El jurista habló con la periodista mexicana Lu LLanos aprovechando un facebook live
El prohibicionismo trasciende el tema de los toros.
No me imagino una feria de Manizales sin toros. Hay que rodear a la ciudad , a su empresa, Cormanizales y cómo responden sus gentes. Feria sin toros no es feria. NO nos podemos quedar sin toros.
Hay que dejarse oír en el Congreso, buscando las bancadas que nos apoyan, que nos escuchen.
Es preciso darle la batalla a ese toro incierto que es la prohibición.
Nosotros somos una minoría. La sentencia de la Corte Constitucional lo dice claramente en su pronunciamiento.
«Segundas partes nunca fueron buenas » , dijo al reiterar que no volverá a ser empresa en La Santamaría. Lo que me importa es que no me cierren la posibilidad de comprar mi boleta y de ir libremente a los toros y ver la corrida desde el tendido.
Se pronunció por defender la fiesta a nivel mundial, valernos de estos medios digitales que son tan democráticos. Y Hay que pasar de la indignación , del lamento, al sueño, a la esperanza.
Debemos buscar la solidaridad no solo la de los taurinos. Nuestra minoría es mayor que la de quienes nos quieren prohibir. Apelar al sentimiento de la solidaridad y que los indiferentes entiendan nuestra lucha.
No queremos el éxodo taurino y ver corridas en el exterior, las queremos ver en Colombia, en nuestras plazas.
Y no vaciló en indicar que tenemos que sentarnos con, nuestros querellantes y tratar demostrarles nuestras fortalezas.
La Comisión Primera del Senado aceptó la audiencia pública para debatir el proyecto que busca prohibir las corridas de toros en Colombia.
Será en la próxima sesión ordinaria de esa comisión.
El representante Losada que sufre quebrantos de salud por problemas vasculares dice que se convocó esta audiencia aprovechando que él está incapacitado físicamente para asistir. No es verdad pues la convocatoria del presidente de la comisión es un acto legítimo que está en el reglamento del Congreso y los ciudadanos pueden pedir esa audiencia . Se aceptó y se hará y nada tiene que ver con la condición de salud del opositor y prohibicionista , señor Losada.
El proyecto pasó dos debates en la Cámara.
Ahora permitirán en el Senado escuchar a los taurinos, sus razones, sus necesidades, sus aportes a la economía del país. Será el escenario perfecto para mostrar nuestros ideales, nuestra raíces, nuestra cultura, y hacer énfasis en la libertad como bien supremo para impedir que se prohíban las corridas.
Si bien es verdad que la Cámara votó a favor de la prohibición de las corridas de toros en Colombia, no es menos cierto que restan dos debates en Senado donde esperamos dar la batalla legal para buscar revertir la situación que sabemos por desconocimiento, falta de información de parte nuestra o simplemente por creencias mal fundadas de inexistentes maltratos y considerar este ceremonial como bárbaro.
Tenemos argumentos. Sin duda y lo primero será un gran foro en la sede el Congreso ( después de la primera vuelta presidencial )para exponer el entorno económico, social, de impuestos, de regulaciones al interior de la fiesta, de sus valores estético, éticos y culturales, de sus raíces profundas.
Y hablarán quienes mas sienten este mágico encuentro del toro bravo y del torero ( a ), los profesionales que se juegan la vida, los ganaderos, los empresarios, los aficionados.
Estamos seguros de que los honorables parlamentarios nos escucharán, tomarán las decisiones que tengan que adoptar pero de nuestra parte que sepan que este defendemos este rito antiguo en el que el hombre o la mujer no esconden la muerte, que respetamos al toro , que esa batalla en el escenario del teatro trágico de la vida y de la muerte puede vencer también el toro y el hombre entregar su existencia. Lo expresó con rotundidad el filósofo Fernando Savater : » La fiesta brava puede ser cruda pero no cruel «.Es el único ceremonial donde existe el indulto y una vez sus despojos abandonan el ruedo, se integran al circuito cárnico. En el matadero no hay posibilidad ninguna de grandeza, en la tauromaquia sí.
Nuestros ganaderos de bravo son los más grandes animalistas y eso se lo haremos saber a nuestros legisladores.
