Homosexualidad, el toreo y el reconocimiento social
El toreo por tener reglas estrictas, por moverse, casi siempre, en un mundo de hombres, las mujeres han sido episódicas.
Hay nombres emblemáticos pero muy pocas como el de Juanita Cruz, Amina Asis, Conchita Cintrón, Cristina Sánchez, Mari Paz Vega, Morenita del Quindío, Lea Vicens, por citar.
Nos ha impedido ver el mundo exterior, y analizar esos fenómenos que se mueven en lo que los sociólogos llaman la pos modernidad, y que ha hecho que los contemporáneos sean más tolerantes con la homosexualidad.
Por ejemplo: el beso que le estampó la alcaldesa de Bogotá a su esposa Angélica Lozano tras su triunfo en las elecciones.
Soy consciente de que está descripción de esa relación es, y lo asumo, es políticamente correcta, pero puede ofender a quien considera que es acto impúdico y censurable.
Hay un reconocimiento paulatino de la sociedad a que personas del mismo sexo convivan, se amen y lo hagan público y pocos ya se escandalizan.
Y creen que «la homosexualidad se cura» como lo pensaban hace mas de medio siglo en Occidente; y ya lo saben, ser homosexual en tiempos de Franco en España era motivo para ir a la cárcel.
Le aplicaban la Ley de vagos y maleantes.
LA HOMOSEXUALIDAD EN LA ANTIGUEDAD
Si bien en Grecia la línea roja la marcaba el que hubiera una diferencia de edad entre los amantes, en Roma era prioritario diferenciar quién ejercía el papel de activo y quién el de pasivo, tanto a nivel sexual como social. El sexo se veía como un juego de poder, donde lo aceptable venía marcado por la jerarquía social.
Explica Javier Ramos en su libro «Eso no estaba en mi libro de Roma» (Almuzara) que «la pasividad en las relaciones entre hombres quedaba reservaba para los esclavos o para los adolescentes. Ser penetrado era la mayor de las humillaciones».
ESA MIRADA SOBRE EL HOMOSEXUALISMO
Hasta el siglo XX, en las sociedades de tradición cristiana primaba la visión de las relaciones homosexuales como «contra natura», una visión basada en la Biblia:
«Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza», decía San Pablo en su carta a los Romanos; para añadir en el versículo siguiente que también los hombres habían abandonado «el uso natural de la mujer». Tal cual.
NUESTRAS DEBILIDADES
El el mundo del toro cada vez que se propone una modificación al ritual, por ejemplo el tamaño de las puyas, o el uso de las banderillas retráctiles,o limitar el número de veces en la suerte suprema para que suenen los avisos desde el palco, salen los ortodoxos y es el NO por respuesta:
«Como se le ocurre, usted está desfigurando nuestro ceremonial que es inmodificable».
!Vaya, vaya!.
LA INDUSTRIA ANIMALISTA LLEGA A ESTOS EXTREMOS
“Montar a caballo es una forma de explotación animal”. Eso dice diputada de Podemos en el Parlamento andaluz.
En Colombia prohibieron utilizar a los caballos en lo que en lenguaje del país se llama «zorras» (vocablo que tiene otra connotación en otras naciones) y ahora son los humanos los que hacen esa función.
Otros quieren quitar a los gallos del gallinero para que no violen a las gallinas y como conté el otro día, ahora esa industria desliza el concepto de carne ética (supongo contra la carne de vaca consumido en esta parte de América).
Y eso lo van introduciendo en el lenguaje popular cotidiano hasta convertirlo en verdad
REFLEXIÓN
Admito que los llamados gays (nada de peyorativo en el uso de este neologismo) han sabido hacerse un lugar en la sociedad para ser reconocidos, para obtener la reducción de las discriminación por haber elegido una forma de comportamiento sexual en sus vidas que hasta hace muy poco era censurada y condenada, y que hasta el Papa Francisco sea indulgente con ese colectivo.
Fueron abriendo brecha, se manifestaron, exhibieron sus banderas del «Arco Iris», hicieron campañas, gozaron de medios para expresarse y como tienen sus amigos y amigas en el poder judicial, legislativo y ejecutivo, han sacralizado sus relaciones y son muy pocos los que hoy se atreven a cuestionarlos.
Hablan del «pride», del orgullo gay y se hacen reconocer por esa sociedad que ayer les despreciaba.
No entro en el debate sobre la «normalidad» de estas relaciones, de que me parece o no a mi, pues es irrelevante y si ese comportamiento del colectivo homosexual está reñido o no con preceptos religiosos, sociales o políticos. Es otro asunto.
¿QUÉ APRENDER?
Lo que me parece es que los taurinos tenemos que aprender de esas expresiones contemporáneas en el sentido de que LO TAURINO ocupe el sitio que tuvo ya que gozamos de visibilidad, de las primeras páginas de los diarios, de información en los medios generalistas (hoy casi hemos desaparecido de sus páginas, de sus ondas de radio y de la televisión y ya no están ni don Hernando Santos, ni don Guillermo Cano escribiendo de toros.
Observemos que presidentes, candidatos, políticos de toda condición, líderes empresariales, sociales, diplomáticos, de los medios de comunicación se sentaban en los tendidos con normalidad y hoy puede uno citar un puñado de figuras en la plaza en una corrida.
Es significativo que don Luis Carlos Galán y su esposa concurrieran a La Santamaría y años después uno de sus hijos nos condenó al promover el esperpéntico Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá que literalmente prohíbe las corridas, todo disfrazado de DESINCENTIVAR este tipo de rituales que los concejales no quieren entender su grandeza sino condenarlo a toda costa.
¿QUÉ HACER?
(Es preciso, no digo que ACTUAR COMO LO HACEN LOS HOMOSEXUALES NI QUE NOS CONVIRTAMOS EN GAYS DE LA NOCHE A LA MAÑANA) PERO SÍ ESA TAREA DE HACER PEDAGOGÍA, DE MOSTRAR QUE NO SOMOS MALTRATADORES, NI ASESINOS, que hay raíces culturales, populares en esa batalla del hombre) e impedir que siga penetrando un lenguaje abusivo, mendaz y peligroso contra nosotros que hacemos parte de la sociedad, que actuamos en la legalidad, que tenemos derecho a existir.
Es decir, unidos, enfrentar esas «fake news» (noticias falsas) sobre la tauromaquia y trabajar denodadamente con las nuevas generaciones que la industria antitaurina quiere «apartar» constantemente con «denuncias» como que la tauromaquia es violenta.
Salir del armario como pidió a los taurinos don Pablo Moreno y nunca mejor expresado.
Los taurinos nos merecemos un lugar digno en el mundo.
1 Comment on "Homosexualidad, el toreo y el reconocimiento social"
Gay: Dicese de la persona que gusta afectiva o sexualmente de alguien de su mismo sexo.
Homosexual: como se.ve un torero enfundado en una.licra llamada «traje de luces» y con caminado de gay.
Marica: el que cree que el toreo es arte.