¿Cómo afronta una tarde tan importante de inicio de temporada como Illescas?
Con la máxima ilusión, como siempre. Illescas será la segunda tarde de mi temporada española, que será muy especial porque es la del 25 aniversario de mi alternativa. Por tanto, todo en ella será especial para mí y pretendo que también para la afición porque me planteo este 2023 como un año en el que, más que nunca, la gente que va a la plaza viva conmigo cada tarde con la mayor intensidad y alegría. Así quiero que sea también en Illescas: un acontecimiento importante, una historia con relato propio. Más aún, cuando recuerdo cómo fue la corrida aquí el año pasado en la que corté cuatro orejas y dos rabos y pude confirmar esa sintonía que tengo con su afición y la buena química que me genera la plaza. Además, la apuesta que hace la empresa por presentar una feria tan redonda e importante desde el inicio ya de la temporada va mucho con mi forma de ver las cosas y de afrontar esta profesión y el compromiso máximo con el público.
¿Qué supone encontrarse de nuevo con Guillermo en una plaza de relevancia en España? ¿Será la primera de muchas esta temporada?
Ojalá lo sea, por mi parte no quedará como ya puse de manifiesto el año pasado donde coincidimos. Y si no hubo más ocasiones no fue porque yo me opusiera. Llevo años clamando muchas veces en el desierto por qué las corridas de rejones estén planteadas desde la competencia que de verdad motiva a la gente a ir a las plazas. No cabe duda de que una de las competencias más bonitas y atractivas que puede haber en este momento es con Guillermo. Me alegra que pueda ser en Illescas y tan pronto porque esto nos permite a todos encender la llama del interés del público desde el comienzo de la temporada.
Será, además, una primera toma de contacto antes de su vuelta a Madrid; en parte, muchos aficionados de la capital que desde hacía tiempo no lo veían podrán disfrutar de su toreo, eso entendemos que llena de moral, ¿no?
Es otro de los alicientes más que tiene para mí la tarde de Illescas, claro, aunque la verdad es que, cuando salga a la plaza, no pienso de dónde puede venir la gente o no. Simplemente, veo que las plazas se llenan, que el público va con una expectación grande y ésa es mi principal motivación. He dicho muchas veces que yo soy torero porque no hay sensación más plena para mí que sentir la felicidad de la gente ante una gran faena. Ése es mi alimento y en Illescas, por esa sintonía de la que hablaba antes, la conexión fluye y eso me gusta mucho.
Será una de las primeras citas dentro de los 25 años de alternativa de Diego, ¿qué sorpresas traerá al público este cuarto de siglo? ¿Algún reto que verá la afición toledana cumplido?
Por lo que significa, quiero que sea la temporada más importante y especial de mi vida. En efecto, estará plagada de retos y de propuestas siempre pensando en el público. Quiero poner más que nunca al rejoneo en el mapa del interés de los aficionados y de los medios de comunicación. Homenajear de dónde vengo, el camino recorrido y los maestros de los que he aprendido, y reivindicar cada tarde que el toreo a caballo tiene un tiempo nuevo como, por ejemplo, se puso de manifiesto en la corrida en solitario de Mérida del año pasado, donde, por lo vivido por la gente y por mí, sentí que había conseguido plasmar ese concepto de espectáculo total al que aspiro. Si todo sale bien, la cita de Illescas lo tiene todo para ser uno de los grandes acontecimientos de mi temporada.
Está llevando a cabo una batalla por hacer que el toreo siga siendo, especialmente en las grandes ferias, un espectáculo popular, social, adaptado a todos los bolsillos. E Illescas tiene entradas para todos, ¿cómo y por qué surgió esa reivindicación?