Hace un par de días tuvo lugar la quinta edición del ciclo Letras en Sevilla, dedicada este año al debate «Toros sí, toros no: ¿cultura, tradición o barbarie?». A quienes no conocen el mundo de la tauromaquia suelen llegarles con mayor facilidad los argumentos que se esgrimen para prohibirla.
Llegarles en un doble sentido de la palabra. Por un lado, los medios ofrecen mayor visibilidad al fenómeno antitaurino. Por otro, los argumentos utilizados suelen apelar al juicio moral desde los sentimientos, estrategia que, por otro lado, no nos resulta novedosa en esta era del moralismo sentimental que nos ha tocado vivir.
Por todo esto Vozpópuli ha querido entrevistar a Chapu Apaolaza, uno de los grandes defensores de la lidia en nuestro país (recordemos que las corridas de toros son tradición también en Hispanoamérica, Portugal y parte de Francia). Apaolaza, además de ser portavoz de la Fundación Toro de Lidia, es toda una «institución» en Pamplona: cuesta imaginar vivir los sanfermines sin su participación en el encierro, sin encontrarlo recorriendo las calles de la ciudad o sin su presencia en televisión comentando todo aquello relacionado con la fiesta.
Nació el día del famoso chupinazo de San Fermín… Pero no en Pamplona, sino en San Sebastián. Tiene una larga carrera como conferenciante, escritor y periodista que combina –me pregunto de dónde saca el tiempo- con un gran amor a los caballos, a los perros, a la naturaleza y al deporte: equitación, surf y skate. Esposo devoto, enamorado no sólo de su mujer sino de sus tres hijos. Si algo nos deja claro es que sabe exprimir al máximo la vida y así lo transmite en persona. Sin más preámbulo, les dejo la conversación que tuvimos sobre la fiesta nacional.
Pregunta: Venga, Chapu, comencemos fuerte: explícanos los argumentos que sostienen los antitaurinos, sin deformarlos o ridiculizarlos.
Respuesta: El antitaurinismo es una manifestación del animalismo que pretende terminar con la tauromaquia en cuanto entiende dos cuestiones fundamentales. La primera se centra en el animal. Según su creencia, el toro y el resto de animales tienen derecho a la vida, la libertad, etcétera. Estos derechos contravienen su sacrificio en la plaza o el juego con toros en encierros y otras tauromaquias tradicionales en las que el toro “no ha decidido estar”. La segunda se centra en el espectador. El antitaurino no ataca sólo el hecho de que el animal se sacrifique, sino que además se ofende porque haya gente que asista a las corridas, pague por ello y de alguna manera albergue en la plaza sentimientos que consideran intolerables.
Esos son los dos argumentos centrales que vale la pena considerar. Además de esto, el movimiento antitaurino vierte una buena cantidad de estereotipos, como el del aficionado violento y sádico, propenso a la violencia en su entorno. Dibujan al espectador como anciano (por lo visto deben de considerarlo negativo), desposeído de sensibilidad por no mostrar empatía ante un espectáculo que consideran desagradable. También entienden que el aficionado es mayoritariamente de derechas (incluso de ultraderecha) y consideran esta razón como un argumento a favor de la prohibición. Se dan otras acrobacias argumentales basadas supuestamente en las estadísticas. En base a estas se deduce que los toros son minoritarios -y por ello deben prohibirse- o que están subvencionados artificialmente.
En Las Ventas lo mismo se encuentra uno votantes de Vox que de Podemos
P: Mucha tela que cortar. Empecemos por los estereotipos sobre el aficionado. ¿Qué le dirías al lector sobre el mundo del toro para que tenga una visión más cabal sobre éste?
R: Sobre el aficionado al toro le diría que no es nada en general. Si uno trata de categorizar a un colectivo siempre termina metiendo la pata. Estos intentos forzados por etiquetar sólo se dan alrededor del toro. Nadie se plantea cómo es la gente que escucha a Chopin o acude a las exposiciones de pintura. ¿Se atrevería alguien a decir que son gafapastas? Los toros siguen siendo una fiesta popular, y con esto sólo me refiero a que en ella están representados todos los miembros de la sociedad, de lo que es el pueblo.
