Ha partido Diego Rebolledo con la discreciòn con la que peregrinò en vida
Ejerciò de Contador titulado pero su pasiòn por los toros que le venìa de su padre que se acogiò al placentero Valle del Cauca tras pasar su juventud en el profundo Caquetà, Diego Rebolledo fue un servidor de la fiesta y no vacilò en servir de mozo de espadas o ayuda recorriendo la geografìa taurina en Colombia.
Esos males del cuerpo le pasaron factura y nos ha dejado poniendo otro crespòn entre las gentes del toro.
Rebolledo, hijo de Josè Tulio, tìo de Paquito Perlaza, tambièn emparentado con Diego Gonzalez viviò la fiesta entre capotes, espadas, muletas, fundones, esportones. Con esa sabidurìa de los humildes, jamàs buscò protagonismo y transitò con discreciòn en su bello oficio de servidor de esta fiesta ùnica.
En la imagen que abre esta luctuosa nota se advierte el mimo con el que està, aguja en mano, embelleciendo una chaquetilla de torero.
Y es que el traje de luces que ha tenido una evoluciòn desde el siglo XVII, atesora bellas historias:
Algo curioso es que al principio, las bandas de colores de los toreros eran suministradas por el ayuntamiento contratista de los servicios.
La utilización de los Trajes de Torero comenzó a ser algo habitual en el siglo XVII, sobre todo en Navarra. A los toreros que eran contratados por los Ayuntamientos de cada localidad se les llamaba Toreros de Banda, a los cuales el Ayuntamiento les cedía la indumentaria.
A los Toreros de Ventura sin embargo se les denominaba a aquellos que iban al evento de forma voluntaria.
Durante el siglo XVII, un hecho que podemos destacar es el dibujo que realizó Miranda en el que sale Francisco Romero con su traje de ante. En esta ocasión, era la primera vez en la tauromaquia que un torero se enfrentaba al toro con la muleta y el estoque, coleto de ante negro, mangas con terciopelo negro y cinturón bien ceñido a la cintura.
Paz en la tumba de Diego Rebolledo y a sus familiares, tan cercanos a esta casa periodìstica, que Dios les de la ventura de la resignaciòn-.
