El cáncer se lleva al ganadero de «El Parralejo» Pepe Moya

El cáncer se lleva al ganadero de «El Parralejo» Pepe Moya

Sevilla pierde a uno de sus emprendedores más emblemáticos. El economista y empresario José Moya Sanabria (Sevilla, 1953) ha muerto en Pamplona un año después de que le fuera diagnosticado un cáncer.

Casado y padre de tres hijos, buena parte de su vida profesional ha estado ligada a Persán y el holding Álea., según relata el Diario de Sevilla.

Pepe Moya pertenece a la primera promoción de licenciados en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Sevilla.

Refundó Persán en 1993, cuando se convirtió en consejero delegado y presidente ejecutivo con 40 años y una sólida experiencia profesional.

Reordenó un capital totalmente disperso con la entrada de fondos de capital riesgo y las cajas sevillanas y reflotó la compañía con una completa reestructuración de su producción.

En el año 2000 la familia Moya Yoldi ya era la propietaria del 50% del capital de la sociedad, y con la salida de los fondos en 2004 y de las cajas en 2009 se hizo con el control total de la empresa.

Un emblema en Sevilla

Bajo su dirección, Persán se convirtió en un líder consolidado en la península ibérica en detergentes y suavizantes, muy por delante de las multinacionales que operan en España.

Multiplicó por 10 su facturación, al llegar a los 400 millones de euros en 2015 y superarlos en 2020. La compañía dispone de un equipo de más de 800 personas en su planta de Sevilla, la más grande de Europa y la segunda del mundo.

Recientemente ha sumado a la matriz 500 trabajadores más, al incorporar una nueva fábrica en Polonia, tras ejecutar la opción de compra que tenía sobre su aliado, E&S Industry de Breslavia.

EL PARRALEJO

El Parralejo toma su nombre de la dehesa en la que pastó inicialmente, en Zufre, y en la que hubo bravo de la mejor estirpe.

Entonces se llamaba El Pozo y reunía tres mil hectáreas frente a las cuatrocientas que abrazan actualmente sus lindes.

Allí pastaron los legendarios ganados de Rincón, ya saben, la ganadería madre de lo que pasados los años fueron los núñez de don Carlos y posteriormente la ocupó la vacada de Gabriel Rojas.

A diferencia de aquellos años los ganados de El Parralejo son de origen Domecq.

En términos mercantiles cabría decir que la ganadería forma parte del grupo Jandilla.

Así pues, queda claro que lo de El Parralejo no está por experimentar, bastaría con repasar los nombres y los ascendientes de sus ganados, incluidos sus cuadros de honor y sus numerosos premios en plazas de postín, para comprobarlo.

Pepe Moya, que sigue siendo presidente de Persán, ha declarado recientemente que su experiencia ganadera es la culminación de su trayectoria profesional, que, por cierto, ha sido lo suficientemente exitosa como para llevarle hasta los primeros puestos de las listas empresariales.

De la misma manera que otros colegas suyos ponen los ojos en el deporte él los ha puesto en la ganadería donde le condujo su condición de buen aficionado.

Se trata de una terapia personal en la que se compensa, ha dicho en alguna ocasión, el pragmatismo estresante de los business con el romanticismo pausado del ganadero.

La aventura la inició con setenta vacas de Fuente Ymbro y cincuenta y una de Jandilla.

Además llegaron tres sementales: el 90 Habilidoso, indultado en Castellón; el 16 Mimoso, que es uno de los grandes sementales de Fuente Ymbro; y el 65 Administrador, éste del hierro de Jandilla.

-Las vacas las eligieron Ricardo Gallardo y Borja Domecq como prueba de la confianza total en ellos. Han procurado abrir mucho las familias para que tenga de todo.

Como parte fundamental de la experiencia se incorporó al equipo desde el principio Rafael Molina, hombre de ascendencia ganadera, conocedor como el que más del encaste Jandilla.

Y llegado a ese punto había que elegir las señas de identidad, divisa y el hierro, y en los dos casos Pepe Moya, lo tenía más que pensado, la divisa debería ser bicolor, verde en honor a una pasión futbolística, bética naturalmente, y albero o dorada en homenaje a Alcalá de Guadaira, ciudad de donde procede la familia del ganadero, que produce la arena dorada que se hizo famosa en la Maestranza.

En el diseño del hierro tampoco hubo dudas, la M de Moya y la Y de Yoldi, el apellido de Concha, su esposa.

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