Día: 3 de julio de 2020

Enérgica respuesta del sector taurino al esperpéntico Acuerdo 013 firmado por la alcaldesa de Bogotá. ¡Basta ya!

«Nos cansamos del maltrato y vamos a responder contundentemente dentro de la Ley. Somos pacíficos pero no tontos», expresó de manera enérgica don Alberto Cediel, empresario de La Santamaría, plaza en la que con el Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá hace prácticamente inviable realizar las corridas.

En entrevista con Tendido7, el abogado, torero, ganadero y piloto, Alberto Cediel, dijo que se está planteando con el sector agrario, el lechero y el cárnico, un paro nacional como respuesta del campo al infamante trato de la autoridades capitalinas que pretenden acabar de un tajo la tauromaquia.

Convocó a los amigos de la fiesta a un firmatón, y a comprometerse en la defensa de nuestra cultura, de las tradiciones y por el respeto a la diferencia.

Quienes gobiernan hoy en Bogotá son peligrosos pues buscan el pensamiento único y totalitario, y quienes no estamos de acuerdo con ellos, nos marginan y no excluyen.

El Acuerdo

El Acuerdo prohíbe la suerte de varas, de banderillas y el uso de la espada, limita el número de festejos, aumenta los impuestos e impone una serie de restricciones que hace imposible dar corridas en La Santamaría inaugurada en 1931.

A mas de que estamos trabajando jurídicamente para impugnar el Acuerdo, vamos a dejar atrás el silencio para hacernos oír, con respeto pero con firmeza.

Este país tiene que saber la importancia, el valor espiritual y moral del sector agrario en una sociedad de iguales que mira por encima del hombro a los hombres y mujeres del campo.

«Basta ya», proclamó el señor Cediel.

Se abre la batalla jurídica

Se abre la batalla jurídica. La alcaldesa de Bogotá nos ha retado de manera agresiva y temeraria. Se lo expreso con todos los respetos pero ella o sus asesores jurídicos le debieron advertir que si firmaba como lo hizo el rocambolesco Acuerdo 013 del Concejo de Bogotá, asumido en una delirante sesión virtual cuando el 9 de junio la pandemia asolaba de muerte y destrucción en Colombia y la ciudad que le encargó por 4 años de la alcaldía se movía entre muertos, y tristezas por el Covid19.

Pero, !ala!!, vamos a acabar con el toreo, ese es el problema (cómo no, señores concejales. Equivocados están), vamos a extinguir al toro bravo y decimos que defendemos al toro, (lo proclamaron en esa embriaguez de odio contra la fiesta en aquella tarde malhadada en el seno de un Concejo integrado por malquerientes ofensivos hacia una fiesta que desconocen en su rica historia, en lo que representa ese toro como guardián del ecosistema).

Un concejal espetó sin que se le moviera un pelo: maldita herencia!!!.

Desde hace varias semanas un grupo de juristas está estudiando el Acuerdo plagado de excesos y cruzando la línea roja que jamás debieron transitar los concejales al tocar las puertas de la Ley 916, de los pronunciamientos de la Corte Constitucional a mas de imponer tributos discriminatorios al toreo que no pueden gravar un espectáculo solo porque el toreo no es de su agrado a estos mal llamados representantes de la sociedad.

Nuestros abogados presentarán los recursos necesarios y oportunos.

El toreo nos ha enseñado el temple, la distancia, la elegancia, el valor, y con esos elementos y otro mas, claro, vamos a los tribunales a dirimir, con altura, con argumentos, no con consejas o supuestos.

Somos una minoría que merece respeto, ciudadanos a quienes se nos debe un trato digno de los gobernantes. Jamás se me ocurrirá denigrar o atropellar los derechos de la alcaldesa a amar a otra mujer. Ni de persona alguna. No sería noble de mi parte. Pero exijo, con la cabeza en alto, que respeten nuestra cultura.

Usted, señora Claudia López, se formó en el Externado, la universidad de Fernando Hinestrosa que nos enseñó a respetar no solo el derecho, sino al otro, justamente en su diferencia. Porque esa diferencia es lo que enriquece una sociedad. O Usted no iba a clase o jamás entendió la formación que se le dio o lo guardó en el armario.

De momento los animalistas se frotan las manos. Que gocen, La última palabra no se ha pronunciado. Tiempo al tiempo.


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