Morante vuelve a estremecer a Sevilla; Manzanares «revive» , deja 5 naturales para enmarcar y Talavante despierta emociones
Morante, ovación en el primero (bis), y oreja en el cuarto.
Oreja para Manzanares en el segundo de la tarde; ovación en el quinto.
Sin premio para Talavante en el tercero, y una oreja en el sexto de la tarde.
Y LA COGIDA AL BANDERILLERO JAVIER AMBEL QUE FUE DRAMÁTICA PERO SIN GRAVES CONSECUENCIAS.
La fotografía es cortesía de Antonio Pizarro del Diario de Sevilla

PARTE MEDICO
Herida por asta de toro en el compartimento anterior del muslo derecho suprafascial con trayectoria anterior ascendente entre recto anterior y vasto interno con scalp de 30 cm. sin afectación de estructuras vasculares. Pulso femoral, poplíteo y distales conservados. Se procede a lavado quirúrgico, hemostasia correcta, colocación de drenaje y cierre por planos bajo raqui anestesia. Asimismo contusión costal y cervical. Se traslada a Hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz de Sevilla. Pronóstico menos grave. Firmado: Dr. Octavio Mulet Zayas.
El primer toro de Morante fue devuelto por invalidez y el primer sobrero le ha permitido construir una faena con muletazos de enorme calidad. Los naturales y el de pecho y el forzado, impecables.
El toro, a mas, fijo. El colorao de García Jiménez le ha facilitado al torero ligar lo pases…Y un derechazo de cartel. Cómo acompaña, cómo torea al compás. Y esas » gracias » de Morante con molinetes a la manera de El Gallo.
El pitón derecho es mas potable. Por el izquierdo, repone pero el de La Puebla insiste y vino una tanda de naturales templados, largos. A la faena le ha faltado por ponerle una pega, limpieza y es que el toro se ha venido a menos. Pero ahí está esa muleta sabia…Sin embargo el toro ha bajado en su empuje…
Qué pase de pecho ya al final del trasteo. Vino otra delicia, un trincherazo. Y un desplante.
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No era fácil la faena porque los pases tenían que ser a media altura.
El primer toro de Manzanares. «Zarabando» 511 kilos. Colorao.
El colega Antonio Muñoz nos hace el relato de una tarde de muchos detalles
Había un gran runrún en los aledaños de la plaza de la Maestranza con la corrida de Matilla. Las reses de Hnos. García Jiménez llegaron por la mañana en el sorteo con un escaso trapío e indigno de una plaza de esta categoría. Pero como de toros no saben ni las vacas, los animales demostraron grandes virtudes, con movilidad y algunos de ellos, con las orejas puestas, especialmente el lote de Manzanares que fue de Puerta del Príncipe. Vaya regalo le tenía preparado su apoderado y ganadero Antonio Matilla.
Tardará tiempo en salirse un lote tan toreable a Manzanares como le tocó en suerte este lunes de pescaíto. Si bueno fue su primero, mejor sería el quinto toro de la tarde, con una tremenda bravura y casta. El toro Frangeado no paró de embestir desde que salió.
Espeluznante cornada al banderillero Javier Ambel en la Maestranza
Con la muleta llegó la mejor obra de toda la tarde. El alicantino disfrutó toreando a placer con la diestra y al natural con despaciosidad y siempre arrastrando la muleta hasta detrás de la cintura. Un temple exquisito que hizo recordar al mejor Manzanares de hace diez años.
Se sucedieron los muletazos ligando con el cuerpo erguido y solo giraba la muñeca. Si Frangeado fue bueno por el derecho, por el pitón izquierdo dejó excelentes embestidas, las mejores de lo que llevamos de feria. Acudía a la muleta de forma profunda y al ralentí que Manzanares lo cuajó. Se le vio algo fatigado en las últimas tandas, algo que imposibilitó que la faena eclosionara aún más. Pinchó ese toro y se le esfumaron todas las opciones de Puerta del Príncipe.

Antes, recibió Manzanares al segundo toro de la tarde de nombre Zarabando. El alicantino movió con suavidad los brazos con el capote para ganarse los aplausos del respetable. En banderillas no se lo puso fácil a Juan José Trujillo colocándole los pitones en la barriga.
El diestro comenzó su actuación con la mano diestra. Rápidamente vio que ese era el pitón bueno, el que tenía la llave del triunfo. La primera tanda fue de mucha calidad: muletazos profundos y girando en torno al toro. La banda comenzó a sonar para amenizar la faena del alicantino que tanto añoraba Sevilla.
Zarabando tuvo nobleza, fijeza y mucha humillación por ambos pitones. Con la mano izquierda bajó el nivel porque el toro pedía mucha suavidad y engancharlo desde delante. De forma inteligente, el diestro le puso fibra y la garra que atesora a la obra para sacarle la mejor tanda de la faena, rematado con un molinete y un pase de pecho a la hombrera contraria, recordando a las épocas pasadas en el albero maestrante. Firmó una gran estocada que le permitió cortar la primera oreja de la tarde.

