La grandeza del toreo. John Valencia
(Tendido7 agradece a los fotógrafos que captaron las imágenes del festejo en Gacheta que aparecen en la galería que tiene la plantilla como si fuera de Farley Betanocurt. Mil gracias ) La grandeza del toreo. John Valencia.
John pertenece a una familia dedicada al toreo y ha nutrido de buena savia a las plazas de Colombia y Amèrica con el toreo cómico que por cierto es el origen de nuestra aficiòn a la fiesta con Superlandia, Kaliman, El Empastre, El Bombero Torero, El Chino Torero, los enanitos toreros, etc.
Pero no solo eso sino en el rejoneo con María Alba, gran equitadora y exponente de la mujer a caballo que en Colombia tiene nombre propio: Amina Asis, y toreros como Curro, Manolo y Juan.
John empezò , como era natural, en el toreo còmico vinculado al » viejo » James , luego se hizo novillero y mas tarde matador de toros. Y digo una cosa. El toreo cómico es lo mas serio que hay.
La grandeza del toreo. John Valencia
ALTERNATIVA
Nombre de Pila: Jhon Alexander Valencia Munévar
Nacimiento: Cúcuta – Norte de Santander – Colombia
Fecha de Nacimiento: mayo 4 de 1980
Alternativa: diciembre 26 de 2004
Plaza: Cúcuta – Norte de Santander .
Padrino: Víctor Manuel Blázquez
Testigo: Ramsés.
Ganadería: Sebastián de las Palmas.
Este domingo en Gachetà se presentaron con plaza llena los recortadores que nos devuelven a los principios del toreo y a esas imàgenes de Goya en sus grabados que firmaba el aragonès como «Paco el de los toros «.
La grandeza del toreo. John Valencia
Y John se despojò de su investidura de matador de toros para cambiarla por esa otra no menos digna que es la de recortador ( aparece en la foto en el extremo derecho, vestido de blanco ) para ayudar en la brega como un peròn mas, si se me permite el vocablo.
Geto que lo ennoblece, desde luego.
Pero en una de las suertes, no alcanzò en el vuelo a ganar la linea del novillo y sufriò una cornadita , por fortuna sin consecuencias. Fue intervenido y ya se encuentra en su hogar.
Lo que es significativo es como esa fuerza del espìritu que es el toreo lleva a estos hombres a participar en suertes que no olvida pero por la falta de pràctica ocurren insucesos ( este menos grave ) como el que lo ocurriò al gran John Valencia a quien desde este portal le deseamos pronta recuperaciòn.
La grandeza del toreo. John Valencia
Como anota Cultoro los recortadores son un capìtulo valioso de una fiesta de toros en la que se sublima el valor y la destreza física del hombre y en la que las suertes a cuerpo limpio.
Nos trasladan en la historia hasta los mismos orígenes de la tauromaquia, cuando los saltos, quiebros y carreras, o sea, el toreo con las piernas, aún no había dado paso al toreo de la quietud, el que se ejecuta con los brazos y el que inventó el sur.
John Valencia a quien desde este portal le deseamos pronta recuperaciòn.
Trasladémonos pues a los brumosos principios de la tauromaquia para entender el significado de un espectáculo que vuelve con la fuerza a las plazas en los albores del nuevo milenio.
Viajemos al Aragón del siglo XIV, al Medievo, cuando entre el hombre y la fiera, solo terciaba el instinto de supervivencia y cuando sobre ellos solo planeaba el imperio de lo atlético.
Recordemos que entonces los saltos eran las suertes favoritas de los públicos de Navarra, País Vasco, La Rioja, el norte de Castilla o Aragón, la cuna de la tauromaquia.
La grandeza del toreo. John Valencia
Es precisamente de ese tiempo cuando los cronistas se refieren a esos dos matatoros zaragozanos, uno moro y otro cristiano, que fueron a la Pamplona de 1370 para deleitar a sus gentes con sus recortes contratados por el Rey Carlos II El Malo.
Quizá ellos sean los dos primeros recortadores de la historia, por lo menos los dos de los que existe constancia documental.
Luego han irrumpido en las plazas hombres que realizaron suertes increíbles por pasmosas, seguramente porque el apego a la vida era menor que ahora. Hablan los libros del bizarro Martincho.
El de Eje de los Caballeros (Zaragoza), aquel que inventó el salto con grillos y que inmortalizó Goya en uno de sus aguafuertes –Consistía tal suerte en colocarse frente a toriles sobre una mesa con los pies atados por grilletes.
Cuando acometía la res de salida, el valiente saltaba por encima del toro para caer tras de sus cuartos traseros-.
La grandeza del toreo. John Valencia
También hablan del navarro Juan Apiñani, el que comenzó a saltar con la garrocha, quizá la única suerte que ha llegado viva a nuestro tiempo; o del propio Licenciado de Falces, del que don José de la Tixera, en su obra «Las Fiestas de Toros» (1802), habla así: «Fue imponderable diestro, con singularidad en hacer recortes o cuarteos a los toros.
Los saltaba en la más rápida carrera con mucha facilidad, a todo lo que contribuía principalmente su extraordinaria ligereza».
Seguramente don José de la Tixera quedó maravillado por la gallardía del torero navarro en su salto «al testuz».
La grandeza del toreo. John Valencia
Consistía semejante machada en esperar quieto la embestida de la res para una vez llegada a jurisdicción, y aprovechando su natural humillación, colocar un pie sobre el testuz del animal y aprovechar su la fuerza de su inercia para caer por detrás de sus cuartos traseros.
Alguien, con no poca guasa, dio en llamar a tal salto el de «la eternidad» por el número de toreros anónimos que se debieron dejar la vida en el intento.