LA COLUMNA
Podrán derribar las estatuas pero no la gloria y esa ya está en el activo del maestro Rincón
( Por Luis Guillermo Echeverry )
En un acto de barbarie, odio, resentimiento y profunda ignorancia, liderado por el atormentado narco libretista, quienes hoy le imponen a nuestra sociedad la violencia propia de la “narco-cultura” que ellos mismos han contribuido a crear, derribaron la estatua que representa la heroica gesta del Maestro Cesar Rincón en la plaza de toros de Duitama.
César Rincón nació torero y morirá torero. El maestro es un hombre y un ser humano virtuoso que jamás le ha hecho mal a nadie y sólo le ha agregado alegrías, emociones, cultura y gloria al nombre de Colombia por todo el mundo, como lo hicieron Botero, García Márquez, Cochise y todos los demás profesionales de talla mundial que ha parido nuestra tierra.
César viene del origen más humilde y necesitado de la más profunda Bogotá. Es el producto del sacrificio y el trabajo de toda una familia. Pasó una infancia llena de angustias y necesidades, perdió a su madre y su hermana en el incendio de la casa humilde donde vivían. Su padre se ganó la vida como fotógrafo taurino; y en medio de todas esas dificultades de niño, soñó con la gloria de ser torero y triunfar.
Recuerdo que empezamos al tiempo en la profesión. Lo conozco, lo admiro, lo estimo y respeto. Se merece todo lo que se ha ganado a pulso, lo que se le ha reconocido, y mucho más. Con sacrificio hizo una carrera de novillero y matador de toros sufrida con las limitaciones que el toro impone, pero él siempre llevó por dentro una profunda determinación de vencer la adversidad y alcanzar la gloria, que desborda todo lo imaginable.
Y fue a cuenta de esfuerzo y superación, que la vida y el toro le dieron una oportunidad ante la cual no dudó, porfió y brotó de su alma un rio de oficio y torería al que los tiempos de su destino premiaron, encendiendo un chispazo de artería en el centro del coso de Madrid, que lo llevó a colocarse en el lugar prohibido a los humanos, donde sólo se paran los grandes.
Siendo extranjero hizo algo tan inconmensurable como convertirse en la figura de Madrid. Allí donde a muy pocos se les contagia ese duende torero que vive escondido en su arena, César iluminado, se llenó de torería, superó todo lo acontecido en su vida y se transformó en uno de los pocos toreros de época que de verdad mandaron en Las Ventas, en los toros y en la tauromaquia.
Y es que, en toda la historia del toreo, la hazaña de Cesar Rincón es única: tras cuatro lidias a cuatro bravos y nobles toros, salió cuatro veces por la puerta grande de la exigente capital del toreo, en un mismo año. Algo que ni los más grandes de todos los tiempos lograron conquistar. Una hazaña reservada sólo para él por dos velitas que están en el cielo.
Hay seres que llegan al mundo para conquistar la gloria y marcar un camino con grandeza, que vivirá eternamente entre los recuerdos más sentidos de los demás. Son los pocos valientes que vencen por mérito propio, sin engaño ni mentira, como el Maestro Rincón.
Desgraciadamente en la vida también existen seres, infelices y miserables llenos de envidia que sólo pueden hacerse notorios engañando y haciendo el mal a los demás. Seres mezquinos que jamás comprenderán toda la infinidad de cultura que emana de la tauromaquia y de esa liturgia de la representación más vivida de la vida y de la muerte a la que estamos abocados todos. Seres ajenos a la dimensión artística del toreo, pues nunca estará al alcance de su ignorancia, debido a su infinito resentimiento y a la violencia que representa su cobardía.
A un torero podrán quitarle la vida o una estatua, pero jamás podrán quitarle la gloria.
( Replica del articulo de Boyacá7 días )
En medio de la avalancha de críticas que se le vino encima al alcalde de Duitama José Luis Bohórquez, por haber tumbado la escultura de César Rincón, llamó la atención la del respetado médico fisiatra, Fredy Alberto Avella quien en Duitama ha atendido a deportistas de alto rendimiento como el mismo Nairo Quintana.
El galeno aprovechó para relacionar lo hecho ayer por el gobierno municipal, con el reciente episodio en el que en un acto de vandalismo un hombre al parecer con trastornos mentales demolió el monumento al escritor Fernando Soto Aparicio, en pleno centro de Duitama, a tan solo media cuadra de la Plaza de Los Libertadores: “Con ese acto no se expresa coherencia con los símbolos, porque se rasgan las vestiduras porque alguien dañó la estatua de Soto Aparicio en el centro, pero lo que están haciendo da un ejemplo mal sano con la historia”.
Y añade: Lo mejor hubiese sido el hacerla trasladar para otro sitio respetando que es un símbolo histórico válido en nuestra cultura. Desafortunada imagen que deja ver que tapan con los pies lo que quieren hacer con el cerebro. El respeto se debe tener con todo el mundo.
“Esta imagen es una verdadera vergüenza, el show promovido por la alcaldía no representa el derecho a la memoria a la historia a la que tienen derecho todas las sociedades cultas, es un ejemplo desafortunado del irrespeto con los símbolos históricos y un irrespeto con el autor de una obra de arte”, escribió el fisiatra.
Y finalizó su reclamo Fredy Avella: “Los que hicieron ese atentado al arte pensaron con los pies el cerebral proyecto que proponen. Lo correcto era mencionar que el monumento cultural sería reubicado o donado, etc, sin necesidad de acudir a la vista violenta que muestran en redes. Desafortunado ejemplo hacia la comunidad teniendo en cuenta que hay presencia de menores de edad en el show”.
Sin palabras ante el enérgico reclamo, que no fue el único de personalidades que muy pocas veces opinan. Ahora sí como dijo el entonces Defensor Nacional del Pueblo, Carlos Camargo: “Salió mal. Eso salió mal”