Roca no deja indiferente a nadie. O lo alaban o denigran de su toreo y lo invitan a lidiar Miura
(Las fotos, cortesía de Plaza1 )
Este domingo en la corrida -homenaje a Yiyo, Roca Rey estuvo a punto de salir por la puerta grande de Las Ventas pero el presidente se negó a concederle una oreja en el sexto. Ya lo había premiado con una en el tercero tras dos avisos lo que encendió los animo de quienes no le conceden mérito al peruano.
Y le critican su manera de entender la lidia, los cambios por la espalda, el supuesto toreo despegado. En fin, que por qué no pide Miuras y en Madrid para el año entrante.
Vicente Zabala en El Mundo reseña:
Fue la plaza una jungla, un guerra civil prendida desde el «7», con la sombra y el sol levantados en armas, sublevados contra la dictadura, liderados por la soberbia de Roca Rey, transmutado de Luis Miguel, descarado, desencadenado de furia. Sólo le faltó levantar el dedo índice cuando la noche caía y exponía su vida contra el peligro afilado del último toro. Que lo volteó con una violencia feroz mientras seguían las protestas del talibanato. En ese momento, Madrid se levantó en armas. Un clamor contra el maltrato histórico del sector intransigente con las máximas figuras. A RR lo incorporaron como se levanta a un Cristo en procesión, y entonces, y antes también, el astro peruano, a diferencia de las otras tardes, no se afligió y mandó callar a la Santa Inquisición. Volvió a la cara del toro arrítmico de Victoriano del Río que cerró un lote canalla. Y al que se impuso con la autoridad de los grandes. Los inquisidores no se daban cuenta de que sembraban en contra de sus postulados cainitas, que el resto de la plaza clamaría por la Puerta Grande para erigir como ídolo a aquel hombre que, recuperado del volteretón, con una oreja ya en su esportón, daría la vida por ella. Y volvió a ofrecer la izquierda y las ingles, a golpe de corazón. Y así fue. A la gente le daban igual los defectos de la espada y sólo quería vengarse de la turra, darles a los pelmas con sus pañuelos en la cara. La plaza blanca, el presidente aguantando el tipo antirreglamentariamente porque con esos sablazos… Y una vuelta al ruedo clamorosa, Madrid rendido a la furia y al plomo de Roca Rey.
Otro momento de la faena del torero a quien unos critican y otros pondera n
Leemos en La Razón
La gran aventura
La historia mayúscula viene aquí y ahora. En realidad toda la corrida fue un viaje para llegar aquí. Uno que había comenzado en los primeros días de feria, cuando parte del sector de público de Las Ventas acabó de un plumazo con Roca Rey. El peruano vino con valor de hormigón armado y dispuesto a jugarse la vida sin límite, sin medida, a callar bocas, a desafiarse y desafiar al mismísimo 7, que no tuvo su tarde y las maneras fueron su trampa mortal.
A Roca Rey se le coló el tercero con todo en el primer lance, como si fuera una amenaza, una declaración de intenciones. Se estremeció más la plaza que él que siguió como si nada. Roca Rey venía a seguir el combate que llevaba disputando con parte de la plaza toda la feria. Agotador y cansino. Cuando hay motivos, perfecto. El boicot gratuito: no gracias. El toro, tercero, había dejado claro que fácil no era, que se guardaba las embestidas sin evidenciar cuál era larga y cuál no. Recortaba, amenazante. No era cualquier cosa. Roca apostó desde el principio con dos pases cambiados por la espalda y después se pasó la muleta a la zurda. El toro tenía muchos matices. Fue una faena de trabajito, de hacerlo poco a poco, de encontrar la tecla con la diestra para dejar el engaño puesto y coser una tanda explosiva hilando las medias arrancadas del toro. Tragó lo indecible porque midió mucho, en los terrenos cercanos donde no había salida. Se lo pasó inverosímil de cerca, aguantó las paradas con los pitones en la barriga. Todo. Y más. Incuestionable su puesta en escena. Era incontestable la manera de jugarse la vida de Roca Rey y también lo insoportable del conocido tendido, que logró que toda la plaza respondiera en contra de ellos por el incordio. Sudando había ganado la batalla a Madrid de la que había salido vapuleado en primera instancia, cuando San Isidro apenas comenzaba.
Dejo esta foto de Plaza1 como evidencia del buen toreo del limeño. Ese forzado como remate a una tanda….
Fernandez Román se refiere a la yesca y la gresca.
Y los más contestarios reclaman un cambio en el reglamento para que se otorgue la opción de la salida en hombros en Madrid con dos orejas en un toro para que el presidente pueda optar por conceder un premio a petición mayoritaria y reservarse la segunda a su buen criterio.
En la reseña de Plaza1, obviamente, son comedidos:
Roca Rey ha paseado un trofeo en la Corrida In Memoriam de José Cubero «Yiyo» que se ha celebrado este domingo en la Plaza de Toros de Las Ventas, con lleno de ‘No hay billetes’ en los tendidos del coso. El Juli escuchó palmas en el primero de su lote y saludó una ovación con el cuarto, mientras Alejandro Talavante fue silenciado en ambos.
Inició su faena al tercero Roca Rey con espectaculares cambiados por la espalda en el centro del ruedo. Comenzó a ligar con la zurda, el pitón que parecía de mejor condición del animal. Pero el trasteo rompió con la diestra. Poderío, raza y dominio del peruano, para ligar en cercanías, con muletazos de mano baja ante una embestida nada clara. Terminó la faena metido entre los pitones y llevando el miedo a los tendidos, antes dejar un estocada que necesitó de dos descabellos. Paseó el trofeo.
Con estatuarios en un palmo de terreno arrancó su labor al sexto, al que dio distancia en las primeras series para aprovechar la inercia en su embestida. Fue prendido de manera muy fea por el pecho y con mucha raza se repuso para sacar muletazos con la diestra totalmente arrebatado. Un clamor fueron los tendidos ante el vendaval de valor y raza, tendidos enfrentados en parte de la faena con un sector de la plaza. Dejó media estocada tras pinchazo y dio una vuelta al ruedo tras petición. En la enfermería fue atendido de una contusión torácica, pendiente de estudio radiológico.
Burladero hace este apunte :
Hoy, al contrario de lo que llevo haciendo durante toda la temporada, empezaré por el final, porque esta corrida tiene sentido si nombramos a Roca Rey o lo que es lo mismo, el enemigo número uno del tendido siete y esto solo significa una cosa, que este chico torea muy bien y que es el número uno del escalafón taurino. Comenzaría su tercera tarde de la temporada, en las dos anteriores le ganó la batalla el siete, yéndose de vacío, con un buen ejemplar de El Cortés, el cual empujó de lo lindo en el caballo, revolcándole por los suelos.
ROBERTOK DOMINGUEZ, APODERADO DE ROCA REY HABLÓ CON MUNDOTORO
Yo les digo que ya era hora de que una máxima figura del toreo como Andrés Roca Rey, les plantara cara como lo hizo ayer, jugándose la vida, desafiando al viento, despreciando al riesgo y toreando con profundidad a dos complicadísimos toros. Razón por la que más del 90% de la plaza se puso en pie al grito de “torero, torero”, acallando a esa minoría que, tarde tras tarde, intenta destruir un espectáculo universal en el que caben todas las sensibilidades. No hay derecho a que consintamos la patraña del “fuera de cacho” cuando un torero, como ayer Andrés, tiene un pitón en los riñones y otro en la ingle.
Roca Rey no deja indiferente a nadie.