Juan Ortega borda el toreo
Julio César Sánchez
La mejor versión del toreo de Juan Ortega resurgió este sábado en Manzanares (Ciudad Real), donde cortó cuatro orejas y salió a hombros junto a Carlos Aranda, que sumó tres en una tarde en la que se doctoró como matador de toros
El doctorado de Carlos Aranda acontecido en la plaza de toros de Manzanares se suma a las alternativas concedidas en este coso manchego, entre las que se pueden citar las de Blanquito, Gabriel de la Casa, Juan José o, más recientemente (en 2013), el también ciudarrealeño Emilio Huertas.
El toro de la alternativa fue de capricho. Bonito, engatillado, bien hecho, y portador de embestidas humilladas y templadas.
Con esos mimbres, Carlos Aranda se lució a la verónica con el capote, meciendo el percal. Alternó manos con la muleta, destacando con ambas, si bien su toreo al natural sobresalió, enroscándoselo con muy buen aire. Cortó una oreja, que podrían haber sido dos de enterrar la espada en su totalidad en lugar de solo la mitad arriba.
El «cierraplaza» anduvo escaso de chispa, aunque sobrado de nobleza. Aranda lo pasó con aseo y compostura, con mayor ajuste al natural y menor con la derecha, sobre todo en el primer tramo del trasteo. La estocada llegó al primer intento y a su esportón fueron dos generosas orejas que le permitieron salir a hombros junto a Juan Ortega.