Los funcionarios públicos tienen derechos, deberes y obligaciones y entre ellos, señora alcalde Claudia López, proteger los bienes culturales, esos que nos dan sentido, los que han sido levantados en la ciudad para su disfrute y embellecimiento.

Más allá de que a Ud le repugna la fiesta de los toros que ud desconoce y tiene todo el derecho a no asistir pero no puede como la máxima autoridad de la capital colombiana imponer sus gustos personales.

Por cierto, su administración decidió llamar a nuestra plaza de toros De Santamaría que es todos, plaza cultural. Muy bien, pues más allá de que quiera borrar lo taurino proteja ese bien cultural cuya fachada con señales de la cultura árabe se lo debemos al arquitecto Santiago de la Mora

Ud pertenece a una minoría sexual que ha sido estigmatizada, repudiada, aislada y vejada. Eso está cambiando y ud puede hoy hablar de «mi esposa», compartir el mismo lecho sin que nadie tenga por qué cuestionarla o zaherirla. Y estoy dispuesto a defender ese derecho más allá de mis cordiales discrepancias con el ejercicio de su persona como alcaldesa.

Pero Ud cree que su poder llega hasta convocar una licitación para la operación taurina de la plaza de toros de Bogotá , deforma la corrida y quiere imponer su criterio contra el pronunciamiento de la Corte Constitucional que ya le dijo a la administración que debía convocar esa licitación de acuerdo a los términos de Ley.

EL ABANDONO DE LA PLAZA

Pero Ud además y no sé con qué intenciones o propósitos, ha permitido estas pintadas en los muros de la plaza, un ejemplo de arquitectura neo mudéjar.

Como no permiten el ingreso, no sé cómo está el ruedo, el callejón, los corrales y otros espacios propios de la plaza para lo que fue construida e inaugurada en 1931 por el presidente Olaya Herrera el 8 de febrero.

Sería impensable que nuestro teatro Colón, el «Jorge Eliécer Gaitán «, el museo Colonial, la Casa de Moneda, el teatro de La Candelaria, o las pocas casas de estilo inglés cerca al parque nacional se destruyan como ocurrió tristemente con el teatro municipal en el que don Jorge Eliécer Gaitán reunía a sus parciales para aquellos encendidos discursos.

Hemos destruido iglesias, conventos, redes por las que pasaba el tranvía bogotano, el hotel Granada donde se alojaron Gardel y Manolete

Y es que esos trazos que heredamos nos permiten reconocernos y destruirlos nos afean y deforman…

Esta debe enmendarlo señora alcaldesa y se lo reclamo desde el respeto

DESDE LOS EDIFICIOS SALMONA SE VE HERMOSA LA PLAZA DE TOROS DE SANTAMARÍA