Surge de escuchar la voz de los aficionados, de hablar con ellos y tener en cuenta lo que me dicen. Y surge del propio sentido común. Si presumimos que el toreo es del pueblo, de la gente, tenemos todos la obligación de ponerle lo más fácil posible el acceso a él. Cuanto más fácil lo pongamos, más gente irá a la plaza. Y las circunstancias sociales y económicas que vivimos son las que son y no podemos ser ajenos a ellas. Ni olvidarnos del público, que es el pilar primero que sostiene la Fiesta. Por mi parte, y las empresas lo saben, siempre encontrarán colaboración para abaratar los precios de las entradas y propiciar así que la gente, sobre todo la más joven, pueda ir a la plaza. Y digo que sobre todo los jóvenes porque es obvio que es la que menos recursos tiene y la que cuenta con multitud de opciones de ocio a su mano. Si no vienen a los toros porque no pueden hacerlo, se irán a otros eventos y entonces les perdemos. Y éste es un lujo que no nos podemos permitir. Sería un craso error. Estoy convencido que, con lo atractivo que son los carteles y con esa variedad de precios, Illescas será un éxito de público porque se han puesto las bases para que así sea.
Supongo que el planteamiento de festejos como el de Illescas serán un espejo de esto por lo que está luchando, ¿no?
Claro, como decía antes. La importancia de que prime la competencia real, que es lo que nos mide y lo que nos exige a los toreros. La competencia entendida como la rivalidad entre nosotros, pero también en la asunción de retos que, por ejemplo, tenga que ver con anunciarnos con ganaderías y encastes de todo tipo, rompiendo los moldes y la rutina tan habitual, porque también eso nos exige y nos obliga a sacar de nosotros lo mejor. Como sabe la gente, llevo años haciéndolo y los resultados me confirman en mi convencimiento de que en el toreo a caballo, como en el de a pie, todo cabe, no todo está inventado ni visto ya, sino que el margen de hacer cada vez un espectáculo más redondo y completo es amplio.
Diego Ventura afronta en Illescas, el próximo 12 de marzo, un prólogo de temporada europea clave en una Feria de referencia y a las puertas de la capital. Será un explosivo inicio de campaña en un coso en el que paseó cuatro orejas y dos rabos la pasada temporada. MaxiToro ha conseguido reunir en una plaza de relevancia como la cubierta toledana a dos ejes del toreo a caballo actual, como son Diego y Guillermo Hermoso -se han visto las caras únicamente antes de la Feria del Milagro en Arlés (Francia) y en Arévalo (Ávila)-. Así se muestra Diego Ventura ante este compromiso.
¿Cómo afronta una tarde tan importante de inicio de temporada como Illescas?
Con la máxima ilusión, como siempre. Illescas será la segunda tarde de mi temporada española, que será muy especial porque es la del 25 aniversario de mi alternativa. Por tanto, todo en ella será especial para mí y pretendo que también para la afición porque me planteo este 2023 como un año en el que, más que nunca, la gente que va a la plaza viva conmigo cada tarde con la mayor intensidad y alegría. Así quiero que sea también en Illescas: un acontecimiento importante, una historia con relato propio. Más aún, cuando recuerdo cómo fue la corrida aquí el año pasado en la que corté cuatro orejas y dos rabos y pude confirmar esa sintonía que tengo con su afición y la buena química que me genera la plaza. Además, la apuesta que hace la empresa por presentar una feria tan redonda e importante desde el inicio ya de la temporada va mucho con mi forma de ver las cosas y de afrontar esta profesión y el compromiso máximo con el público.
¿Qué supone encontrarse de nuevo con Guillermo en una plaza de relevancia en España? ¿Será la primera de muchas esta temporada?
Ojalá lo sea, por mi parte no quedará como ya puse de manifiesto el año pasado donde coincidimos. Y si no hubo más ocasiones no fue porque yo me opusiera. Llevo años clamando muchas veces en el desierto por qué las corridas de rejones estén planteadas desde la competencia que de verdad motiva a la gente a ir a las plazas. No cabe duda de que una de las competencias más bonitas y atractivas que puede haber en este momento es con Guillermo. Me alegra que pueda ser en Illescas y tan pronto porque esto nos permite a todos encender la llama del interés del público desde el comienzo de la temporada.