En una plaza de toros coinciden en igualdad jerárquica el de derechas y el de izquierdas, el hombre y la mujer, el veinteañero ‘cayetano’ y la moza rural. El marqués, el policía, el cura, el sindicalista, el escritor, el jubilado y el niño de teta… Te diría que en Las Ventas lo mismo se encuentra uno votantes de Vox que de Podemos, aunque a los de Podemos se lo ponen cada vez más difícil. Votar a Podemos, me refiero.
Si lo ampliamos a la dimensión real de la fiesta de los toros e incluimos encierros y otras tauromaquias tradicionales, tirando por alto te diría que lo que tienen en común los que allí acuden es que son gente capaz de mirar la muerte de frente. Aunque probablemente estemos estereotipando de nuevo.
P: ¿No crees que esta falta de definición es un problema? No me refiero sólo a cómo es el aficionado y sus motivaciones, sino a lo que es la corrida de toros en sí misma.Desde la categorización de lo que es una cosa podemos hacer juicios morales. O determinar que no tiene mucho sentido hacer juicios morales sobre eso que se estudia.
No hay dilema moral alguno en permitir que haya gente aficionada al crochet pero sí lo podría haber sobre el espectáculo de gladiadores de la Roma antigua. ¿Crees que para enfrentar el debate sobre la lidia ayudaría si se considerara la tauromaquia un deporte, una tradición, una fiesta popular o una mera afición?
R: La tauromaquia está catalogada como un espectáculo público y una manifestación del patrimonio cultural con códigos reconocibles.
P: ¿Puedes contarnos qué criterios se usan para catalogarla como patrimonio cultural?
R: La cultura es el conjunto de manifestaciones a través de las que se expresa la vida tradicional de un pueblo. Ahí está la tauromaquia en su forma más amplia. Eso se destila en el caso, por ejemplo, de las corridas: una serie de actores ponen en pie un espectáculo que consumen los espectadores en torno a unas reglas, unos códigos tradicionales y una lectura de lo que allí sucede y lo que allí se expresa.
Es tan sencillo y tan complejo de explicar como la música o el teatro. Aquí se confunde mucho el debate sobre si los toros son o no cultura con la discusión sobre si son o no son arte, que es un tema continuo y antiguo en todas las disciplinas artísticas. Por ejemplo en pintura se ha discutido si un cuadro en blanco es arte, y aquí nos contemplan Hirst, Kandinski, Magritte…
La Unesco habla en la declaración de París la necesidad de proteger la diversidad cultural e incluye expresamente el conjunto de tradiciones, costumbres y creencias que respeten los Derechos Humanos. Es complejo catalogar y defender esto, como lo sería defender la vertiente cultural de Chopin o a Juan Mari Arzak. La equivocación consiste en catalogar las cosas, cuando son sólo los pueblos los que deciden qué es cultura.
P: Efectivamente, son los pueblos los que deciden. Esto nos lleva a la cuestión inicial, puesto que hay grupos de personas que buscan prohibir la tauromaquia y, si lo consiguen, dejarían de ser parte de nuestra cultura ¿Qué refutaciones ofreces al argumento de los animalistas que quieren acabar con las corridas de toros?
R: Es interesante la cuestión. Tenemos una parte de la sociedad que está en contra de un contenido de cultural que le parece moralmente cuestionable o que excede su sensibilidad y puede conseguir que se prohíba. Esto terminaría con el toro, pero con muchísimas otras cosas.
Resultaría revelador preguntar a la gente cuántas de las cosas que hacen tienen un grupo de gente que está moralmente en contra. La gastronomía, por ejemplo. El animalismo que está en contra de los toros encuentra los mismos argumentos para atacar la gastronomía que emplea productos animales. Hay quienes consideran inadmisibles las letras de algunas canciones o los desnudos de los cuadros que cuelgan en las paredes de los museos. El alcohol que bebemos, la ropa que vestimos, los versos, los bailes… Mayor todavía si ampliamos los márgenes del debate a escala global. Hay países y culturas que consideran que las mujeres no deberían realizar entrevistas, y aquí estamos tú y yo.
