El último maletilla, el maestro Conrado. 98 años y no ceja en su empeño de ser torero. Una especie en vías de extinción
La modernidad está acabando con el maletilla, ese soñador que va con su hatillo al hombro , la gorra y llenos de sueños para alcanzar la gloria de ser torero.
Ahí están por esos caminos de Dios, subidos en lo alto de los trenes , toreando a hurtadillas en las noches de luna como nos cuenta de Belmonte el gran Chaves Nogales.
Llegan a un tentadero a la espera de que » el maestro » les permita un par de muletazos.
El Maletilla y la Luna
Canción de
Anoche estaba la luna
aposada en la laguna esperando ver llegar
al maletilla valiente,
que de ella esta pendiente porque quiere torear.
Ay luna, lunita buena
le esta diciendo el chaval
ay lunita no te muevas
que esta noche mi faena
te la quiero yo brindar.
Ay luna, lunita buena
tu que me ves torear
hablale a los ganaderos,
hablale de este torero
con deseo de triunfar.
Por eso la nota que ustedes gentilmente leen se abre con el mayor de los maletillas , el maestro Conrado que sigue por los pueblos de España y con el anhelo de ser torero. Eso sí que es afición y persistencia, perseverancia y orgullo.
Conrado Abad está camino a los 100 años y es el último vestigio de esa cara oculta del toreo, el maletilla, que tuvo su momento de gloria con Palomo Linares con su gorrita, una camisa grande anudada a la cintura, el hatillo donde iban pocas cosas (incluida la muleta y el estaquillador, un pedazo de pan y poco mas) asido a un palo.
Vaya para este gladiador y héroe un saludo desde este portal que se escribe desde Colombia. Un moderno Quijote que sigue peregrinando por los campos de España.