Cristian Restrepo avanza en su aprendizaje en la Escuela Taurina de Madrid
Cristian Restrepo es hijo de torero y desde la cuna tuvo como fuente muletas, fundones , espuertas y capotes acompañando a su padre en esas correrías por los pueblos de Colombia.
El año pasado el chico llegó a la Escuela Taurina de Madrid que dirige el maestro El Fundi y ha ido escalando en su aprendizaje. De seguro toreará muchas novilladas en principio sin caballos.
Este fin de semana lidió una becerra de Montealto
Montealto
Es la ganadería de Agustín Montes, situada en la sierra madrileña. Su procedencia es Luis Algarra Polera y ‘El Ventorrillo’ (Francisco Medina). : Ganadería creada en 2000 con 70 vacas y dos sementales de don Luis Algarra y “El Ventorrillo”, posteriormente adquieren otros lotes a los mismos ganaderos. En 2009, pasa al Grupo Primero en virtud de los acuerdos tomados en Junta Directiva de la Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Don Agustín Montes le dijo a José Luis Benlloch :
-A mí me gusta la clase, pero es imprescindible el motor, la transmisión. No aguanto el toro al que haya que pegar veinte zapatillazos para que te embista.
-Esos, los del motor, dicen que molestan.
-Bueno, que digan. También dicen que no se paran pero cuando tienen clase, si les pegas dos doblones por abajo y dos puyazos, sí se paran y es cuando la casta les hace venirse arriba, bajar la gaita y repetir y repetir… A esos se les hace el toreo bueno. Y eso es lo que le llega al público.
–Más buenos que el pan. Es un refrán.
-Me vale. La bondad y la bravura pueden ir de la mano. Y el pan es vida. Me vale.
Imágenes de Cristian Restrepo en el tentadero.
JOSELITO Y LA EXIGENCIA EN AL ESCUELA
Aunque por sus compromisos con Talavante le impiden estar en la Escuela, su colega, el maestro madrileño El Fundi se ha echo cargo de la dirección artística.
Pero es muy interesante el concepto del maestro Joselito sobre el miedo, la forma de llevar las vacas y la actitud como divisa en una conversación con la colega Patricia Navarro
«Aunque estés asustado, que no se note, sin miedo», lo dice Joselito a uno de los alumnos de la Escuela Taurina de Madrid. Y en esa frase cabe de arriba abajo la esencia del toreo y de la vida. «El toreo no son triángulos, son círculos. No te lo eches para fuera y luego le pegues un tirón para dentro», sigue. Y por sus palabras puede transitar la Tauromaquia entera. Pasan las cinco de la tarde de un día cualquiera. Pero no es un día más. El destino puede hacer diana en el calendario de once chavales. Habrá un día después, pero será distinto. Hay tentadero en la casa del maestro Joselito, en tierras extremeñas, para los alumnos de la escuela. Once son los elegidos, muchos más los que cada día van a la escuela del Batán (53 están matriculados), mítica sede de la que han salido ya un buen puñado de matadores de toros. Y entre ellos, los tres que desde enero dirigen el nuevo proyecto: José Pedro Prados «El Fundi» y José Luis Bote, que lleva 20 años como profesor.