Diego Ramos y Jesus Soto tributan hermoso homenaje en un libro a dos voces al maestro Rafael de Paula

Diego Ramos y Jesus Soto tributan hermoso homenaje en un libro a dos voces al maestro Rafael de Paula

Rafael de Paula, visto por Diego Ramos, texto Jesus Soto de Paula. 1’ edición numerada y firmada. 100 ejemplares. Reserva y pedido: libro.paula.ramos@gmail.com

Rafael de Paula nació el 11 de febrero de 1940 en Jerez de la Frontera.

Tomó la alternativa en la plaza de Ronda, de manos de Julio Aparicio y actuó de testigo Antonio Ordóñez, con toros de Atanasio Fernández, triunfó al cortar una oreja a cada uno de su lote.

Pasaron seis años hasta que compareció en Sevilla y 14 en confirmar la alternativa en Madrid, el 28 de mayo de 1974, con José Luis Galloso de padrino y Julio Robles de testigo, los toros de José Luis Osborne.

Conocido como un torero de escasísimos recursos físicos y técnicos, pero de grandes cualidades artísticas.

Entre sus grandes faenas destaca la del 5 de octubre del año de su alternativa en la plaza de Carabanchel de Madrid.

Y la que rememorada en una placa de bronce hizo, el 17 de mayo de 1979, en la plaza de su pueblo natal al toro Sedoso, del marqués de Domecq, que ha sido considerada la más templada y artística de las suyas.

En 2002 Rafael de Paula, recibió la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

Apoderado de Morante de la Puebla entre otros toreros.

En 2012 fue galardonado con el Premio Nacional Universitario de Tauromaquia Joaquín Vidal, concedido por el Círculo Mazzantini.

Su hijo, Jesus Soto ha puesto la letra y el vallecaucano Diego Ramos revive con sus pinceles la figura de uno de los mitos vivos de la tauromaquia junto a Curro Romero.

La obra de nuestro querido maestro caleño es formidable por la estructura, por la belleza de los trazos, por la luminosidad de los espacios, porque sin un solo vocablo nos deja ver el alma de quien dijo un día «es que el espíritu no sale en los videos».

El maestro del improntus, del arrebato, de lo irrepetible, de la creación, de la obra fugaz se va repasando en cada hoja de este libro perturbador y acariciante gracias a la paleta de don Diego, a los colores, al compromiso con la tauromaquia del hijo de quien hace las mas gloriosas monteras que tocan la teste de los maestros que recorren las plazas de toros.

Es un canto del maestro colombiano a lo poético que comporta el toreo, este arte de varones ilustres que siguen batallando para vencer el miedo y crear arte, único, total.

La forma como ha concebido el arte de torear hacen de él un torero que perdurará siempre en la memoria de los aficionados que buscan en el toreo algo más que espectáculo.

Paula tiene el mas alto concepto y sentimiento del toreo, de la autenticidad, de la emoción, de Belmonte o de Bergamín, del compás y de la muerte, del toreo eterno, del Arte o de su infancia y adolescencia en el jerezano barrio de Santiago, así como de su paulatino acercamiento al universo taurino.

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