Fotografias por Farley Betancourt H
El maestro Ponce se ha despedido a lo grande como es su figura histórica en una plaza enfervorizada que coreó su nombre tras el paseíllo y cuando abandonó en hombros el Coso de Manizales con una calle de honor de los monosabios que tapizaron de flores el ruedo a su paso en compañía de un enorme torero, Juan de Castilla.

Ponce, tras la lidia del segundo dio una clamorosa vuelta al ruedo con la corona de café y bañado en lagrimas de felicidad

NO PUEDE HABER DESPEDIDA MAS HONROSA CON UNA PLAZA QUE COREABA PONCE, PONCE, PONCE. PANCARTAS CON GRACIAS Y ESE INMENSO CARIÑO DE LA AFICION A ESTE FIGURÓN


Castella cargó con la cruz, sonaron los res avisos en su primero y en el segundo , un aviso.
Una de las características que distingue a Enrique Ponce es su estilo clásico y su exquisita técnica -.
Su primero sin transmisión, lo toreó con delicadeza, despacito. Lo que le faltaba lo puse él. Los dos toros que le correspondió lidiar no se lo pusieron fácil. Ese segundo no transmitía y, soltaba la cara. Era preciso meterlo en la muleta y por eso le dio una tanda de naturales.

Ponce mete la espada y caen los dos pañuelos.
Agradecido con Colombia por su cariño sostuvo que es preciso defender la tauromaquia y que plazas como la de Manizales pone en evidencia que sí hay afición.
«Ha sido una despedida increíble…No tengo palabras», puntualizó el maestro que en ese segundo fue levantado con la pala del pitón más de un metro, cayó a la arena, afortunadamente sin consecuencias. Se repuso de inmediato y volvió a la cara del toro.

Me voy muy contento de Manizales, reiteró.
Castella comenzó sus dos faenas con un toreo exquisito pero todo se fue difuminando. El puntillero levanta al toro y el palco le toca los tres avisos . En su segundo, un distraído toro no le permite a este formidable torero realizar faena y al final demoró unos 5 minutos en cuadrarlo para la suerte suprema pues se descolocaba o se distraía y el torero no podía meter la espada. Al final, aviso

Eso sí el cariño del público que en el primero lo obligó a saludar y fue despedido cuando se marchó con una sentida ovación.


JUAN DE CASTILLA
Podría haber cortado 4 orejas…Dos fueron suficientes en el sexto.
Salió en hombros con el maestro Ponce.
Deja un sello impresionante con una enorme capacidad para lidiar, para colocarse, para templar, para ligar esos muletazos » hasta allá», traerlo en la media luna y rematar con el forzado.
Terminó con una escalofriantes manoletinas de rodillas en su segundo aclamado por el respetable que justipreció la dimensión del torero con el que contamos hoy.
Cómo se despatarraba, qué firmeza de esas zapatillas atornilladas en la arena, esos desplantes, sinceros y medidos, esas cercanías, esos guiños con las trincherillas.
Qué estocada !!!!!!! Dos orejas
Torero habemus!!!!!
Y un cariño par José Arcila, Cristóbal Pardo y Luis Bolívar que nos representaron magníficamente en esta feria de los 70 años.
Y OTRO GRANDE QUE PUSO FIN A SU CARRERA COMO PICADOR, EL MAYORAL DE MONDOÑEDO CAYETANO ROMERO QUE DIO UNA VUELTA AL RUEDO EN MEDIO DE ACLAMACIONES PORTADO POR EMERSON PINEDA.


EL MAESTRO PONCE recibió una placa al inicio por parte del tendido joven de manizales