Murió Rafael Báez . Fue el eterno apoderado de Eloy Cavazos
( En la imagen, El matador Eloy Cavazos saluda a su apoderado Rafael Baez y observa la escena nuestro compañero Juan Antonio de Labra )
Con sudor, trabajo y mucha entrega, el apoderado logró que el guadalupense forjara su propia historia en los ruedos pese a las críticas de algunos sectores
Hay quienes en contra sentido a sus declaraciones, ven a don Rafael Báez como uno de los responsables de las cosas turbias que ocurren en el manejo de la fiesta de los toros. Pero don Rafa, ya en el reino de los justos, al mismo tiempo que su torero, nada tuvo que ver en el manejo de la fiesta actual.
Lo cierto es que, como una figura del apoderamiento mundial, dedicado exclusivamente al manejo de su torero, don Rafa tuvo que lidiar con ese estigma que le fue otorgado por las ‘lenguas fáciles’ de toreros y apoderados, que taurinamente en los ruedos jamás pudieron superar lo hecho por el diestro.
Como ejemplo se dice que José Flores Cámara procuraba ofrecerle las mejores condiciones a su torero y en la charla, don Rafa expresó algún día : “Así es, así me lo enseñó él y don Andrés Gago y Domingo Dominguín, yo por eso tengo esa escuela… escuela de figurones. Había que cuidar al matador en todo lo que se pudiera… todo lo que se pudiera imponer.
“A mí me reclamaban que le echaba al matador (Eloy) todas las corridas bonitas. ¿Por qué le echas al matador todas las corridas bonitas? Porque lo cuido y no se lo hecho a él solo, los seis (toros) vienen iguales, que los demás no los aprovechen, esa es su bronca. Pero yo las corridas que toreaba Eloy, que a él le gusten y si a mí me gustaban, a él también.
“De principio, para abrirse camino mató corridas feas… ya de figura ¿las tiene que seguir toreando para darle gusto a tres señores? No señor, a las figuras les exigen ¿y cómo pueden responder si no tienes toros?, por eso tienes que imponer lo que a ti te guste, buenas procedencias y si lo puedes hacer entonces, ¿por qué no hacerlo? Se trata de cuidar. Se le cuida hasta donde se le puede, ya dentro del ruedo, eso ya es otra cosa, eso ya es bronca de él”, señala.
“Había que cuidarlo todo, por ejemplo en las cuadrillas cuando entró su hermano David yo le dije: ‘aquí no hay hermanos, aquí funcionas o te vas’ y funcionó como el mejor. Y yo estaba muy tranquilo, porque él protegía al torero, que además era su hermano. Él se ganó su puesto. Y el que no funcionaba, órale, a cambiarlo”.
Pero en el largo peregrinar que significó para don Rafael su carrera de apoderamiento, tuvo que lidiar con todo y contra todos, con tal de convertir a aquel inocente chavalillo al que tuvo que formar socialmente como persona, hasta convertirlo en un monstruo del toreo mundial.
Pero desde el principio, cuando el chavalillo comenzó a despuntar, el apoderado reconoce que tuvo que enfrentar a gente que quiso tomar el poder del torero: “Sí… e inclusive a su propio padre ‘Torín’, que era un gran hombre al que quise mucho, no voy a nombrar a las personas que le ofrecieron $300,000 pesos de aquella época y nosotros todavía no teníamos nada… ya habían dejado la plaza, pero aún no vivían en la casa que Eloy les regalaría, vivían en una privada y luego, luego, le tocó la alternativa y le ofrecieron ese dinero a don Héctor.
“Y era un dineral, que sin tener un papel firmado conmigo, porque yo nunca firmé un papel con Eloy, don Héctor siempre me tuvo mucha confianza y siempre me trató muy bien. Apenas acabamos de tomar la alternativa cuando le ofrecieron los $300,000 pesos, yo no intervine, yo lo acompañé con esos señores que le habían ofrecido ese dinero y me quedé afuera, porque ellos querían hablar sólo con él.
“Duró como una hora con ellos y ya salió don Héctor de la casa de donde vivían estas personas, en México, y me dijo: ‘vamos Rafaelito’, y nos fuimos y yo no le pregunté nada, pero antes de llegar a la casa me dijo: ‘párese Rafaelito’ y me dijo, ‘¿para qué cree que me llamaron?’… ‘No tengo ni idea’, le dije, ‘me imagino que querrán firmar alguna exclusiva o alguna cosa, pero no sé don Héctor’.
“‘Le voy a contar, llegué, entré, me dijeron que usted… que esto, y que lo otro, que pa’ allá que pa’ acá y lo peor, yo nunca había visto $30,000 pesos juntos, y me ofrecieron $300,000’… ‘¡ay, don Héctor!’, le dije, ‘¿y por qué no los agarró?’
