Razón tendrá Simón Casas. El toreo de cabeza. Rubén Pinar califica de H. de P a quienes critican su indulto de un Victorino… Ahora se arrepiente del insulto
Rubén Pinar riza el rizo: «Sois unos hijos… Quienes habéis criticado el indulto de «Muralista» de Victorino en Villanueva del Arzobispo». Bueno, pues al albaceteño se le fueron las luces toreando y hablando (que es gerundio).
Apenas hace unas horas Simón Casas advertía que el barco de la fiesta se hunde si no se adoptan medidas urgentes entre todos los estamentos para salvarla del colapso pues, digo, en estado terminal se encuentra.
Rubén Pinar se ha dado cuenta de «la metida de pata» y presenta excusas. Describe su improntus como «un mal momento». El daño ya está hecho pero se agradece el arrepentimiento.
SIMÓN CASAS APUNTA LA TRAGEDIA DE LA FIESTA
Y agrega el productor francés:
«Es indudable que si no reaccionamos con inteligencia y cordura, todo el mundo, para dialogar con sinceridad y transparencia, para encontrar una solución, la Fiesta está en peligro. Es un espectáculo muy caro y no se puede sostener sin una economía coherente. Todos estamos en el mismo barco, y la única manera de que pueda flotar, es dialogar entre todas las partes con inteligencia, con sinceridad. Le pido a la prensa que sea también más positiva, porque cuando se puede hundir el barco del toreo, debemos apoyarlo más que nunca».
Muy enigmático, Castella apuntaba su molestia con la televisión que difundió su mano a mano (insulso por lo demás en lo taurino) con Perera este domingo en Nimes. «Estoy molesto… Esto tiene que cambiar, hay que hacer una reestructuración», dijo al final de la corrida al micrófono de movistar de un estupefacto David Casas.
Los banderilleros no trabajan con regularidad por la escasez de oportunidades, no les pagan bien a las cuadrillas, el gobierno desoye el clamor de los profesionales y los empresarios tienen que dar festejos con un escaso numero de espectadores por previsiones sanitarias comprensibles.
Las grandes ferias se perdieron: ni Madrid, ni Sevilla, ni Logroño ni Albacete, ni Valladolid, ni Pamplona, ni Valencia, ni Zaragoza, ni Málaga, las liquidaciones al final de temporada son de ruina y mas en estos tiempos con la pandemia.
Se cobra y se paga muchas veces por debajo de lo estipulado y se critica el tipo de toro que se lidia en las plazas. En lo interno uno diría para emplear un símil muy de moda que «en el toreo hay desgobierno».
Manolo Molés reflexiona: Hemos tenido muchas cosas a la contra.
¿Dónde está el problema grave? ¿En la salud, en los permisos, en no ganar dinero? Algo también tendrán que ver los políticos y es otro problema.
En Francia las plazas grandes como Dax, Arles y Nimes dieron toros y una feria con la dimensión de los años de vino y rosas. Lo mismo que cuando teníamos sonrisas sin lágrimas.
Y lo de los políticos, es verdad, fue aquí un freno fuerte. Basta recordar cómo cayó Alcalá de Henares o Aranjuez, entre otros muchos, cuando al mismo tiempo se llenaban locales para la música o Coliseos Romanos con la gente codo a codo.
El problema, digo, está en nosotros los que componemos este variopinto mundo que llamamos el toreo. De momento no hay o no se ve o no aparecen las salidas razonables a la crisis.