Juan de Castilla, acartelado en Cuellar

Juan de Castilla, acartelado en Cuellar

Nuestro compatriota tiene un compromiso antes de su confirmación en Madrid. Será en Cuellar el 28 de agosto con toros del Partido de Resina una de las dos ganaderías que lidiará en Las Ventas el antioqueño el 17 de setiembre.

Em Cuellar comparte cartel con Juan del Álamo y el venezolano Jesús Enrique Colombo.

LOS CARTELES

27 de agosto. Toros de Araúz de Robles para Joaquín Galdós, Leo Valadez y Ángel Téllez

29 de agosto. Rejones. Toros de Fuente Ymbro para Sergio Galán, Guillermo Hermoso y Adrián Venegas

31 de agosto. Toros de Alcurrucén para Antonio Ferrera, Javier Herrero y Fernando Adrián.

CUELLAR, UN PUEBLO PARA ADMIRAR

Algunos historiadores identifican Cuéllar con la Gella de Tolomeo, otros con la Acontia de Estrabón y, un tercer grupo, con Calenda, ciudad tomada por el cónsul romano Tito Didio en el año 96.

Durante el reinado de los visigodos recibió el nombre de Colar, de donde deriva Cuéllar.

En 1439 pasó a manos del Reino de Navarra y en 1464, Enrique IV donó Cuéllar a a Beltrán de la Cueva, primer duque de Alburquerque, bajo cuya tutela permaneció tres siglos hasta quedar en posesión de la casa de Alcañices.

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Panorámica de Cuéllar desde su castillo./ BigSus

Hijo ilustre de Cuéllar

La historia de esta localidad segoviana no sería la misma, además de todo lo dicho, sin la eminente figura de Diego Velázquez de Cuéllar, un conquistador español que se convirtió en el primer gobernador de Cuba, cargo que ocupó desde 1511 hasta su muerte en 1524.

Nacido en Cuéllar, a este alto dignatario español se le debe la fundación de las siete primeras ciudades españolas de Cuba, isla en la que desembarcó Colón con sus carabelas el 28 de octubre de 1492, las tres primeras naves europeas que arribaban al Nuevo Mundo.

Entre ambos se observa un lienzo de la muralla donde se abre la puerta de entrada formada por un arco arábigo defendido por dos garitas. Construido por Enrique IV, figura entre los mejores ejemplos castellanos de castillo-palacio.

La fortaleza fue utilizada como prisión y en ella estuvo cautivo el escritor José de Espronceda, aquel de La canción del pirata, por la lectura de unos versos considerados subversivos.

Se levanta en la parte más alta de la villa, como corresponde a la función defensiva que desempeñaba. Está rodeada por unas robustas y trabajadas columnas que la dotan de un carácter especial.

La importancia del casco histórico del municipio se ve respaldada por la declaración de la villa dentro de la categoría de Conjunto Histórico-Artístico en el año 1994.

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Santuario de Henar./ Rastrojo

Santuario del Henar./Rastrojo

Entre los edificios religiosos de Cuéllar destacan la iglesia de San Esteban, con dos sepulcros góticos-mudéjares decorados con yeserías y bultos de alabastro; la iglesia de San Martín, frente al castillo; o la iglesia de San Andrés, con una portada románica de arquivoltas de piedra.

También merece la pena visitar la iglesia de San Miguel, en la Plaza Mayor, en cuyo interior se contempla una Virgen de Rosario, un calvario del siglo XVII y un lienzo de Lucas Jordán; o la iglesia del convento de Santa Clara.

Mientras, el Hospital de la Magdalena destaca por su portada gótica. Entre los conventos que albergó la villa destacaba el de San Francisco (siglo XIII) convertido en panteón familiar de los duques de Alburquerque.

En los alrededores, a escasos cinco kilómetros se encuentra el santuario de Nuestra Señora del Henar (siglo XVIII), construido en el lugar que, según la tradición, se apareció la Virgen a un pastor. En el interior, el viajero puede contemplar pinturas al fresco de José Micot y el camarín barroco con la imagen de la Virgen.

Dentro de las festividades que celebra se encuentran los encierros de Cuéllar, declarados de Interés Turístico Internacional y considerados los encierros más antiguos de España, con origen en el siglo XIII.

Cuéllar no es la única localidad con reminiscencias exploradoras en América. Lugares con historia como Medellín (Badajoz), que vio nacer a Hernán Cortés, o Castilleja de la Cuesta (Sevilla), donde feneció, son dos buenas alternativas para completar la ruta de los conquistadores por nuestra geografía.

Como lo es también Trujillo, patria chica de Francisco Pizarro y Francisco de Orellana. Y el viajero no puede olvidarse de Jerez de los Caballeros, donde vino a la vida Vasco Núñez de Balboa.

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