Claro que los pueblos cambian. El día en que España reconozca a los animales el derecho a la vida se acabarán los toros, pero también los 700 millones de animales que sacrificamos para consumir al año en España.
Lejos de constituir un signo de salvajismo, el juego con el toro es signo de sofisticación
P: Sobre el debate en torno a la tauromaquia me llama la atención que nadie ponga sobre la mesa la cuestión de si merece la pena mantener una tradición cultural en la que la persona que la ejerce pone su vida en peligro. ¿Qué respuesta das a esta objeción? ¿Y por qué crees que los anti taurinos no suelen plantearse esto?
R: Es una pregunta interesante porque pone de manifiesto varias cosas. En primer lugar, la objeción tradicional antitaurina ha girado siempre en torno a esta cuestión: desde hace siglos se consideró inmoral que un hombre se jugara la vida para entretener a otros. Ese es el principal argumento que utilizó la Iglesia Católica en contra de la fiesta de los toros.
P: ¿Qué ocurre después?
R: Más tarde este argumento desaparece conforme se implanta otro marco de pensamiento, y la sociedad empieza a preocuparse por la vida del animal e ignora la vida del ser humano. Aquí se manifiesta una empatía deforme: a los taurinos nos llaman sádicos por sacrificar un animal los mismos que están deseando que un toro le saque las tripas al torero, y se alegran profundamente cuando esto sucede. Estas son algunas de las consecuencias de la creencia animalista.
Por otra parte pone de manifiesto también como a la tauromaquia se le hacen objeciones y se le pasan filtros que otras actividades al parecer no necesitan. Muchísimos deportes y prácticas diversas encuentran su razón, o al menos un aliciente muy importante, en el peligro que suponen para el que las realiza. Un espectador asiste a una carrera de motos no sólo por la habilidad del piloto, sino por el riesgo que supone, el conductor se está jugando la vida. Prueba de esto que afirmo es que si corrieran a 120km/h no acudiría nadie a presenciarlo.
Muchas de las cosas que hacemos encuentran un anclaje en el riesgo que supone para nosotros y eso las hace divertidas. El ser humano es un animal tan evolucionado que ha superado el mayor instinto de todos, el de la supervivencia. Jugarse la vida porque sí, por el arte, por la mera diversión, por probarse a uno mismo o por sentirse vivo… Acercarse a la muerte voluntariamente para después escapar de ella constituye una de las muestras más evidentes del avance del desarrollo del ser humano.
Lejos de constituir un signo de salvajismo -como se acusa a las personas que participan en un encierro o en una corrida- el juego con el toro es un signo de sofisticación. Uno de los alicientes atractivos de la práctica de cualquier disciplina como el skate, – afición que compartimos- se basa en que te puedes caer y te puedes hacer daño. Ese juego es profundamente humano y diría que exclusivamente humano.
La nota es del colega Jesús Bayort en ABC y recoge el pensamiento de uno de los toreros enseña de la espiritualidad, Rafael de Paula.
Rafael de Paula, genio y figura, ha clausurado la segunda sesión del debate ‘Toros sí, toros no: ¿cultura, tradición o barbarie?‘, que se está celebrando estos días en la sede de la Fundación Cajasol. El maestro del barrio de Santiago de Jerez de la Frontera conversó con el periodista, escritor y poeta Antonio Lucas.
Rafael de Paula no defraudó en su primer envite: «El que ha puesto el título de este debate es un ignorante. Parece mentira que tengan que preguntar si el toro es cultura o barbarie. Es muy fuerte. Yo soy el primer partidario de que el toro bravo sea el gran protagonista de la corrida. Por delante del torero».
Molesto por la vinculación que algunos establecen entre lo bárbaro y el toreo, continuó: «Barbarie fue cuando Nerón incendió Roma para culpar a los cristianos.
Eso sí que fue una barbarie. O la Santa Inquisición, que no fue abolida hasta que Napoleón la prohibió. O el Holocausto». Y defendió el toreo como arte, «arte del toreo». «Y el arte –remató– es un divino misterio».
