Los tres emocionantes victorinos, la reapariciòn de Rafaelillo, un gran toro y Jaen casi llena

Los tres emocionantes victorinos, la reapariciòn de Rafaelillo, un gran toro y Jaen casi llena

Rafaelillo reapareciò ovacionado por el pùblico en Jaen tras casi 600 dìas sin vestirse de luces pues a punto estuvo de perder la vida en Pamplona con, un Miura..

La corrida de Victorino MARTIN resultò emotiva ( nadie perdiò detalle ) con tres buenos toros, el quinto ( el de Rubèn Pinar ) , el tercero de Rafaelillo y el sexto para Lamelas. Gran toro el de Pinar, el mejor, pero los tres fallaron con la espada y el toro del albaceteño se quedò sin la vuelta al ruedo porque el pañuelo azul saliò tarde y ya entraba al patio de arrastre.

«La Verdad» resumiò el festejo al que acudiò don Felipe Negret que fue presidente de la Corporaciòn Taurina de Bogotà , el empresario de Jaen, Alberto Garcìa se refiriò a èl en los mejores tèrminos y dijo que tiene mucho que aprender del caucano para poner a Cali en el lugar de privilegio que tuvo en el escenario mundial del toreo

A la izquierda, don Felipe Negret, a la derecha Ruiz Villasuso y al centro el ganadero Victorino MARTÌN en Jaen

Antes de que saltara el primer toro de la tarde, el del debut de Victorino en el coso de la Alameda, las emociones se agolparon para un Rafaelillo que volvía a vestir de luces después de la gravísima cogida sufrida en Pamplona en julio de 2019. La ovación para el murciano al romper el paseíllo fue de las que ponen la piel de gallina.

En su reencuentro con el toro lanceó con inteligencia y oficio, largando capa a un serio ejemplar cárdeno, que buscaba al final del embroque. Lucieron en banderillas Mora y Mellinas. Brindó Rafael a las mujeres de su vida, su esposa y sus hijas, y tras poder por bajo, enjaretó una serie en redondo de mucho mérito que acabó con el toro haciendo trizas el estaquillador. Entendió a la perfección Rafael la problemática que presentaba el victorino, y le pudo por abajo en dos tandas diestras y otras tantas al natural, firmando un cambio de mano prodigioso en un remate. Pero se le atascó la espada y hasta la cuarta entrada no hundió el acero, perdiendo el trofeo. Saludó una fuerte ovación.

Con el cuarto, un toro al que le faltaron fuerzas para transmitir, tuvo que ponerlo todo el torero. Rafaelillo, que brindó al público, volvió a demostrar su madurez para exprimir al astado en una faena en la que anduvo por la plaza con mucho temple y armonía. Esta vez sí, culminó en una gran estocada que hizo rodar al astado. La mayoritaria petición de oreja fue atendida por la presidencia y Rafael disfrutó de una vuelta al ruedo parsimoniosa.

EL FESTEJO

GanaderíaSeis toros de Victorino Martín (debutaba en esta plaza), bien presentados y desiguales de juego, destacando el quinto.RafaelilloDe azul rey y oro; ovación con saludos y oreja.Rubén PinarDe blanco y plata; silencio en ambos.Alberto LamelasDe lila y oro; oreja y vuelta al ruedo.IncidenciasTarde primaveral. Limitación de aforo, con 2.500 espectadores. Reaparecía Rafaelillo, desde su cogida en pamplona el 14 de julio de 2019. Se guardó un minuto de silencio por las víctimas del coronavirus.

El mejor toro para Pinar

Brindó Rubén Pinar su primero a Rafaelillo. Toro serio, que desarrolló sentido y mucho peligro durante su lidia. Pinar, que estuvo solvente con el capote, abrevió con la muleta. Lo mejor fueron los dos pares de banderillas que colocó Ángel Otero, que saludó. Para compensar, el manchego se llevó el mejor toro de la tarde, el quinto, al que cuajó en una faena de muleta muy intensa, en la que ligó tandas con la diestra de empaque y emoción. Cuando tenía el triunfo en la mano pinchó hasta en tres ocasiones. Hubo quien pidió la vuelta en el arrastre para el toro.

En tercer lugar saltó al ruedo un victorino alegre y bravo, que dio espectáculo en varas y tuvo emoción en las embestidas. Lamelas puso entrega y llegó mucho a los tendidos en dos tandas diestras muy ligadas. Al segundo intento cobró un espadazo que hizo rodar al astado. Una oreja fue su premio. Amplio fue el toro que cerró plaza. Una nueva larga cambiada sirvió para el recibo, seguido de un buen ramillete de verónicas. El piquero David Prados se llevó una de las grandes de la tarde al hacer la suerte de varas con torería. Brindó Lamelas a Rafaelillo su faena de muleta, en la que volvió a estar muy entregado, pero la espada viajó a los sótanos y el palco no atendió la petición.

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