El toreo despidió en Camas al maestro Camino
Paco Camino nació el 15 de diciembre de 1940 en el pueblo sevillano de Camas. Murió en su finca extremeña y el toreo expresó su desolación y le recordó como un ejemplo para las nuevas generaciones de quienes abrazaron el toreo como su religión.
Se le ha despedido en olor de multitud y a ese último acto de nuestras vidas asistieron , entre otros , El Cordobés , y uno de sus amigos mas cercanos que compartieron muchas vivencias, José Tomás.
Su padre fue el banderillero Rafael Camino, que lo acompañó un cierto tiempo como peón de confianza.
Tomó la alternativa en Valencia el 17 de marzo de 1959.
En sus 20 temporadas como matador de toros sacrificó más de 2000 animales, toreó más de 50 tardes en Las Ventas de Madrid, y salió 12 veces por la Puerta Grande.
Sufrió graves cornadas a lo largo de su trayectoria, una de las cuales llevó a administrarle los últimos sacramentos.
Torero polémico, depuradísimo estilista con el capote, magnífico con la muleta, prefería la izquierda, a la diestra.
Se retiró definitivamente de los ruedos en Valladolid el 23 de septiembre de 1983, se vistió por última vez de luces en Nimes en 1987 para dar la alternativa a su hijo Rafael.
Paco Camino acompañado de otro grande, Curro Romero
El llamado Niño Sabio de Camas se refirió a su compañero como «un referente para los toreros actuales» y resaltó el «compadreo» que existe hoy entre los matadores, algo inédito cuando él estaba en activo, donde la noble competencia dentro de la plaza era uno de los principales alicientes de la fiesta.Se han cumplido cincuenta años desde que el 4 de junio de 1970, el legendario diestro Paco Camino protagonizara la tarde más redonda de la historia de Las Ventas, cuando, en la corrida de Beneficencia, mató siete toros, cortó ocho orejas y puso «a cada uno en su sitio».
«Lo más importante para matar seis toros en Madrid -considera Paco Camino- es saber mantener fríos el corazón y la cabeza para pensar bien. No hay que hacer esfuerzos de más, sino dar a cada toro lo suyo, y torear siempre con las muñecas, no sobre las piernas. Pero sobre todo es muy importante no llevar nada preparado de antemano, porque siempre acaba saliendo mal»