Día: 7 de noviembre de 2020

Ha partido el ganadero Jorge Garzón

La foto que abre esta nota es una gentileza de Astolco. Otro miembro de nuestra familia taurina, Jorge Garzón, ha partido.

El ganadero que heredó la afición de su madre, doña Ema, llevó la ganadería «Garzón Hermanos» con su hermano Augusto. Jorge, hombre de pocas palabras, pero siempre atento y cordial padecía quebrantos de salud que no pudo superar.

Fue alcalde, diputado en la Asamblea de Cundinamarca.

Jorge Garzón con un jovencísimo Juanito Ortiz entonces aspirante a novillero

Los Garzón trajeron en 1978 simiente Santa Colombia pero tenía una punta de Nuñez bien diferenciada. Hubo éxitos en Bogotá, Medellín y Cali y en la provincia colombiana.

En la Santamaría, un toro santacolomeño fue indultado por Fernando Lozano a finales de los ochenta. O un encierro salvó la aciaga temporada de 1994, al punto que Manuel Díaz ‘El cordobés’, vestido de luces, sacó a hombros al ganadero Augusto.

Apenas dos anécdotas que no paran de recordar los ganaderos de Ubaté.

Como no puede ser de otra manera, condolencias a la familia y amigos.

LA GANADERÍA

Las seis veredas del Valle de San Diego de Ubaté, al norte de la sabana de Bogotá, ostentan una fama particular. Propios y extraños coinciden en que allí se concentran las mejores tierras del centro del país.

Los pastos verdes y fértiles, que conservan sus riquezas, inclusive ante duros veranos, y su permanente nivel de humedad, han convertido esta región en una de las principales zonas ganaderas.

No en vano la cabecera municipal de la comarca, Ubaté, desde hace siglos es considerada como la ciudad lechera por excelencia de Colombia. La mayoría de las razas lecheras sustentan la economía de la región, cimentada en los productos derivados de los lácteos.

A la par, el valle de Ubaté ha sido también una de las provincias colombianas donde el toro bravo ha tenido mayor arraigo. Los municipios de la región han consolidado, desde épocas preterirás, sus ferias y fiestas, que tienen en el toro de lidia su principal protagonista.

​En Ubaté, por ejemplo, ya es tradicional la ‘Calleja del Santo Cristo’, la única fiesta popular que, en Colombia, trata de amoldar a la idiosincrasia nacional los mundialmente famosos encierros de San Fermín de Pamplona en España.

Allí, los lugareños, sin dejar sus ruanas ni su ropa de campo, salen a la principal calle del pueblo, cada siete de agosto, y en una carrera anárquica burlan las embestidas de una decena de novillos y novillas de casta, en un tramo que no supero los doscientos metros.

Por la tarde, a los toros. En una plaza portátil instalada en el centro ferial del municipio desde la década de los ochenta, que soporta en sus rudimentarios tendidos de madera el peso de casi dos mil personas.

Don Jorge Garzón Murcia, foto cortesía del padre de Manuel Libardo

​Plaza que se hace pequeña, sobre todo, si los toros que se lidian son los de la tierra: los de Garzón Hermanos.

Esta tierra tan ganadera es cuna de varias camadas de casta. La más tradicional es la que fundaron, en las reconocidas haciendas ‘El Billete’ y ‘La Laguna’, los hermanos Augusto y Jorge Garzón Murcia, con la única intención de calmar una afición que llevaba impregnada la sangre materna.

​Augusto y Jorge recuerdan que, desde pequeños, no se perdían corrida, novillada o simple “pachanga” con toros bravos. Así nació esa pasión por el toro de lidia.

Su madre, Emma Murcia de Garzón, había pretendido hacer una ganadería y, cuando sus hijos se hicieron mayores, ellos lo lograron con el impulso de Rafael ‘Chiquito’ Pérez, uno de esos quijotescos empresarios que se apasionaban e invertían lo poco que había en sus bolsillos en promocionar a cuanto jovencito tenía ganas de ser torero.