“‘No Rafaelito, yo a usted le entregué a mi hijo y usted me responde por él. Yo les dije que yo no era el apoderado de Eloy, que el apoderado de Eloy era usted, que yo era su papá, pero yo no era el apoderado de Eloy, que nosotros hacíamos lo que usted dijera’…
Y don Rafa, consciente de la situación de la familia, le dijo: “oiga don Héctor, pero es que ese dinero les pudo haber servido mucho” y él le respondió: ‘No, ya habrá, usted no se preocupe, ahorita la estamos pasando mal, pero ya habrá, usted sígale metiendo el hombro a Eloy, no me lo suelte y cuente conmigo para lo que sea y olvídese de que esto ha pasado’.
“‘Hombre, don Héctor, usted no sabe cómo se lo agradezco, usted no sabe ni quién soy yo, ni a qué vengo, ni si yo lo voy a robar’, a lo que él me respondió: ‘¡No hombre!, usted no puede robar a mi hijo, usted lo quiere mucho, así que nada, hacia adelante, usted es el que dice y decide qué hacer. Lo que usted considere, lo que mejor le convenga a mi hijo eso es lo que se hace’… Y don Héctor jamás intervino. Me tenía una confianza ciega”, recuerda don Rafael.
“Y es que cuando vine a conocer a Monterrey a la familia del matador, ahí me acordé de mi vida de pequeño, porque también aquello no era pobreza, aquello era miseria. Cuando llegué yo aquí, yo no los conocía y que voy viendo aquello… era para llorar y yo ahí me juré que lo tenía que levantar, yo mismo me lo juré de que yo tenía levantar, que sacarlos a todos, yo no sé cómo, pero eso tenía que cambiar, eso no era justo… y desde ahí, don Héctor, no sólo me entregó a su hijo, sino toda su confianza y por eso, nunca firmamos un papel.
“Bueno, sólo una vez”, corrige el apoderado, “una ocasión se hizo un poder, porque necesitaba ese documento para ir a España, pero eso fue porque lo exigía la Embajada Española, un documento firmado por los padres y por él, para poder trabajar en España como apoderado, pero en esa época que yo te digo, yo no tenía nada.
“Luego de aquel episodio con don Héctor, estas personas le quisieron ‘lavar el coco’ a Eloy por tres años, pero Eloy le ‘lava el coco’ a cualquiera”, señala el apoderado con una espontánea carcajada, pero reconociendo que luego, durante su temporada española, tuvo que lidiar con el mismo interés de otros apoderados por su torero.
“Lo querían los ‘Dominguínes’ en España, yo tenía un contrato con ellos, fuimos a torear en Bogotá y lo querían en España, tuvimos un contrato de 30 corridas de toros en dos años y nos cumplieron. En aquella época ellos eran una casa de apoderamiento muy fuerte y Eloy se hizo muy amigo de Luis Miguel Dominguín.
“Se lo llevaban don Pepe y don Domingo todo el día y ya en la noche Eloy me contaba: ‘¿qué cree?… no me lo decían a mí, pero lo decían para que yo oyera, ‘fíjate que Rafa no quiere hablar con Javier Garfias para contratar a Eloy… ¿tú, qué dices Eloy?… ¿de qué…? yo no estaba oyendo… yo andaba viendo el álbum’” y cuando me platicaba Eloy… yo le decía a él… ‘Tú no digas ni sí, ni no… tu nomás hazte menso’.
“¡Qué difícil…! Cuando Eloy ya estaba caminando, yo me decía: ‘ya quiero que sea figura, porque siendo figura ya no voy a estar haciendo antesalas… el que quiera contratar a Eloy, que me hable’. Voy a estar tranquilo en mi casa… y… ¡qué va!, ahí, cuando alcanzó el estatus de figura del toreo era cuando más tenía que quitarme los golpes, pero fuertes, porque te querían atropellar por todos lados. Yo que pensaba que iba a estar tranquilo cuando fuera figura del toreo, pero todo mundo se lo quería llevar, entonces había que defenderlo. No paraba”, reconoce don Rafa.
“Ha sido descubrir cada vez más dificultades, el único que no me daba problemas era Eloy con el toro. Ahí no había problema. Ahí siempre yo anduve con una seguridad tremenda, Eloy ha sido un titán. Eloy ha sido un fuera de serie, yo con el respeto que me merecen todos los toreros, Silverio, Garza, El Soldado, yo los reconozco y los respeto, pero para mí, Eloy ha sido el mejor torero de los últimos 20 años en la historia de México.
