Corrida seria, astifina del Torero y uno de Montealto de sobrero que no dieron opciones a la terna y más que embestir, terminaban echando la cara arriba, se paraban, sacaban genio, escarbaban y nada que ver con la esplendidez y la gran tarde de el miércoles en la que El Juli brindó quizás la mejor faena de su vida.
El lote de Caballero el menos bronco y un milagro que haya vuelto tras esa cornada tan grave que sufrió en 2019 y que él mismo no sabía si podía volver a caminar y menos si podía volver a vestirse de luces. Y lo ha conseguido con base en tesón y voluntad. Y Madrid lo ha arropado.
Toro bajo Jaranero con 538 kilos, pitones astifinos para Ferrera. Primero de la tarde.
Dijo a Movistar: Personalmente contento. Escuché a los médicos cosas que no podía asimilar. Lo más bonito el cariño de la gente de cómo me ha empujado toda la tarde.
Tumbo al picador. El toro atraviesa el túnel entre el piso y los bajos del caballo de picar.
LAS MANOS POR DELANTE, SE FRENA, ESCARBA.
Al tercer muletazo a media altura por el derecho, el toro pierde las manos. Es una bravura que los profesionales llaman » mentirosa». Mejor expresado : Bravucón con genio .No termina de entregarse. El toro busca los adentros y la faena no coge el ritmo entre otras cosas porque Ferrera toma precauciones. !!Ay, esas puntas, esa cara, esos pitones !!!.
Entra con precauciones para la suerte suprema.
Segundo toro. Bosquimano, negro listón, meano, cinqueño 542 kilos
Daniel Luque . Comienza por el derecho pero el toro pega un derrote seco que no se puede evitar cuando se vacía la embestida.
En la distancia corta el toro protesta más. Pega unos hachazos secos pero la firmeza del de Gerena evita que se desluzcan los pases. No hay ese lucimiento estético pero sí es evidente la firmeza del torero que es respetado por la plaza.
Pincha.
Tercer toro para Gonzalo Caballero. Regresa tras el cornalón fuere de 2019
Vigilante . Negro listón, meano, bragao. 548 kilos. Impresionante el trapio. Pitones muy en el tipo del Conde de la Corte, veletos.
Doblones , rodilla en tierra y uno por abajo. En un instante se le cuela por el derecho. El toro transmite mucho pero el fondo para embestir lo ha dejado en la dehesa.. Naturales, el toro se quiere ir y el torero aprovecha la inercia.
Se perfila en la suerte contraria, el toro se le viene , él se precipita, y pincha y estocada corta.
Cuarto toro.
«Besugo», negro , meano , listón. 539 kilos . Un «tío». Hocico fino por delante… Y unos pitacos » de miedo»- .
Hubo leves esperanzas por sus hechuras pero luego se puso imposible. Ferrera abrevia. Lucimiento imposible.
Devuelven al quinto.
Sale «Virtuoso» de Montealto ( encaste Domecq ) con 547 kilos. Cinqueño, negro de capa.
Va a la muleta pero pega un tornillazo. Deslucido. Escarba. Muy informal. Ahora echa la cara arriba una vez más. De pitón a pitón, macheteo, y todo se acaba, Va por la espada. Pincha.
Dice Luque : Buenas tardes si se puede decir que buenas. Los triunfos son tan bonitos y cuestan pero es exigente. Hoy los toros no han tirado p»alante. Si lo cuido aquí no aguantan, luego escarban y nunca lo vi metido en la muleta, señala a Movistar.
Gonzalo Caballero cierra con «Mercenario » de la divisa original «El Torero». 562 kilos, negro.
Ay, Dios. El toro escarba y como decía don Ramón Ospina : buscando petróleo.
En la media distancia va a la muleta, él le pierde pasos, lo espera. Un ayudado por alto y la flamula a la mano izquierda. Opciones? pocas pero opciones al fin. Menos dificultades que sus hermanos y desde luego una serie coreada , la mas reunida.
Pinchazo.
RESUMEN
Antonio Ferrera , silencio en ambos
Daniel Luque, palmitas
Gonzalo Caballero palmas y ovación
Con el asombro en el cuerpo por la magistral tarde de El Juli, dos veteranos y un joven se las vieron con la ganadería de El Torero encaste Domecq.
Antonio Ferrera, Daniel Luque y Gonzalo Caballero conforman el cartel. Se lidian toros de El Torero y uno de Montealto, primer sobrero..
LA GANADERIA
ENCASTE
EL ENCASTE DOMECQ DÍEZ El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas.
Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez. Tanto sus compañeros ganaderos como analistas y toreros han declarado que creó un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura. Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados).
El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear. Dado que el legado de Juan Pedro Domecq y Díez terminó en 1975, algunos de los muy numeroso ganaderos que le compraron ganado han conseguido desarrollar un tipo de toro con características físicas y de comportamiento diferentes