«He toreado mejor que Belmonte»
También ahondó sobre la situación actual del toreo, y más concretamente sobre su escalafón superior, reconociendo que «no voy a los toros, aunque alguna vez vaya a ver a Morante, porque él tiene condiciones y cualidades. Hoy hay mucha cantidad y muy poca calidad. Cuando Morante cuaja un toro la gente sale toreando por las calles y se acuerda». También quiso mencionar a Juan Belmonte, al que consideró su «dios profesional». «Pero yo he toreado mejor que Belmonte».
La tarde había arrancado con un debate, moderado por Pérez-Reverte, entre Antonio Lucas y Eduardo Galán, que aseguró que «etiquetar de asesinos a los que asisten a los toros es contraproducente y miserable». Lucas expresó que «ir a los toros es un ejercicio muy íntimo, como ir a misa, es una liturgia; lo único que me saca de ese contexto de estupidez y de los biempensantes, que son tan peligrosos, es sentarme en un buen sitio y ver la faena de un torero, que es donde está la pulsión atávica del hombre».
Los taurinos mexicanos unieron sus esfuerzos y marcharon por las calles para defender la tauromaquia como expresión y cultural y rechazar los ataques a la fiesta.
Bien se dice que la tauromaquia hay que enseñarla, sí pero es preciso mostrarnos, decirle a la sociedad que somos un colectivo que actúa dentro de la legalidad y que la libertad suprema como ciudadanos la ejercemos para que se nos garanticen nuestros derechos.
Es necesario que nos escuchen , que no nos ninguneen, que se acabe la monserga de que somos asesinos , de que la fiesta es una celebración de viejos » casposos». Al que no le guste la tauromaquia tiene pleno derecho a no ir pero a nosotros, sí y queremos hacerlo en una sociedad de iguales, en libertad.
Enhorabuena a los aficionados y profesionales en M´éxico: Ese es el camino: salir del armario, mostrarnos, pacíficamente.
Nunca como en estos tiempos revueltos a uno y otro lado del Atlántico, pandemia incluida, furiosamente se está atacando a la fiesta, si bien es verdad que no es novedad pues hace 10 siglos comenzó ese rabioso antitaurinismo revestido de falsa misericordia y razones ideológicas y políticas en tiempos de Alfonso X El Sabio , al que se han subido Papas, reyes, alcaldes, regidores, alcaldes, Congresos, ministros, presidentes y estos nuevos predicadores en favor del aborto pero contra la muerte digna de un toro en una plaza en épica batalla, mal que les pese a sus detractores.
Expresarnos desde la legalidad es la vía. Desde el derecho, desde el respeto no exento de fuerza, de vigor, de entereza. Somos cabales.
Porque como bien dice el dr. Felipe Negret, no se trata tan solo defender la corrida sino la LIBERTAD , bien supremo, de asistir a las corridas.
En Colombia desde aquella expresión de los valientes novilleros que se plantaron frente a la plaza de toros de Bogotá hasta conseguir que el autoritario alcalde Petro reabriera La Santamaría los taurinos estamos adormilados, anestesiados. No digo que salgamos a » la loca » a protestar pero sí unir esfuerzos para hacernos oír, somos un colectivo respetable, legal y no vale la discusión de si somos o no minoría porque somos ciudadanos y tenemos los mismos derechos que aquél, que aquella que no quiere la fiesta porque le parece horrorosa. No obligamos a nadie a ir a una corrida pero exigimos con mucho respeto pero con la frente alta LA LIBERTAD , bien preciado, de ir a la corrida en paz y no como hizo Petro con sus esbirros de golpearnos el día que volvimos a nuestro escenario natural en un acto, ese sí de salvajismo contra pacíficos ciudadanos que hacían cola para entrar al coso » «inventado » por don Ignacio hace 90 años.
En el Congreso español el partido de Unidas Podemos financiado por el execrable régimen de Maduro pide prohibir al bombero torero.
El alegato ? «que estos espectáculos atentan contra los derechos de las personas con discapacidad».
Digo, habrá que denunciar a Velázquez y sus meninas y sus borrachos y sus enanos que hacen parte e la historia del arte » por usar ( con perdón eso de usar ) enanos en sus cuadros maravillosos y que se encuentran en el museo del Prado.