El compromiso de Morante con la tarde
Regresaba Morante de la Puebla tras la tarde histórica del pasado 1 de mayo. Sevilla lo recibió con una sonora ovación y José Antonio lo agradeció con una tímida reverencia: “Gracias, gracias y gracias” expresó con la mano en el pecho y se metió en el burladero. No quiso mayor protagonismo. Las cosas de los genios.
Las dos faenas fueron muy similares en cuanto a las estructuras de las faenas. No fueron obras cumbres como el pasado jueves pero dejaron detalles de gran calidad ante los toros de Matilla.

En el cuarto de la tarde, Morante recibió a Derribado, un toro pequeño y bajo, indigno de la plaza de la Maestranza, que se llevó pitos desde la salida de los chiqueros. 509 kilos anunciaba el cartel. Los aficionados no se lo creyeron o la báscula estaba errónea. Lo pareó con mucha calidad el portugués Joao Ferreira.
Con la muleta, el genio de la Puebla volvió a estar por encima de su oponente a pesar de mostrarle complicaciones: mucho genio y poca humillación. Se lo pasó muy cerca, con mucha hondura en los muletazos y un empaque que tiene enamorada a la afición de Sevilla. Destacaron varias tandas con la mano diestra y dos naturales sueltos que fueron una auténtica delicia. La legión del “nuevo Papa del toreo” volvió a disfrutar con el arte que desprende el cigarrero por la plaza, hasta le jaleaban sus desplantes y su caminar mirando a los tendidos. Terminó con un abaniqueo y observando al público del tendido 3. La gente enloqueció con ese desplante. Estocada en el rincón de Ordóñez que le sirvió para cortar una oreja.
Antes en su primero, recibió a Aguileño, tras ser devuelto el primer toro de la tarde por falta de fuerzas. Tampoco estuvo sobrado su suplente, pero por lo menos, el animal no se cayó en los primeros tercios. Morante comenzó su faena por estatuarios pegado a las tablas, como si la cosa no fuera con él, con mucha naturalidad y despaciosidad, que remató con un excelente pase de la firma.

Los mejores momentos llegaron en la primera tanda con la mano diestra que ligó al toro de García Jiménez con cinco derechazos y un pase de pecho profundo. A partir de ahí, el toro se apagó y protestó cada vez que pasaba cerca del diestro. Acabó con la taleguilla llena de sangre. Al natural no pudo lucirse, el animal echaba la cara alta y la faena se diluyó con varios enganchones. Regresó a la mano diestra y le sacó una tanda meritoria antes de ir a por la espada. Lo pinchó y se llevó una sonrisa ovación. Buena actuación en la que mostró su compromiso durante toda la tarde.
La magia de Talavante
Eran las 21.30 de la noche, cuando el público comenzó a levantarse de sus asientos para acudir a sus tradicionales cenas de pescaíto. Talavante se fue de rodillas con la muleta para darle un cambiado por la espalda. El extremeño se quería quitar el mal sabor de su primero.
Fue una faena llena de inspiración con cambios de manos al ralentí, pases de pecho a la hombrera contraria y naturales en redondo. El mago se inventó la faena al último toro de la corrida con una labor llena de magia y de improvisación.
Finalizó con unas luquecinas en las tablas y un desplante de rodillas para levantar al público de sus asientos al grito de “Torero, torero”. Una legión de partidarios pidió las dos orejas con fuerza y el presidente otorgó una con acierto.
Antes, en el tercero de la tarde se vivieron momentos de temor entre los aficionados. La cogida a Javier Ambel en el tercio de banderillas fue espeluznante con un grito aterrador en la plaza. Si en la primera ocasión colocó los palos con calidad, en la segunda el animal le esperó y lo enganchó por el muslo derecho propinándole una cornada. La dirección era cercana al triángulo de escarpa y a la femoral. Se temió lo peor. Rápidamente, el extremeño tuvo que ser trasladado a la enfermería con el corazón encogido de los aficionados.
Talavante no estuvo a la altura de este tercero, con el susto aún en el cuerpo de su banderillero. El animal embistió bien por el derecho con cierta movilidad y humillación. Dio un arsenal de pases en línea y sin ninguna emoción que perdieron la atención del respetable.
FOTOS DE DIEGO ALAIS PARA TENDIDO7







MANZANARES, UNO DE LOS CINCO NATURALES QUE BRILLARON EN EL ALBERO DE LA MAESTRANZA





