«Don Tancredo» en La México
El novillero Yusef Medina ejecutó suertes del toreo prácticamente medio olvidadas en el festejo celebrado en el coso mexicano de Insurgentes, como el salto de la garrocha o la quietud del «esqueleto volador» conocido como Don Tancredo en los viejos anales de la Tauromaquia popular
Hace más de 100 años se oía una copla a Don Tancredo :
“Don Tancredo, Don Tancredo, / que en su vida tuvo miedo. / ¡Don Tancredo es un barbián! / ¡Hay que ver a Don Tancredo / subido en su pedestal!”
Lo cierto es que ha pasado el tiempo y como la historia se repite pues en La México el novillero se subió a un pedestal se quedó muy quieto o como dicen los canarios » quieto parao» , el toro como se observa en la primera imagen pasa pero no acomete.
La imagen de don Tancredo en 1901
UN POCO DE HISTORIA
Hace 160 años del nacimiento de don Tancredo López, el inventor de una peculiar suerte taurina, a la que dió su nombre, que ha llegado hasta la Real Academia.
Había nacido en el barrio valenciano del Grao. Después de trabajar como zapatero y albañil, intentó la aventura taurina, sin éxito. A fines de siglo, en Cuba, vio a un mexicano, “El Orizabeño” (también llamado “El esqueleto taurino”) que hacía la “suerte del cajón”. La adaptó él como “la suerte del pedestal”: esperaba al toro a pie firme, encima de una pequeña plataforma, pintado de blanco; el toro se acercaba, lo olía, quizá le rozaba pero, ante su absoluta inmovilidad, creyéndolo de mármol, acababa yéndose… Después, para demostrar que se trataba de un auténtico toro bravo, lo toreaban en lidia ordinaria.
Se anunciaba como “El Rey del Valor, sugestionador de toros”. Se presentó en Madrid, en el coso de la calle de Alcalá, el 30 de diciembre de 1900, con el toro llamado “Espantavivos” (¡nada menos!). de la ganadería de Trespalacios. Repitió la hazaña, para abrir el siglo, el 1 de enero de 1901, con un toro de Miura…
En seguida se convirtió en un héroe popular, al que dedicaban coplas: “Don Tancredo, Don Tancredo, / que en su vida tuvo miedo. / ¡Don Tancredo es un barbián! / ¡Hay que ver a Don Tancredo / subido en su pedestal!”
EL SALTO DE LA GARROCHA
Otra de las suertes olvidadas es el salto de la garrocha inmortalizada por Goya en sus aguafuertes de la tauromaquia