LA REPLICA DE LOS COMICOS
Según los podemitas españoles este tipo de espectáculos son “degradantes” para las personas con displasias óseas que en ellos participan. En un escrito dirigido al Ministerio de Cultura y Deportes han argumentado, además, que este tipo de eventos atentan contra la dignidad y los derechos recogidos en la Convención Internacional de la Discapacidad.
La comedia es una parte importante de su espectáculo, en el que participan toreros, payasos y acróbatas. Las “payasadas” que efectúan en el ruedo, explica José Antonio, tienen un único objetivo: “hacer reír a la gente, no que se rían de nosotros”. Su compañero Miguel Ángel va más allá y advierte que “si ves una parodia de payasos y la gente no se ríe, no vale”.
Pero también cuenta con una parte “más seria”. En ella se torea a un becerro, de aproximadamente un año de edad, lo que entraña sus “riesgos” para una persona de la estatura de José Antonio o Miguel Ángel. “Para nosotros es un animal un poco grande”, argumenta José Antonio. Un riesgo para el que afirman estar “preparados”, puesto que “somos toreros profesionales”. “Soy un profesional”, insiste Miguel Ángel, quien presume de hacer “virguerías” con la vaquilla.
Ambos afirman estar haciendo lo que “nos gusta”. “Si me lo quitan”, se pregunta Miguel Ángel en referencia a la posibilidad de que se suspenda ‘Diversiones en el ruedo y sus enanitos toreros’, “¿qué hacemos?”. “No es fácil encontrar trabajo”, confiesa José Antonio, quien asegura que “donde quiera que vayamos a pedir un trabajo nos van a dejar el último, siempre”.
En México quieren cambiar la Ley y por eso los estamentos taurinos han reaccionado para manifestarse pacíficamente el 11 de diciembre a las 11 horas en la explanada del Palacio de Bellas Artes el D.F donde por cierto se velaron los restos del maestro Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ.
Me cuenta mi estimado Juan Antonio de Labra desde la república mexicana:
Tauromaquia Mexicana ha organizado una manifestación taurina, cuya finalidad será protestar en contra una nueva la Ley de Bienestar Animal que pretende hacer modificaciones a la legislación federal en torno al maltrato a los animales, en que las corridas de toros ya no serían una excepción, tal y como está contemplado en la legislación vigente. La intención de los distintos grupos taurinos y aficionados en general, es hacerse visibles y manifestar su inconformidad con este atropello a diversas garantías individuales contenidas en al Constitución Mexicana, como son el derecho al trabajo o el desarrollo de la libre personalidad.
En Bogotá,el Concejo con la firma de la señora alcaldesa que no se fija en el improcedente e irregular trámite y que rebasa los limites de la Ley, firma el Acuerdo que mutila corrida y deja sin empleo a decenas de familias que derivan su sustento de una actividad como la taurina que es legal poniendo por encima su visión del mundo ( jamás me atrevería a cuestionar su homosexualidad pues ese es SU derecho y tengo la obligación ética de respetar esa opción ) pero ella no respeta el mío , mi libertad de ir a la corrida en paz.
Cierro, por ahora con esta reflexión del profesor de filosofía de la Sorbona Francis Wolff:
Prohibir la fiesta de los toros, una de las creaciones más particulares de la cultura latina, y portadora a la vez de los valores humanos más universales (coraje, grandeza, vergüenza, lealtad, ritualidad, dominio de la animalidad dentro y fuera de sí mismo, creación de belleza a partir de un riesgo cierto de muerte), significaría sucumbir a un conformismo que tiene en el mejor de los casos la apariencia de la universalidad, porque se trata de una universalidad sin sabor, como McDonald’s o Coca-Cola. Tal prohibición significaría un nuevo revés a nuestra cultura latina. La corrida ha dejado de ser la Fiesta Nacional de España, y con eso ha ganado mucho. Ahora forma parte integral del patrimonio latino mundial, y es una de las fuentes de resistencia a la civilización anglosajona dominante y uniformadora.
