Ha muerto, casi centenaria, Myrian Velez, hermana del fundador de «Aguas Vivas» y viuda del historiador Eduardo Lemaitre

Ha muerto, casi centenaria, Myrian Velez, hermana del fundador de «Aguas Vivas» y viuda del historiador Eduardo Lemaitre

«El Pollo Pallares » siempre tan atento al discurrir de la vida de su amada Cartagena de Indias ( como suelen decir los que hablan el castellano al otro lado del mar ), me dice que ha muerto Myriam Vélez de Lemaitre, la esposa del historiador Eduardo Lemaitre, quien nos enseñó a entender a esa maravillosa ciudad del Caribe colombiano . “Yo soy un divulgador. Me siento capaz de divulgar la historia en una forma tratable, amena, seria y divertida al mismo tiempo”, decía don Eduardo.

Así que se no va una hermana de ganadero, hija de empresario taurino y esposa de historiador

Mi admirado Gustavo Tatis le preguntó a la casi centenaria Dama que acaba de partir por qué la fascinación por la tauromaquia :

» Ttiene que ver con mi propia infancia, cuando m abuelo Fernando Vélez Daníes, el empresario de Aguas Vivas, asumió entre sus aventuras maravillosas como visionario, la construcción de La Serrezuela y trajo de España, en un barco fletado, un viaje de vacas y toros de lidia, mulos, caballos y gallos de pelea. “Crecí en ese ambiente”, confiesa.

En uno de sus videos de su larga trayectoria de aficionada a la tauromaquia, aparece ella toreando. “Hay gente que no gusta de los toros, así como en mi caso, no me llama la atención el boxeo. No encuentro ninguna gracia que dos seres humanos se den golpes. En el caso de los toros de lidia, creo que son toros exclusivos que nacieron para la lidia.

Los que no mueren en la corrida, van a morir en el matadero. Puede parecer duro, pero es la realidad”. Y ella se emociona cuando ve la plaza de Madrid colmada de público. Señala en este instante la plaza al mediodía. Y sigue el movimiento del torero con la muleta en ese límite improbable en que ocurre la vida y la muerte. Se siente feliz porque el torero francés Sebastián Castella la llamó a su casa, a su paso por Cartagena.

Me habla con propiedad de los diestros españoles Daniel Luque, David Fandila Marín “El Fandi”, Alejandro Talavante y del colombiano César Rincón. Pero por su memoria privilegiada viaja con el abuelo al Mediterráneo. Con los cuatro toros importados de España en 1929, inauguró La Serrezuela que ahora se convertirá en Centro Comercial. Aquellos cuatro toros: Bilbaíno, Indiano, Polluelo y Querencioso, forjaron una tradición taurina en la ciudad desde aquel lejano 1930. Ella guarda todo lo que se escribe sobre toros.

Tras su muerte, Edgardo Pallares Bossa escribe:

Inclinarme ante la pétrea cara del computador para escribir sobre mi admirada amiga Myriam Vélez Piñeres, viuda de Eduardo Lemaitre Román, es para mí como cuando un hombre arrebujado en un semidiosesco traje, traga en seco, antes de ofrecerse en rito, en un trabajo que se convierte en la inversión de los valores. Esa inversión que tanto cobijaba a Miryam y que logró trascender en todo el país y a todos los niveles.

Y hablo de la dificultad que me cuesta, ya que ella era para mí alguien muy especial y, porque a pesar de no cavilar dentro de sus amistades personales de a diario, siempre nos comunicábamos para dilucidar pensamientos sobre el tema taurino y también, cómo no, sobre los enfoques políticos que ella veía, como si fuese una fija mirada “santacolomeña”, encaste del que procedía la divisa “aguasviveña” de su familia.

Y debo superar la criba de la tristeza, para registrar su fallecimiento, 18 de junio del 2021, un día después de la efemérides inaugural de la plaza de Las Ventas de Madrid, acaecida en 1931. Su personalidad vibrante subyugaba y su personalidad para señalar las cosas, impactaban. Recuerdo un día que me invitó a su casa de habitación en el Edificio Bocagrande, me aclaró ipso-facto, que su hijo Juan le había dicho que el único que tenía derecho de ir a su casa a mirar las corridas de toros por la internet “era el Pollo Pallares”. Aquel día aprendí el sentido que tenía la vida y que todo no es sino un alarde que desnuda el pensamiento, que no alcanza el concepto que me abriga sobre ella. Mujer de presencia respetable, que emanaba la brillantez de la cultura, porque la invadía la cuna de la cultura y el trasunto de la tauromaquia, en la inversión de los valores que arriba anoto, donde el poderoso se convierte en débil y el débil y semidiosesco en poderoso. Miryam, harás mucha falta, no solo a tu familia, a quienes manifiesto mi solidaridad, pero allá, en la barrera del cielo, al lado del Altísimo, seguirás guiándonos por la andadura positiva de la vida. Descansa en paz.

Esto lo escribió «El Pollo Pallares » en el Universal de Cartagena

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