​La decisión llegó en 1974. Augusto y Jorge tuvieron la fortuna de conocer a Francisco García, quien no puso reparo en venderles un lote de novillas de la ganadería de Vistahermosa, para aumentar una simiente que ya habían adquirido de la dehesa Pueblito Español.

Eran épocas en las que, en Colombia, el ganado bravo era sinónimo de encaste Santacoloma. Y con esa sangre debutaron en la Santamaría de Bogotá, en una novillada celebrada en diciembre de 1978, de esas tantas que no se cansaba de organizar ‘Chiquito’ Pérez.

Desde ese día, los hermanos Garzón ya estaban “embarcados” con el toro bravo. En 1979 se fueron a buscar la pureza del Santacoloma en la ganadería de Joaquín Buendía, y de allí trajeron veinte vacas y dos sementales: ‘Buenos Días’, impuesto por el propio ganadero sevillano, y ‘Tejero’, que según lo reconocen los ganaderos, fue el auténtico padre de la ganadería.

​Pero hubo otro semental que ayudo a marcar los rasgos de los toros que se lidian con la divisa azul, verde olivo y terracota. ‘Surraqueño’, un toro que también buscaron en un lote de posibles sementales de Buendía.  Para escogerlo entre otros tres candidatos, echaron los números en una gorra y el papelillo que sacaron tenía el de ‘Surraqueño’.

​Cuando el hierro de los hermanos Garzón empezó a ser conocido en muchas plazas colombianas, los taurinos españoles José Luis y Pablo Lozano, en largas conversaciones de toros, los convencieron por encariñarse con el encaste Parladé.

En 1982 decidieron traer una punta de vacas con el semental ‘Alabardero’, de la ganadería de Alcurrucén, proveniente de la de Carlos Núñez en España. Así se fundó la otra línea, la cual, aunque con el mismo hierro y en la misma casa, va por camino diferente.

​“El encaste Parladé es el que más seduce a las figuras del toreo. Y quizás por entrar en eso, decidimos optar por este encaste. Pero el que nos dio a conocer, y el que queremos por igual es el Santacoloma”.

Asi lo reconoce Augusto Garzón, quien además tiene la costumbre de lidiar las corridas divididas por partes iguales entre los dos encastes.

​La sangre Santacoloma ha tenido el saludable refresco de sementales de Vistahermosa y Ernesto Gonzales, mientras que la de Parladé, en la ganadería de Garzón, ha ido mezclando las líneas Núñez y Domecq, gracias a la prueba de sementales de la ganadería El Paraíso de Jerónimo Pimentel.

​Por eso, Jorge y Augusto Garzón dicen que sus corridas son tan variadas como los dos encastes. Con la sola intención de satisfacer los múltiples gustos que hay en los toros, entre quienes prefieren la emoción del Santacoloma o la docilidad del Parladé.

​Virtudes que se han comprobado en Bogotá, Medellín y Ubaté, principalmente.

Estepona. Dos grandes toros de La Quinta, faena rotunda sin espada de Emilio de Justo y triunfo de Morenito de Aranda

Primer toro de la corrida de La Quinta en Estepona.

«Mielero», cárdeno, bragado, meano, de templado trato por parte del torero abrió la tarde en Estepona y los lances de Morenito de Aranda resultaron elegantes pero sin terminar de abrochar.

Toque fuerte y suavidad a un toro que hace hilo y no termina de entregarse. Noble pero «sin decir» nada. La faena pulcra pero sin emoción pues nunca cogió los trastos por abajo. «Se dejó», dijo el espada y ya sabemos que cuando pasa esto, el toreo de fuste brilla por su ausencia.

Hubo petición que fue atendida por el palco de la bella plaza cuando eran llevados los despojos al desolladero.

Emilio de Justo, buenos lances de recibo y una media de ¡¡ahí queda eso!!.