Exigimos al Instituto de Recreación y Deportes del Distrito Capital que haga respetar un bien cultural edificado gracias a un acto quijotesco de don Ignacio Sanz de Santamaría hace mas de 90 años y que por esa ola gigantesca que fue la crisis de la bolsa de Nueva York de 1929 terminó por arrasar la economía latinoamericana incluida la colombiana y el empresario y ganadero tuvo que entregar el coso de la calle 26 al entonces municipio de Bogotá como garantía por las deudas que había contraído para cumplir sus sueños.
El individuo que aparece abriendo esta imagen se escuda en el anonimato del tapabocas, , se nota la sonrisa burlona e irónica ,está en el ruedo de la plaza, abre bien los ojos y en la tela la palabra inglesa stop ( no se necesita ser antitaurino para saber que es PARE y en negrilla un toro sobre fondo rojo ). El jovencito es un mal educado, un abusivo y un canalla a quien no le enseñaron a utilizar nuestro idioma , tan rico, tan diverso, tan expresivo sino que se vale a manera de Disney que sigue creyendo que los toros son animales de compañía un vocablo de la cultura inglesa para hacerse el gracioso, » el chic» y para estar a lo que llaman ahora la posmodernidad.
El y quien quiera puede oponerse a las corridas y protestar pacíficamente pero no en el interior de la plaza. Hay espacios para hacerlo y cuando él lo desee debatimos ideas sobre la pertinencia de nuestra fiesta.
Quién lo dejó entrar y al que le tomó la foto?.
Por qué la policía hace un par de meses expulsó a los torerillos que pacíficamente toreaban de salón sin molestar a nadie en ese mismo ruedo por órdenes superiores emanadas del Instituto que ahora se hace de la vista gorda con este malcriado miserable que se burla de un sector de la sociedad, los taurinos que podemos ser minoría pero tan respetable como otro que esté en el marco de la legalidad ?
No se aplican los mismos criterios señor subdirector de parques , usted que tiene bajo su responsabilidad la administración de nuestra plaza De Santamaría. Usted tiene que responder y he pedido a un grupo de abogados que entable la causa jurídica que sea menester para que NOS RESPONDA ,no a mi , a la sociedad a la que usted se debe, señor y no calle. Porque si calla estará compartiendo esa agresión que lo es en toda regla el acto agresivo del joven de la foto ( arriba ).
HAY USO Y COSTUMBRE del toreo de salón en el RUEDO DE LA PLAZA
Esta imagen es de doña Lucía Bosé, madre del cantante Miguel Bosé , entonces esposa de don Luis Miguel Dominguín y » hace de toro » al pequeño vestido de torero en el ruedo de la plaza De Santamaría.
Toreros como don Antonio Bienvenida, El Cordobés, César Rincón, Pepe Cáceres y miles de torerillos, novilleros y aficionados prácticos han hecho uso de ese espacio en mas de 90 años sin perturbar a nadie. Pacíficamente.
No se me ocurre asaltar un templo protestante para denigrar de Lutero y sus 95 tesis clavadas en el palacio de Witemberg en 1517, o a Calvino. No se me pasa por la mente ingresar a un culto católico para protestar por las afirmaciones de Jesús , jamás a una ceremonia islámica para cuestionar a Mahoma y al Corán su libro sagrado. O penetrar a una sinagoga para poner en solfa los textos que aparecen en el Talmud.
La plaza de Bogotá no es del Distrito ni de fulano, ni de mengano: es un bien cultural de todos los ciudadanos y por eso ha sido escenario no solo para las corridas de toros sino que ha permitido reunir a gentes de diversos lugares para conciertos de diversas expresiones, desde música clásica, rock, tradicional, folklore latinoamericano o bandas de pueblo, baloncesto, tenis, carnaval en el hielo, obras del Festival Iberoamericano de Teatro, boxeo, actos políticos de todos los partidos, religiosos ( de todos los credos ) se han dado cita en ese ejemplo de la arquitectura mudéjar , y naturalmente como expresión de la mas genuina libertad.
El IDRD tiene la palabra ante el irrespeto del jovenzuelo de marras. Basta ya!!!!
