Ha muerto Don Chucho que creó la plaza Arroyo en México. Acogió toreros colombianos
Jesús Arroyo Aguirre mejor conocido como “Chucho Arroyo”, murió la mañana del domingo tras varias complicaciones médicas que padecía desde enero. Tenía 88 años, informa la Agencia Reforma.
Nacido en Tulancingo, Hidalgo, “Chucho, ayudó a sus padres José y María a atender un negocio de barbacoa en un terrenito a la salida a Cuernavaca y que con el paso del tiempo se convirtió en el número 4003 de la Avenida de los Insurgentes, donde desde hace más de 80 años se erige el famoso Restaurante Arroyo, por el que la mayoría de los mexicanos han pasado.
Toreros, políticos y artistas en diferentes rubros, eran asiduos a su restaurante en el que organizó por más de 50 años la tradicional comida de la amistad, donde se reunían personajes de todos los ámbitos sociales en México.
Chucho, con un innata afición de hacer amigos se distinguió no sólo como restaurantero, sino como empresario taurino.
Jesús Arroyo Aguirre mejor conocido como “Chucho Arroyo”, murió la mañana del domingo tras varias complicaciones médicas que padecía desde enero. Tenía 88 años.
Nacido en Tulancingo, Hidalgo, “Chucho, ayudó a sus padres José y María a atender un negocio de barbacoa en un terrenito a la salida a Cuernavaca y que con el paso del tiempo se convirtió en el número 4003 de la Avenida de los Insurgentes, donde desde hace más de 80 años se erige el famoso Restaurante Arroyo, por el que la mayoría de los mexicanos han pasado.
Toreros, políticos y artistas en diferentes rubros, eran asiduos a su restaurante en el que organizó por más de 50 años la tradicional comida de la amistad, donde se reunían personajes de todos los ámbitos sociales en México.
Chucho, con un innata afición de hacer amigos se distinguió no sólo como restaurantero, sino como empresario taurino.
Su pasión por la fiesta brava le llevó a incursionar, primero, como aficionado práctico (lidiaba astados, aunque no vestía el traje de luces) y luego como organizador de festejos taurinos hasta llegar a dirigir, en 1989, ni más ni menos que la empresa de la Plaza México, la más grande del mundo, la que reabrió tras varios meses cerrada encabezando un patronato que dio su primer festejo el 28 de mayo con Manolo Martínez, David Silveti y Miguel Espinosa “Armillita”, con toros de Tequisquiapan.
Antes, Jesús hizo empresa en Villahermosa, Tabasco, y varias veces en Pachuca, Hidalgo, en donde gracias al apoyo de su amigo el entonces Gobernador del Estado, Adolfo Lugo, construyeron la plaza de toros Vicente Segura de la capital hidalguense.
Fue durante un corto tiempo apoderado de una de las figuras más importantes del toreo en México, su paisano Jorge Gutiérrez.
“Soy un privilegiado por la vida, primero por los padres que me dio, después por mis hijos y, siempre, por la inmensa cantidad de amigos que me ha dado. No tengo cómo agradecerle a Dios, a la vida, a todos”, dijo recientemente, en el programa Tradiciones Arroyo que durante cinco años se hizo dentro del restaurante.
Construyó dentro de su restaurante una plaza de toros que primero se llamó Antonio Velázquez en honor del matador leonés y después Plaza Arroyo.
“Una vez ‘El Calesero’ (Alfonso Ramírez, matador de toros de Aguascalientes) y yo, con unas líneas de cal, pasando por encima del huerto de mi madre, trazamos lo que ahora es la plaza de toros”, contó Jesús sobre el escenario que es el segundo de importancia, taurinamente hablando, en la Ciudad de México y que dirige su hijo José, director del restaurante desde hace más de 33 años.
En esa plaza donde se han montando una serie de distintos espectáculos, se formó la escuela taurina de Pepe Alameda (ícono de la crónica taurina) y de donde surgió un torero que a mediados de la década de los noventa fue una figura, Manolo Mejía.
La transcendencia que tuvo el popular Chucho Arroyo en distintos ámbitos marcó la vida del país en distintas etapas.