El Senado y la Fundación Toro de Lidia asumen la entrega del Premio Nacional de Tauromaquia eliminado por el Ministerio de Cultura español
El objetivo es fallarlo antes que finalice 2024 con la dotación del significativo galardón, 30.000 euros
El Senado acogerá el Premio Nacional de Tauromaquia 2024 en colaboración con la Fundación Toro de Lidia (FTL), según el acuerdo suscrito la semana pasada entre la Cámara Alta y la corporación taurina, al que ha tenido acceso Europa Press.
De un plumazo el ministro Urtasum lo eliminò y cometiò la descortesìa de no saludar al Juli en la ùltima ediciòn quedàndose el mal educado ministro de cultura de brazos cruzados en tanto el rey Felipe aplaudìa y la reina le entregaba el galardòn. El Juli a Urtasun: «feo detalle, señor ministro…».
Sin solución de continuidad el Senado aprobó en mayo, con la abstención del grupo socialista, una moción por la que se instaba al Gobierno a convocar el Premio Nacional y restablecer la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes para el sector taurino, suprimida en el año 2023. La moción debatida en el Senado, impulsada por el Grupo Popular, fue aprobada gracias a la mayoría de los populares, si bien contaba con la abstención de los socialistas, cuyo portavoz, Alfonso Moscoso, defendía en varios momentos a la tauromaquia y se comprometió a «seguir ayudando» al sector.
El último torero distinguido con el Premio Nacional de Tauromaquia ha sido Julián López El Juli que lo recogió el pasado mes de octubre de manos de los Reyes en un acto celebrado en el Museo Reina Sofía de Madrid que no estuvo exento de polémica por la negativa del ministro Urtasun y su número dos, el secretario de Estado Jordi Martí Grau, a aplaudir la entrega de los respectivos galardones al propio diestro madrileño y a la Casa de Misericordia de Pamplona que recogía el premio correspondiente a la edición de 2022.
Feo detalle, señor ministro…
El torero sí ofreció su mano al ministro, que no tuvo más remedio que estrecharla con gesto displicente. El Juli afearía después la actitud de Urtasun a través de las redes sociales espetándole que «la tauromaquia es inclusiva, la cultura es del pueblo, no pertenece a ideologías políticas y su obligación como ministro es protegerla, defenderla y promoverla por encima de sus gustos personales».
El BOE ya había dado oficialidad el pasado 5 de septiembre a lo que era una muerte anunciada desde primeros de mayo. El Premio Nacional de Tauromaquia, única concesión económica de los presupuestos generales del Estado al mundo del toro, quedaba cancelado. Era un empeño personal de Ernest Urtasun, ministro de la cuota de Sumar en el gobierno de Pedro Sánchez. No había vuelta atrás…
Urtasun destaco en sus años de eurodiputado Bruselas por su militancia ecologista desde el papel de vicepresidente del grupo Los Verdes/Alianza Libre Europea. En su opinión el toreo es “una actividad, injusta, sádica y despreciable” y lo tenía en el punto de mira cuando recibió la cartera de Cultura. El actual ministro de Cultura, además, se distinguió en la declaración de rechazo a la decisión del Tribunal Constitucional que anuló de derecho la abolición catalana.
El premio había sido creado hace una década a raíz del cacareado traspaso de competencias taurinas desde el Ministerio del Interior al de Cultura. Fue la guinda de un proceso alentado por Alfredo Pérez Rubalcaba –que había recibió a la crema del escalafón taurino en 2010- que entonces detentaba la cartera de Interior dentro del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que reconoció entonces el hecho taurino como una disciplina artística.
El reconocimiento quedaba eliminado definitivamente del listado de premios nacionales de Cultura en base a una fantasmal consulta pública que precedió la orden ministerial de supresión. El de tauromaquia, dotado con 30.000 euros, estaba unido a los que se siguen entregando en otras disciplinas artísticas como las bellas artes, el teatro o la música. En cualquier caso, la tauromaquia sigue formando parte de las competencias del Ministerio de Cultura y está declarada Patrimonio Cultural de España, tal y como figura en la ley 18/2023 por más que Urtasun proclamara en su momento que el toreo “no merece ser legal en el ordenamiento jurídico”.
El Premio Nacional de Tauromaquia se instauró por una orden ministerial de 2011 y recayó en su primera edición, la de 2013, en el diestro sanluqueño Paco Ojeda. La lista se iría ampliando con el célebre fotógrafo valenciano Canito, la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid, el ganadero Victorino Martín Andrés, el matador de toros valenciano Enrique Ponce, el jerezano Juan José Padilla, el Foro de Promoción, Defensa y Debate de las Ferias de Novilladas y la Fundación del Toro de Lidia. En 2021 fue premiado el diestro Morante de la Puebla que donó la dotación económica -30.000 euros- a la Casa de la Misericordia de Pamplona que, precisamente, sería distinguida con este Premio Nacional de Tauromaquia un año después. En 2023 llegó el último para Julián López El Juli, el mismo año de su retirada de los ruedos.