Un coloquio internacional de la sala Bienvenida de Las Ventas permitiò encontrar a exponente a uno y otro lado del Atlantico. Los nuestros, los de este lado como Zotoluco, torero y » Palillo», ganadero y empresario le recordaron en el dìa dela hispanidad a España que tambièn existimos y que merecemos ser incluidos en sus afanes.
No es de buen recibo que en Las Ventas en el dìa de la hispanidad se conforme un cartel y ningún americano. No existimos o casi.
Levantaron la voz El Zotoluco y Palillo para llamar la atenciòn de quienes tienen el poder de poner a nuestros toreros que somos parte y no unos extraños ,.
Nosotros, allà, en la Amèrica mestiza les damos la categorìa que desmerecemos en la otrora » madre patria «.
(En la imagen , Gitanillo, Gabriel Santos y Farley Betancourt en la plenaria del Congreso )
Detràs de ese hombre de risa fàcil , dicharachero, de abrazos apretados y efusivos saludos que pareciera todo lo que toca es broma, hay un hombre muy serio que con el natural derroche de simpatía que atesora la ha desplegado con inteligencia en el Congreso donde se hacen las leyes y lo taurino figura como uno de los temas de un sector de los legisladores. Unos para prohibir, otros para respetar nuestras tradiciones.
Hace unas horas ,en nombre de este portal que es de ustedes , tendido7, nuestro jefe de fotografía Farley Betancourt acompañò al torero en esas correrías por salones, pupitres, reuniones, debates , conferencias, hemiciclos y desplegaron una sòlida argumentaciòn en favor de las corridas de toros a quienes quisieron oírlos.
En el Congreso como bien se sabe cursan iniciativas que ponen en peligro la continuaciòn de la fiesta que hoy tiene sòlidas bases legales con la Ley 916 que impulsò el Dr Felipe Negret ,y por eso Over Gerlain, «Gitanillo» y Farley, fotògrafo emprendieron una tarea de paciencia en diàlogo con los congresistas y contaron a los legisladores el argumentario para que tengan elementos de juicio a la hora de votar : ¨Historia de la tauromaquia, autores, pintores, mùsicos, poetas, raìces profundas en las culturas amerindias, el engranaje econòmico de una corrida y lo que representa, por ejemplo, para una ciudad como Manizales los dìas de feria especialmente como inyecciòn en muchas actividades de la ciudad y mas en estos tiempos de crisis por la pandemia de los que , al parecer, estamos saliendo como de un tùnel.
Nuestro deber ( me refiero a este portal que , insisto, es de ustedes , por y para los lectores ) , mas allà de encuestas de si le gusta o no la tauromaquia ( es discutir si a usted le llega mas o menos, sì o no, la Novena Sinfonìa de Beethoven o el reguetón ; la mùsica ranchera o los bambucos; las novelas de terror o los cuentos de Cortázar ).
Nos sumamos a lo que hacen abogados estudiosos, talentos como el del Dr Negret o esa tarea invaluable de la UNDETOC y de muchísimos aficionados que siguen creyendo en que la tauromaquia tiene cabida y sentido en la sociedad.
Todas las culturas tienen su importancia, su razòn o sinrazòn de ser, su pertinencia, estàn entroncadas en pràcticas que vienen heredadas de nuestros abuelos y son vàlidas como los rituales chamánicos de los descendientes de las antiguas culturas precolombinas , o el cultivo del maiz, o el arte figurativo o la cocciòn a fuego de lento con paciencia y con leña de un buen guiso , o las pinturas de los maestro Botero y Diego Ramos.
Tanto Gitanillo que hace ese ejercicio de diàlogo, de mostrar la tauromaquia y sus valores a los legisladores y nuestro director de fotografía , don Farley, cumplen con la obligatoria tarea de ejercer el derecho defender la diversidad que es justamente lo que nos enriquece como naciòn.
Vaya si es pertinente el ejercicio de paciencia tomar contacto con los congresistas , explicarles puntualmente que una corrida no es una carniceria , que hay palabras en castellano como debate, diàlogo que bien utilizadas nos permitiràn con cifras en la mano mostrar còmo hay un torrente económico a partir de la fiesta en una ciudad ( tomo de ejemplo a Manizales ) .
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