Talavante y un formidable Colombo, puerta grande en Mérida que casi llena la plaza
Corrida de los Araguez, encaste Santa Coloma, variada de juego y presentación, un formidable Colombo que esquivó por lo menos dos cornadas tras tropezar , caer y levantarse en un angustioso episodio de la faena de su primero que al final se le premió con las dos orejas y se ganó con Talavante la puerta grande en la casi llena plaza » Román Eduardo Sandia» de Mérida. El Fandi se fue a pie tras cortar la oreja de su segundo.
Tarde soleada.
La verdad es que el único toro con posibilidades y una nota alta por comportamiento fue el segundo de El Fandi. Los demás de regulares a mediocres como los dos primeros para El Fandi y Talavante, el último de Colombo . Infumables. Y se dejó mucho el primero del venezolano.
El Fandi no es solo el gran banderillero, atlético, coloca pares insospechados, gallea y encandila. Sabe torear. Su primero, parado, mansón, sin opciones.
En el segundo, dos verónicas a la manera de don Antonio Ordóñez, inclinando su cuerpo sobre ambas piernas , con la muleta hubo tandas por ambos pitones, toreando por abajo, largo, con gusto. Pinchó y estocada .Oreja.
Talavante cortó las dos orejas del segundo por una faena bien. Nos llevamos un natural lento, lentísimo, «hasta allá». Con el Tala siempre hay algo bueno, exquisito y no defrauda pues es un torero que se sale del cartabón, de lo sabido, de lo esperado.
COLOMBO
No es que se pueda comparar pero sigue la estela de ser el figurón que fue el gran César Girón en esa línea de los grandes toreros americanos pedro con su personalidad, alegría y bien hacer.
En ese primero pasó un susto enorme al quedar a merced del toro tras resbalar y reponerse. » Yo también tuve 20 años», dirá alguno….
Está fuerte, banderillea con soltura pero sabe andar con capote ( variadísimo ) y con la muleta pegó tandas exquisitas , acompasadas.
En ese primero lo honra el gesto de cumplir con la suerte suprema cuando la gente pedía el indulto pero sabedor de que el toro no valía para procrear, no lo dudó, metió la espada con seguridad y se llevó las dos orejas . Sin localismos de ninguna índole. Como solía decir don Ramón Ospina » no por venezolano sino por torero». Da gusto verle.
La corrida, variada pero ese sexto con 510 kilos, un volumen exagerado para el Santacoloma, no se podía triunfar y eso que le buscó las vueltas por ambos pitones . Pero nada… Ya tenía ganada la puerta grande pero no se dejó nada en el tintero. Le veremos en su segunda comparecencia.