Murió Ricardo de Fabra ,llevó a la enfermería al agonizante «Paquirri» en Pozoblanco justo hace 39 años
El torero Ricardo de Fabra ha fallecido en su domicilio a los 78 años a causa de una enfermedad. Su entierro será mañana a las 11 horas en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Torrent. El diestro nació el 17 de septiembre de 1945 en Alcàsser y tuvo importantes triunfos de novillero con picadores en la plaza de toros de València, motivos por los que tomó la alternativa en el ruedo de la calle Xàtiva. Fabra recibió los trastos de manos de Julio Aparicio y tuvo de testigo a Diego Puerta antes de estoquear a “Rondeño”, el toro de la ceremonia, marcado con el número 44 y con un peso de 466 kilos que perteneció a la divisa de Francisco Galache, nos cuenta el Mercantil.
El valenciano, según cuenta Recorte -crítico taurino de Levante-EMV en aquella época-, “no desentonó al lado de los veteranos maestros y demostró, un vez más, que quiere ser torero” (…) “Se mostró extraordinariamente valiente y con un derroche de voluntad en su afán de conquistar el triunfo” (…) “Fabra muleteó sobre la derecha, consiguiendo pases excelentes que se aplaudieron. Siguió muy valiente intercalando giraldillas, desplante también de rodillas en medio del entusiasmo del público y al son de la música”.
Fabra se presentó como matador en las principales ferias de España y confirmó su alternativa en la Feria de san Isidro con el toro “Araño” de Benítez Cubero. José Manuel Inchausti, “Tinín”, fue el padrino y “Paquirri” actuó como testigo de la ceremonia.
FABRA CARGÓ EN BRAZOS A PAQUIRRI EN POZOBLANCO, CORDOBA HACE 39 AÑOS
Se da la circunstancia de que Ricardo de Fabra se encontraba aquella fatídica tarde en Pozoblanco acompañando a su paisano Vicente Ruiz “El Soro”.
Él fue uno de los que saltó al ruedo, vestido de paisano, y uno de los primeros que llegó para socorrer al compañero herido, al que fue testigo de su confirmación de alternativa en Madrid, y uno de los que lo llevó en brazos hasta la enfermería. En sus muchas entrevistas, el torero valenciano siempre recordó aquella tarde como una de las más tristes de su vida, lo contó «El Soro»