El diario El colombiano ha narrado la tremenda desolación que nos causa ver el fútbol convertido en un escenario de violencia dentro y fuera de los estadios. Lo que debería ser un diálogo festivo de hinchas de uno y otro equipo se ha trocado en una violencia que las autoridades deben parar con medidas extraordinarias.
Que sepa en una plaza de toros a mas del borrachito que incordia a sus vecinos y protestas, siempre civilizadas no hay lugar a estas escenas dolorosas que narra el diario antioqueño.
Por cierto, por esas dolorosas consecuencias a nadie se le ha ocurrido pedir que acaben el fútbol. Sí que haya controles que ya están en vigentes en muchos países para frenar esa horda de violentos.
Soy hincha del fútbol y desde pequeño iba a gorriones en El Campin, ya mas joven, con amigos de Santafé, mi equipo nos sentábamos en las gradas con los de millonarios en fraternal convivencia. Si ganábamos no se nos ocurría ni por asomo ir a pegarles a nuestros ocasionales adversarios y salíamos coreando nuestras consignas sin ofender. No he vuelto. Esa réplica de las barras inglesas y de muchas ciudades argentinas en El Camp´.in me alejaron del estado y vivo del recuerdo de Bevilacqua, Panzuto , Perazo, Reznik, «El chiquito » Aponte, Silva, Gonzalez…!!Ufff!, qué tiempos.
Ojalá retomemos la vía de la convivencia.Ojalá