Será, además, una primera toma de contacto antes de su vuelta a Madrid; en parte, muchos aficionados de la capital que desde hacía tiempo no lo veían podrán disfrutar de su toreo, eso entendemos que llena de moral, ¿no?
Es otro de los alicientes más que tiene para mí la tarde de Illescas, claro, aunque la verdad es que, cuando salga a la plaza, no pienso de dónde puede venir la gente o no. Simplemente, veo que las plazas se llenan, que el público va con una expectación grande y ésa es mi principal motivación. He dicho muchas veces que yo soy torero porque no hay sensación más plena para mí que sentir la felicidad de la gente ante una gran faena. Ése es mi alimento y en Illescas, por esa sintonía de la que hablaba antes, la conexión fluye y eso me gusta mucho.
Será una de las primeras citas dentro de los 25 años de alternativa de Diego, ¿qué sorpresas traerá al público este cuarto de siglo? ¿Algún reto que verá la afición toledana cumplido?
Por lo que significa, quiero que sea la temporada más importante y especial de mi vida. En efecto, estará plagada de retos y de propuestas siempre pensando en el público. Quiero poner más que nunca al rejoneo en el mapa del interés de los aficionados y de los medios de comunicación. Homenajear de dónde vengo, el camino recorrido y los maestros de los que he aprendido, y reivindicar cada tarde que el toreo a caballo tiene un tiempo nuevo como, por ejemplo, se puso de manifiesto en la corrida en solitario de Mérida del año pasado, donde, por lo vivido por la gente y por mí, sentí que había conseguido plasmar ese concepto de espectáculo total al que aspiro. Si todo sale bien, la cita de Illescas lo tiene todo para ser uno de los grandes acontecimientos de mi temporada.
Está llevando a cabo una batalla por hacer que el toreo siga siendo, especialmente en las grandes ferias, un espectáculo popular, social, adaptado a todos los bolsillos. E Illescas tiene entradas para todos, ¿cómo y por qué surgió esa reivindicación?
Surge de escuchar la voz de los aficionados, de hablar con ellos y tener en cuenta lo que me dicen. Y surge del propio sentido común. Si presumimos que el toreo es del pueblo, de la gente, tenemos todos la obligación de ponerle lo más fácil posible el acceso a él. Cuanto más fácil lo pongamos, más gente irá a la plaza. Y las circunstancias sociales y económicas que vivimos son las que son y no podemos ser ajenos a ellas. Ni olvidarnos del público, que es el pilar primero que sostiene la Fiesta. Por mi parte, y las empresas lo saben, siempre encontrarán colaboración para abaratar los precios de las entradas y propiciar así que la gente, sobre todo la más joven, pueda ir a la plaza. Y digo que sobre todo los jóvenes porque es obvio que es la que menos recursos tiene y la que cuenta con multitud de opciones de ocio a su mano. Si no vienen a los toros porque no pueden hacerlo, se irán a otros eventos y entonces les perdemos. Y éste es un lujo que no nos podemos permitir. Sería un craso error. Estoy convencido que, con lo atractivo que son los carteles y con esa variedad de precios, Illescas será un éxito de público porque se han puesto las bases para que así sea.
Supongo que el planteamiento de festejos como el de Illescas serán un espejo de esto por lo que está luchando, ¿no?
Claro, como decía antes. La importancia de que prime la competencia real, que es lo que nos mide y lo que nos exige a los toreros. La competencia entendida como la rivalidad entre nosotros, pero también en la asunción de retos que, por ejemplo, tenga que ver con anunciarnos con ganaderías y encastes de todo tipo, rompiendo los moldes y la rutina tan habitual, porque también eso nos exige y nos obliga a sacar de nosotros lo mejor. Como sabe la gente, llevo años haciéndolo y los resultados me confirman en mi convencimiento de que en el toreo a caballo, como en el de a pie, todo cabe, no todo está inventado ni visto ya, sino que el margen de hacer cada vez un espectáculo más redondo y completo es amplio.