resumen lo que todos sentimos:
«Gracias por enseñarme a soñar, soy lo que soy gracias a ti mi abue, gracias por amarme de la manera en que solo tú sabías hacerlo, gracias a Dios por haberme dado el privilegio de crecer junto a ti mi abue, te amaré y te recordaré siempre. Gracias por tanto mi abue. Nuestro sueño pronto se cumplirá, te lo prometo. Te amo».
Carlos Diaz «El Soberano», novillero que enriqueció nuestra provincia. Partió.
Lamentamos su deceso y evocamos esos días de sueños, de apuros, de alegrías, de orejas, de ovaciones, de olés, de plazas fijas o de madera que hoy son y mañana no, pero queda ese aroma del toreo.
Carlos Diaz «El Soberano», nació en Cúcuta pero su carrera la hizo en el centro del país.
Me da mucha pena por los suyos a quienes envío mis sentidas condolencias.
Gracias a Myriam Moreno por permitirnos utilizar esa expresión de pesar en la foto que acompaña esta breve nota pero honda de sentimiento.
Descanse en paz, amigo Carlos.
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