Ferrera, cumbre en Acho, Emilio de Justo, la hondura por bandera y el arrebato de Galdòs

Ferrera, cumbre en Acho, Emilio de Justo, la hondura por bandera y el arrebato de Galdòs

( LS FOTOS SON CORTESÌA DE NUESTRO AMIGO DIEGO ALAIS. MIL GRAICAS )

Hay tardes sublimes, otras pesarosas, algunas con ese detalle puntual, y en otras, variada. La de este domingo en Acho abundò en muchos matices desde ese barroquismo, improvisaciòn, ingenio y fondo de Antonio Ferrera que construyò en su segundo toro una luminosa faena donde no faltò de nada. Desde esos lances con el capote algunos con remembranzas mexicanas

, ese final de èl caminando hacia el toro y èste hacia èl y al encuentro entrò la espada, el toro rodò, todo lentamente como algunos de los muletazos del extremeño que estaba desbordado de toreo,

( puso dos parsotes de banderillas e invitò al joven Galdòs que tras un primer fallo se luciò ),el clamor de la bicentenaria Acho en pie, las dos orejas y la merecida vuelta al ruedo a «Romero» del Olivar de don Anibal Vazquez que llevò a Lima un encierro bien presentado, algunos de gran juego y otros para olvidar como ese blandito, noblòn primero que se caìa como un merengue. Los demàs tuvieron opciones.

Toreros como Ferrera hacen falta a la fiesta para sacarla del » sota, caballo y rey» y con èl la garantìa de lo imprevisible, de lo màgico, estàn aseguradas–.

EMILIO DE JUSTO

Emilio de Justo me deja las mejores sensaciones. Cortò la oreja de su primero, toreò con hondura, con muletazos largos y què maravilla verle comenzar la faena a la antigua, » haciéndose al toro «, doblándose toreramente con èl por ambos pitones y un derechazo tan lento, tan parsimonioso, tan bello que parò el tiempo. De verdad, se los digo. Cortò la oreja del primero sin discusiòn, con mucha fuerza.

En su segundo estuvo serio, macizo, echándole la muleta al hocico al toro, trayéndolo » desde allà», toreando con el compàs abierto o a pie junto, con un compromiso con el bien torear. Es un torero que da gusto ver. Fallò con la espada pero queda ese sabor, ese aroma de un toreo y de un torero

plenos y en estos tiempos es de agradecer.

El joven Galdòs , el ùltimo trofeo » Señor Morao» en 2019. Està cuajado, se arrebatò nada mas EMPEZAR EN SU PRIMERO INICIANDO CON UN MOLINETE DE RODILLAS que fue como un rayo en cielo sereno, para para despertar a quien pudiera estar adormilado, poco usual en èl eso de echarse de rodillas, luego toreò a sus dos con armonìa, con gusto fijo, con cadencia, ritmo. Este tipo de toreros americanos nos hace falta, son garantìa de que la belleza en el toreo es parte fundamental de nuestros mas grandes tesoros. Hubiéramos querido verle triunfar en toda regla pero no fue posible. Dio una vuelta en su primero y parco el público con el paisano en el segundo.

Bello espectàculo el de la muestra de doma a la jineta de un grupo de mujeres muy jovenes que mientras se oìa una marinera hacìan en el ruedo limeño todo tipo de fantasías con esos caballos tan formidables que el Perù ha cultivado como nosotros ( los colombianos ) el de paso fino. Y en el quinto en los vomitorios aparecen las parejas de expertos bailarines con sus vestidos de gala regalándonos esas marineras que cantaba doña Chabuca Granda , la de las lisuras.

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