De 505 kilos de peso era el primero de la tarde, animal que no se dejó con el capote a pesar de que se intentó estirar a la verónica Morante de la Puebla. Sin pena ni gloria pasó el tercio de varas, tras el que intentó ejecutar un quite José Antonio, pero tenía poca codicia y echaba la cara arriba el de Cuvillo. Cumplieron en banderillas Lili y Sánchez Araujo. Y, muleta en mano, Morante dejó perlas de torería y estuvo muy bien con un noble animal, que se desplazaba sin más. Tiró del soso astado, dejando un inicio de faena con unos ayudados con gracia, con esa expresión que le caracteriza. Y luego dejó series por el pitón derecho, siempre intentando alargar la embestida del animal. También anduvo bien a zurdas, dejando naturales de sello propio. Dejó un pinchazo y una estocada tendida, suficiente para que cayese. Oreja,no cuenta «El Muletazo».

Salió con fuerza el segundo, al que saludó con solvencia Paco Ureña a la verónica, además de una media de buen trazo. Un puyazo recibió en el sitio por parte de Pedro Iturralde, tras el cual quitó por sublimes chicuelinas. Cumplieron en banderillas Agustín de Espartinas y Azuquita. Y dos orejas paseó Paco Ureña de un animal que brindó al cielo -suponemos que al carnicero fallecido- y al equipo médico. A destacar los estatuarios de inicio de faena, en un prólogo en el que Ureña siempre ha querido buscar la rotundidad y la conexión con el público. Ha intentado siempre hacerse con la embestida del de Cuvillo, animal noble pero que protestaba; y tras ello selló tandas rotundas por la mano derecha, siempre en el sitio e intentando torear puro. Al final de la faena, se metió entre los pitones, jugándosela a carta cabal. Tras pinchazo y estocada caída, cortó dos orejas.

Al terciado tercero lo saludó Roca Rey con un manojo de verónicas a pies juntos y una media de mucho poder. El animal flojeó en varas, y lo cuidó Andrés, quitando por chicuelinas rematadas por una media que llegó al tendido. Brindó al público el peruano y, en faena, encendió la mecha con los tendidos de sol, donde formó la mundial. El animal era pasador sin más, agarrado al piso y tardo por ocasiones. Pero si no embiste el toro, lo hace el torero, por eso le sacó tandas por ambos lados intentando llevar al astado largo y embebido en sus telas. Firmísimo siempre, con las zapatillas atornilladas en la arena, e hizo que embistiese el animal. Por circulares invertidos finiquitó obra. Tras un espadazo arriba, paseó dos orejas y rabo.

Y Morante de la Puebla se llevó la bronca en el cuarto, un animal que salió parado. De capa melocotón, feo de hechuras, acapachado de cuerna. Echó la cara arriba y no se lució José Antonio con el capote; en banderillas tampoco hubo lucimiento y, muleta en mano, Morante tiró por la calle de en medio sin disimulo. Lo macheteó y lo despenó con el acero con varios pinchazos, terminando de enfadar a la parroquia.

568 kilos tenía el quinto de la tarde, con más kilos pero similar presencia que la de sus hermanos. Tras intentar lucirse en el recibo Paco Ureña, propinó un buen puyazo Juan Melgar. Firme se mostró el lorquino con la muleta ante el deslucido cuvillo, que deambulaba con la cara por las nubes sin gracia alguna. Ureña lo dió todo, sacando lo poco que tenía el astado. Terminó entre los pitones con garra, antes de matar de pinchazo hondo. El público premió el esfuerzo con una oreja.

Roca Rey recibió de verónicas que no pudo terminar de rematar. Para no pasar sin puntuar ni siquiera en el recibo, tiró de ajustadas chicuelinas para levantar la ovación. Mimó al cuvillo en el caballo, desistiendo del quite para que durase el animal. Brindó al público antes de coger la muleta. Lo puso todo el peruano desde el principio. Muletazos largos, templados y bien rematadas con pases de pecho. Cuando se quedó más corto tiró de recursos entre los pintones. Arrasando y arrollando con firmeza, capacidad y valor. Tras otro estoconazo de efecto filmante. 2 orejas y rabo y pleno para Roca Rey en Murcia y gritos de «torero torero».

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Condomina, Murcia. Tercera de Feria.  Corrida de toros. Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego. Noble, justa de casta. Deslucido el cuarto. Casi lleno.

Toros de Núñez del Cuvillo.

Morante de la Puebla, oreja y bronca

Paco Ureña, dos orejas y una oreja

Roca Rey, dos orejas y rabo y dos orejas y rabo

Fran Pérez. Fotogalería: Paco Sastre ()