El extremeño relanzó su carrera en Mont de Marsan justamente con una corrida de La Quinta. Esa tarde le cortó tres oreja a su lote.

Hay cierta armonía en la embestida. Faena en los medios con un comienzo al compás, doblándose sin «estrangular» el cuerpo y con un forzado de cartel. Todo ligado.

¡¡Qué colocación!! con un toro pronto. ¡¡Ay con el toro!! después de la segunda serie. Por el pitón izquierdo, nada y a peor en su comportamiento desarrollando ese sentido del Santa Coloma. Va perdiendo el celo. Abrevia al notar el torero que poco se podría hacer.

Las mas reunida en cuanto a faena la primera parte. Estocada, arriba, con verdad y pureza. Oreja.

«El toro ha sido difícil, me ha exigido, yo tenía claras las ideas pero con la muleta ya desarrolló sentido y la faena era medida porque el encaste no permite ni uno mas en un determinado momento», dijo Emilio a David Casas.

Morenito de Aranda tiene un toro con mas emoción. De momento. Me quedo con una larga soltando la mano con el capote en la derecha. El sobresaliente Pepe Luis Galleo tuvo ocasión de hacer su quite, por cierto aplaudido.

Emotivo brindis a sus compañeros, abogó por la unidad del sector encabezado por los empresarios y felicitó a la Fundación Toro de Lidia ganadora este año del premio nacional de tauromaquia.

Muy encastado, esa expresión del típico Santa Coloma que sale » bueno» pero es preciso hacerle las cosas bien: colocación, distancia, temple, sin violencias. Coloca la muleta, se cruza, «invita» echándole los vuelos a la cara, da el pase con sobriedad y mucha calidad.

Aparece aquí esa palabra casi perdida por el tipo de toro que sale hoy, PODEROSO y eso ha sido Morenito porque ha sabido entender las emotivas , serias, embestidas y todo por abajo.

Hay que recordar ese nombre «Peluquin» de una familia ilustre en esa casa ganadera pues otro Peluquín se fue para México a la ganadería de Chafick.

Casi entera en buen sitio. Dos orejas.

Toro importante al que el palco premia con la vuelta al ruedo. Se honra la casta.

«Un gran toro, exigente con muchas virtudes». No era fácil», señala Morenito..

Emilio de Justo, el cuarto .»Ballestero», cárdeno, bragado, cortito de cuello, serio, astifino,. Recorrido corto y echa las manos por delante.

En este instante, The Washngton Post anuncia que Biden ha derrotado a Trump y es el nuevo presidente de los Estados Unidos.

Bueno, al toro. La serie mas rotunda de la tarde, encajado, rematando la tanda atrás, muy bien colocado, y un pase de pecho, largo, sentido, precioso.

Acople, acierto, faena a mas con un De Justo sembrado, entendido y «gustoso» Y para cerrar, dos naturales con la mano derecha, un cambio de mano y naturales con la izquierda. Ha toreado «abandonado», dejando el cuerpo ahí y el alma en el toreo. !!No puede ser!! Pincha, arriba y en la segunda, también.

A la tercera, pinchazo sin soltar. No hubo la firma con la espada y se van lasa dos orejas que hasta ese momento eran legitimas pero ha quedado sabor, armonía, torería. En la cuarta, contraria.

¡¡¡Cómo embiste el toro!!! Y que media tan sensacional. Sin tacha.

Si bien el anterior, encastado, éste con una embestida de bravo. El primero, para el ganadero y el cuarto para el toreo por lo enclasado.

«No me puedo permitirme pinchar tantos toros», admitió De Justo al destacar al bravo toro y ha expresado en Movistar que se ha roto toreando. Una gran faena pero cabreado por pinchar, señaló

RESUMEN

Corrida de La Quinta

Morenito de Aranda, oreja y dos orejas

Emilio de Justo, oreja y ovación de gala , vuelta al ruedo para él y ovación para el toro.


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