“Yo no he visto en la historia un torero tan profesional, con tanto pegue para llegar a ser lo que fue y me da coraje que no quieran reconocerlo, porque mucha gente en México no lo quiere reconocer. Lo primero que quieren hacer es compararlo con otros, no lo comparen con nadie. Eloy ha sido un fuera de serie. Si te gusta o no te gusta como torero, eso es otra cosa, pero Eloy ha sido un figurón mundial del toreo, que muy pocos toreros mexicanos lo han sido aquí.
“En España, en Madrid, seis orejas en Madrid, todas las corridas de España saliendo en hombros, a Portugal, a Francia, en América del sur, todas en hombros, en Venezuela es un ídolo. ¿Por qué no se lo reconocen?, ¿por qué se lo regatean? ¿Por qué los mexicanos no levantan a sus ídolos?”, se cuestiona don Rafa.
“Es más, al contrario, cuando Jacobo Zabludovsky se comenzó a meter con él, acusándolo que despuntaba a los toros, Eloy me dijo: ‘¿por qué se meten conmigo los de la televisión?’, pues es que quieren se transmitan (por televisión) gratis, sin que cobremos los derechos de televisión.
“Nos traían asados, nos hicieron ver la suerte e iban a todos los pueblos donde toreábamos a tomar (filmar) los pitones de los toros, porque nosotros los arreglábamos y no sé qué más decían. Qué cosa tan desagradable, era una persecución como si fuéramos bandidos. Hasta que hablé con Eloy y le digo… ‘¿qué hacemos…? pues una plaza donde no puede existir la menor duda de eso es Madrid…. Eloy, le dije, tienes 40 años, yo no quiero ir a Madrid… ‘pues la única forma de parar esta campaña de desprestigio es ir a Madrid y tú eres amigo de los Lozano’, me dijo.
“‘A ti no te dicen que no’, pero yo no quería ponerlo, era exponerlo a Madrid y me resistía hasta que un día llegó y agarró el teléfono y me lo puso: ‘háblale a tu amigo José Luis… si no tienes valor para hacerlo… yo le hablo’. Tampoco te pongas así en ese plan, le dije, y hable con José Luis, quien le dio mucho gusto de escucharme pues estuvimos tres años juntos en España, ellos apoderaban a Palomo Linares y yo a Eloy, entonces nos veíamos todos los días.
“Entonces me dijo José Luis: ‘¿qué quieres mano?’. Necesito un par de corridas. ‘Eso ya está, con una condición: de que te vengas a comer conmigo esta semana y aquí vemos qué corridas le ponemos y qué carteles le ponemos. Tú agarra el avión y te vienes’. Y ahí voy, por dos corridas de toros a Madrid.
“Pues bueno, ya fuimos y en la primera corrida nos tocó un juez de los que no quieren a los toreros, de esos que no aprecian nada y el público pidiendo las orejas y el juez no nos las quiso dar. En la segunda, el primer toro muy mal, pero al segundo le forma un tango Eloy y cuando le entra a matar, el toro le quita la muleta del ganafoñazo y le cae de lado y encima de la espada, pero estaba tan bien colocada que se echa el toro… después me hice amigo del juez y me dijo, ‘fíjate, tenía los dos pañuelos en las manos para darle las orejas, pero como no entró toda la espada, solo media estocada, no podía dar las dos orejas y por eso le di una’.
“Ya con esa oreja, Manolo Chopera me dijo: ‘Rafa, ¿qué vas a hacer… quieres más corridas aquí? Nosotros vinimos a torear esto y esta misma semana nos regresamos. Ya la Cigarrera tenía una comida con la prensa y nos regresamos con la oreja y Eloy la enseña y dice ‘aquí está la oreja de Madrid y ahí también se deben de arreglar los toros según Zabludovsky…’ Le pegaron una ovación todos los periodistas… pero la verdad es que nos traían locos con su campaña en contra de Eloy…. Qué difícil es todo esto de verdad. Yo sufría mucho”.
FRASES
“De principio, para abrirse camino (Eloy Cavazos) mató corridas feas… ya de figura ¿las tiene que seguir toreando para darle gusto a tres señores? No señor, a las figuras les exigen”
“Cuando llegué yo aquí (a Monterrey, a la casa del matador), yo no los conocía y que voy viendo aquello… una miseria, era para llorar y yo ahí me juré que lo tenía que levantar”
“Eloy ha sido un fuera de serie. Si te gusta o no te gusta como torero, eso es otra cosa, pero Eloy ha sido un figurón mundial del toreo, que muy pocos toreros mexicanos lo han sido aquí”
Don Rafael Báez Patiño
Apoderado de toros en el retiro. Ha partido