Tentadero en el sur. José Luis De Vega y los Domecq en Nariño
Colombia es país de regiones y el toreo se ha afincado desde el ardiente departamento de Bolívar a donde llegó el encaste Gallardo hasta el sur, en Nariño, donde se ha aclimatado el Domecq que deviene de Veragua ese mítico hierro que aun conservan los descendientes de Colón.
Así como en el paramo boyacense, o en el bucólico Valle, o en la extensa Sabana de Bogotá arribaron encastes tan diversos como el Santa Coloma, el Nuñez, el Contreras, en Nariño en la frontera con Ecuador la persistencia de la familia Orbes mantiene el rito de la crianza del toro bravo que nos quieren escamotear los antitaurinos que no entienden que si desaparece la fiesta taurina terminarán acabando con lo que dicen defender, el toro bravo, especie única en la tierra que nació en los Urales ,en la frontera entre Europa y Rusia , que buscando zonas más propicias llegó a la península ibérica y Portugal y por la vía de la colonización como llegaron el idioma castellano , la religión católica se asentó la fiesta.
El joven José Luis de Vega » El Pecas» tentó en compañía de Mariano Freire 4 vacas , una sensacional de origen El Paraíso de don Jerónimo Pimentel, vaca de pelaje «Jabonera » que obviamente tiene su raíz en el famoso 120.
Pecas mantiene viva su afición y busca un sitio en este mundo tan maravilloso como esquivo de ser figura, Con la constancia que atesora de seguro lo conseguirá.
Ricardo Orbes no ceja en su empeño de seguir criando toros bravos más allá de las dificultades que enfrenta el ganadero dedicado a cultivar esta especie única que defendemos y nunca mejor expresado a capa y espada.