Me vacunaron …Alegría y una contrariedad

Me vacunaron …Alegría y una contrariedad

Es preciso agradecer de corazón al ministerio de salud , a los entes estatales encargados del proceso de vacunación contra el Covid19 pero de manera muy especial a las enfermeras y personal asistente que han sido de un trato gentil, cariñoso y paciente con quienes pasamos esta tarde » la prueba » frente a una pandemia irregular, artera y que solo con esas diferentes vacunas ( Pfizer, Johnson y Johnson , Sinovac , Astrazeneca , entre otras ) , se contrarresta sus efectos perversos ) podemos vivir menos agobiados y quizás lo que nos quede de existencia sin el peso de caer en las redes de ese terrible virus.

Nos explicaron qué nos iban a poner, mostraron el frasquito, etc para darnos tranquilidad a los escépticos ( ya saben que algunos ( as ) insensatos ( as ) e inescrupulosos ( as ) han puesto ( son los menos ) solo la aguja, sin nada ), nos contaron las medidas de seguridad, qué hacer en caso de reacciones ( fiebre, vomito, decaimiento ) , que estuviéramos tranquilos y cuando me tocó el turno me dijo la enfermera : deje el brazo izquierdo relajado, no va a sentir nada y le va a ir bien ,y uno, a estas alturas » muerto del susto «. Todo fue en segundos !!Ya!!! ; quédense media hora en esas sillas y podrán abandonar la sala…No vayan a tomar ninguna pastilla antes de 24 horas pues perderían el efecto de la vacuna, la última recomendación.

Ahora a esperar 21 días para la segunda y 45 más para quedar inmune.

Gracias al gobierno nacional, a los regionales, y a quienes manejan con probidad y propiedad estas benditas y salvadoras vacunas. Gracias mil

LA TRISTEZA…

Una señora mayor . Cuando el chico que atiende detrás del mostrador, le pidió firmar, su hija, apenada, le susurró : ella no sabe leer ni escribir, firmo por ella. Sentado, esperando que me llamen a la sala de vacunación se me escapó una lágrima y pensé que mientras hay un barullo que nadie entiende de las distintas banderías políticas ( si el centro, si los tibios, si la izquierda y si las extremas ),cómo es posible que aun haya compatriotas que no pueden leer ni escribir mientras avanza presuroso este siglo XXI y cada día la tecnología nos facilita abrumadoramente la vida y el hombre logra que un objeto creado por los científicos logre amartizar con una calculada precisión. Ya saben que a menudo se llama a Marte el ‘Planeta rojo’, pues se ve en el cielo como una estrella de color rojo anaranjado. Este color hizo que los antiguos griegos y romanos le pusieran el nombre de su dios de la guerra.

Así que salí del hospital con esa contrariedad . La señora nació y vivió hasta entrada la edad adulta en las montañas de una perdida vereda de Túquerres en Nariño, ese lugar de vario pintos verdes y donde nacieron entre otros Aurelio Arturo, Guillermo Payán Archer, Sergio Elías Ortiz, Ignacio Rodríguez Guerrero, Carlos Bastidas Parrilla, Jorge Verdugo Ponce y Evelio José Rosero.

Creció la señora que hoy fue mi compañera de vacunación con padres que no valoraban el estudio y menos el de las mujeres y desde temprana edad dedicaban horas, días, semanas , años al trabajo de casa entre fogones, leña, carbón , arepas, sopas, mezclas de harinas , especias, arroces, papas, yucas, y aceites de los que nacían deliciosos platos. Por cierto, la cocina era entonces un territorio de las mujeres y los hombres no entraban ( no dejaban entrar. «Hombre en la cocina huele a rila de gallina», que era como un » fuera de aquí ).

La Escuela quedaba muy lejos del hogar , las caminatas eran larguísimas y agotadoras. Asistían los hijos varones y muy pocas mujeres que según las abuelas estaban destinadas al matrimonio y a procrear , no a estudiar.

Me dice uno de los responsables del hospital que lamentablemente son numerosas las personas que llegan con sus parientes o amigos porque no saben firmar y es obligatorio aceptar lo que llaman consentimiento para ser vacunado.

Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH), del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la tasa de analfabetismo registrada el año pasado es de 5,24% lo que equivale a 1.857.000 colombianos; según el Censo Nacional Agropecuario de 2014, el 12,6% de la población de la zona rural es analfabeta . Como podrá advertirse son cifras que a estas alturas están obsoletas.

Por respeto a ella no diré quién es ni dónde vive. Conserva ese dulce dejo nariñense y la unión de sus palabras cantarinas alivia la dureza de una vida plagada de duros momentos que la llegada de los hijos paliaron.

Le pregunto con suavidad y cortesía si quisiera aprender a leer y a escribir a su edad para que vea reflejado su nombre en un cuaderno de hojas blancas : » No sé, a mi edad «, se lamenta . La animo y quedamos de volvernos a ver con el pretexto de que me regale un café.. Bueno, me dice y sus ojos le brillan y aparece por primera vez una sonrisa en ese rostro sin tiempo.

Su hija me cuenta que sus padres le indicaron la importancia de ir a la Escuela y aunque no tiene una carrera académica «porque no había plata para pagar la universidad «, sí hizo el bachillerato pues » mamá me decía : Que no te pase como a mi hijita».

Pasó el tiempo y mi vecina de sillón en la clínica con su tez morena, pelo recogido, blusa amarilla, falda negra, zapatos marrón y u collar discreto anudado al cuello, no puede escribir su nombre, no sabe firmar y no disfruta leer , por ejemplo un fragmento de uno de sus coterráneos mas queridos, Aurelio Arturo, que en «Morada al Sur» nos dejó esta belleza :

En las noches mestizas que subían de la hierba,
jóvenes caballos, sombras curvas, brillantes,
estremecían la tierra con su casco de bronce.
Negras estrellas sonreían en la sombra con dientes de oro.

Después, de entre grandes hojas, salía lento el mundo.
La ancha tierra siempre cubierta con pieles de soles.
(Reyes habían ardido, reinas blancas, blandas,
sepultadas dentro de árboles gemían aún en la espesura).

Estoy contento con la vacuna pero me entristece que la señora que conocí esta tarde y miles como ella y ellos de todas las edades en mi país, tierra de ilustres letrados, no goce del placer de escribir y de leer.

Y me acuerdo de las Misiones Pedagógicas que nacieron con la Segunda República Española que acondicionarla a nuestro medio pudiera ser un buen propósito nacional. Esta última, en España, respondía a la vieja idea de Francisco Giner de los Ríos: mandar los mejores maestros a las peores escuelas. Pretendía que hasta las poblaciones rurales más aisladas dispusieran de cine, teatro, libros, música. En este empeño colaboraron poetas, escritores, filósofos e intelectuales: Antonio Machado, Luis Cernuda, Rafael Dieste y María Zambrano, entre otros.

Mucho tenemos que hacer y no es un exceso pedir menos ruido de quienes quieren llegar al solio de los presidentes de Colombia. No sé para qué sino resolvemos esos ancestrales problemas en el campo educativo que en esta posmodernidad aun tenemos demasiados connacionales que viven a oscuras de la belleza de leer : » La A de mamá, la E de enano, la I de iglesia, la o de oveja , la U de Uva «.

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