El ilusionante reportaje que se truncò con la muerte de Gonzalito
Conversè animadamente con la querida Marìa hija de Gonzalito el nonagenario hombre del toro que se nos ha ido este fin de semana y convinimos en hacerle un reportaje para tendido7, ella me dio su nùmero celular , quedamos en que me avisarìa para concretar los detalles. Su muerte nos priva de este esperanzador encuentro. Ni ella ni a mi se nos ocurriò siquiera pensar que tan jovial amigo se marcharia horas despuès y quizás haya dicho como el escritor peruano Bryce Echenique » Paso a retirarme «.
Le preguntè a Marìa por su padre y me dijo : Màs allà de los achaques propios de su edad, bien; quiere ir a Colombia pero el mèdico no lo deja por ser un largo viaje en aviòn pero le hace mucha ilusiòn pues os quiere mucho. y AL EQUIPO DE TENDIDO7 LE ENORGULLECE que el veterano taurino nos darìa la entrevista por ser nosotros pues no le gusta hablar demasiado y es muy selectivo,. Queda para la posteridad un reportaje entrañable del gran Javier Hurtado en Tendido0 y la primera imagen es enternecedora : el camarografo lo capta llegando al cafè para la cita periodística munido en el antebrazo derecho el fundòn y con aire cancino y templado de su antiguo jefe y admirado Curro Romero. Todo con temple le habrà dicho el camero al buenazo de Gonzalito (por la respetable edad su caminar como en el poema es lerdo , seguro y firme ) pero una vez desata los duendes de la palabra , todo cambia.
Porque Gonzalito en el toreo fue mucho mas que el mozo de espadas de Curro Romero.
Siempre me pareciò desde que le conocí en su primera parada en Cali hace muchos años ( ya llevaba al portuguès Victor Mendes ) con su infaltable guayabera blanca ( no sè si tenìa una o varias pues siempre iba impecable de blanco ) que era todo un personaje : cantaor de flamenco, taurino sabio, gentil, conversador solo comparable a Manolo Lozano y sin duda uno de los últimos románticos del toreo un mundo tan abigarrado donde vivimos en ese filo entre la vida y la muerte y aun hay tiempo para el gozo.
Me acongoja la noticia pues Marìa me dijo que ella vendrà a Colombia para » hacerle las cosas» ( pasajes aèreos, hoteles, coches de cuadrillas, etc ) a Marco Pèrez, el niño de Salamanca que enamora al toreo y que lleva con acierto Juan Bautista Jalabert y que harà su debut americano en el Festival de Manizales en la feria del 2022 lo que es todo un acierto de Cormanizales y del dr. Juan Carlos Gòmez su director ejecutivo.
UNA VIDA DEDICADA AL TORO
Nacido en la localidad onubense de Gibraleón hace 89 años, Gonzalito era uno de los taurinos más queridos y respetados no solo por su larga y honesta trayectoria profesional, sino también por su afabilidad y como fuente inagotable de anécdotas, con un espíritu que no abandonó ni en los últimos años en que se vio afectado por una enfermedad renal.
Después de intentar sin éxito la carrera del toreo en el escalafón de novilleros de los años 50, como tantos andaluces emigró a Barcelona donde trabajó como camarero y, en ocasiones, como cantaor de flamenco, su otra gran pasión en la vida.
Fue en la Ciudad Condal, que con dos plazas en activo -Las Arenas y La Monumental-, era entonces la capital española de mayor actividad taurina, donde el onubense comenzó a ejercer como mozo de espadas de distintos novilleros hasta recalar definitivamente en Madrid.
Amigo de Curro Romero por su afición común al flamenco, comenzó a servirle las espadas a finales de la temporada de 1967, una vez que Gonzalito se encargó de que al famoso torero de Camas no le faltara nada en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, donde fue retenido tras negarse a matar un toro en la feria de San Isidro de ese mismo año.
Desde entonces y hasta 1999, cuando el diestro anunció su retirada por sorpresa, Sánchez Conde se convirtió en el hombre de la más absoluta confianza de Romero, a todos los niveles, sobre todo en los peores y más delicados momentos.
Pero Gonzalito no solo se limitó a ser el ayuda de cámara del Faraón, sino que también se dedicó a apoderar y a sacar toreros, muchos de ellos de países suramericanos, donde llegó a tener grandes relaciones profesionales y personales, comenzando con «Rayito de Venezuela».
En España, entre otros muchos como El Cid, al que ayudó de novillero junto al Gallo de Morón, su «gran obra» fue Víctor Mendes, el torero más importante de la historia de Portugal, al que él mismo descubrió y apoyó hasta convertirle en primera figura durante los años 80.
En la actualidad, Gonzalito se dedicaba a la representación de artistas flamencos, con los que se reunía casi a diario en los locales de ensayo de Amor de Dios, muy cerca de su casa, y con los que sin duda debía evocar los tiempos de necesidad en los que la seguiriya y los fandangos valientes de su Huelva le ayudaban a salir adelante en aquella abierta Barcelona de mediados del siglo pasado.
De seguro, en la eternidad se encontrar«a con Camaron y Paco de Lucìa y armarà una juerga. Seguro.
Marìa, como te dije telefónicamente, estoy destrozado pero sè que descansa en paz y la tierra le serà leve
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor