5 toros de Juan Pedro para olvidar en Las Ventas
( la imagen que abre esta nota es elocuente )
Cinco toros decepcionantes, el quinto con algunas opciones.El sexto, aburridor. Juan Pedro Domecq no levanta cabeza en Madrid y el ganadero es el primero en saberlo. En la imagen de movistar, el camarografo logra captar al criador en el callejón con la mano izquierda en la cabeza en un gesto de decepción impresionante en tarde de lleno absoluto.
Al ganadero le gustaron el tercero y el quinto y a los otros les faltó bravura y es preciso, seguir trabajando, le dice a Alfonso Santiago el criador
La primera FOTO DE la corrida es la llegada de Morante y su cuadrilla en un carruaje tirado por caballos desde el hotel Wellington a LAS VENTAS, imagen que era corriente hasta las dos primeras décadas del siglo XX. Dicen que el carruaje era de ‘La Chata’, la infanta hermana del rey Alfonso XII, según cuenta El Cossío en redes sociales.
Tres artistas con el toro artista.
Morante, Juan Ortega y Pablo Aguado lidian un encierro de esa señera casa ganadera hoy cuestionada y censurada por los recalcitrantes.
Bueno, sale el primer toro, Faccioso, el mas pesado del encierro con 592 kilos, negro, listón, chorreado para Morante.
Deja un par de lance, incluido éste remate
El toro, en principio, no humilla. Intenta hacerse a la embestida y deja uno por abajo a manera de doblón.. Y lo lleva más allá de la segunda raya. El izquierdo parece ser el mejor pitón pero intempestivamente una ráfaga de viento provoca el desarme. En el primer muletazo, el toro echa la cara arriba, es un derrote seco. Por lo que se ve ésto no pasará de ahí, el torero no está cómodo y » se acabó «. Así es. Con todas las precauciones cumple con la suerte suprema. Bueno, cumple a medias…
Tendencioso, 524 kilos, castaño,bajo, buena expresión, para Juan Ortega.
5 verónicas y la media, jaleadas.
El quite de Ortega no resulta eficaz porque el toro » viene al paso», con un trotecito cochinero incómodo.
El toro comienza a colarse y la tranquilidad del torero hace que » las cosas » no empeoren pues el peligro del toro con sus tornillazos adosado de derrotes, es » de aquí te espero» como solía decir mi admirado Luis Galindo que en paz esté.
Se dobla con él y en la siguiente imagen un bello momento de Ortega. Y poco más
Nada más.
Malhechor, 538 kilos, negro salpicado burraco, bajo, abierto de pitones, sin cuello para Aguado.
Mario Benitez » ha pegao» dos buenos puyazos.
Otro dejando tornillazos de peligro.
Se dobla para ahormar la embestida…Nos deja estas tres imágenes, además, pero pasó sin que pasara nada.
Pero el toro deslucido y con peligro no brinda opciones y el torero no acierta con la espada.
El cuarto, un marmolillo de nombre religioso, Pontífice, con 541 kilos, nada de nada.
Un espectador lanza una almohadilla y piden a la autoridad que saquen de la plaza al maleducado
Sabalero 5356 kilos, negro, bajo, bien proporcionado para Ortega..
Quite prolongado de Ortega por chicuelinas
Con la muleta aparece el viento y la tanda resulta descafeinada.
Con la izquierda, hay un mejor hacer con buenos momentos pero sin lograr las cotas de excelencia.
No hay remate de la faena pero sí instantes por la calidad del torero que aprovecha las escasas condiciones del toro. Se muestra a un Ortega en su mejor faceta sevillana de concebir el toreo.
Pinchazo y estocada.
Loquillo 570 kilos, negro, bastito, para el cierre con Pablo Aguado
Saca al toro a la segunda raya por suavecitos y largos doblones.Intenta Aguado pero el toro se va quedando corto, no humilla, no pasa. Con esa embestida tan sosa y cancina del toro es de destacar el interés por agradar del sevillano. Medias arrancadas, es de uno en uno por el pitón izquierdo y nunca llega la emoción al tendido.
RESUMEN
Morante, Pitos al torero y al toro, ybronca
Juan Ortega, silenciado, y palmas
Pablo Aguado, silencio en los dos y un aviso
ENCASTE
El fundador de esta estirpe de ganaderos, Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, compró a principios de 1930 la ganadería del Duque de Veragua a Manuel Martín Alonso, quien se había hecho con el hierro ducal dos años antes. Juan Pedro hizo caso de las recomendaciones que le dio el también ganadero Ramón Mora Figueroa y entre 1930 y 1931 adquirió al Conde de la Corte cuatro sementales, Llorón, Carabello, Chucero y Bodeguero, así como dos puntas de vacas. Tras el fallecimiento del fundador, en 1937, se encargó de la ganadería su hijo, Juan Pedro Domecq y Díez, quien añadió reses de Mora Figueroa, con sangre Conde de la Corte y García Pedrajas, ambas de origen Parladé. Todos los especialistas consideran que el señor Domecq Díez consiguió crear un encaste propio, depurando y mejorando el concepto de bravura.
Los toros de este encaste suelen ser bajos de agujas, finos de piel y de proporciones armoniosas. Las encornaduras tienen un desarrollo medio, pudiendo crecer en forma de gancho o gatillo (engatillados). El cuello es largo y descolgado, el morrillo bien desarrollado y no tanto la papada. Los pelos predominantes son negros, colorados, castaños y tostados. Pueden aparecer los jaboneros y ensabanados por la influencia de la casta vazqueña. En cuanto al comportamiento, este encaste conserva la cualidad de ir a más. Se arranca pronto y lo hace galopando, con alegría y fijeza en los trastos de torear.